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Héctor Osuna, ilustrador de la República

ilustrador de la República
El pasado once de abril tuvo lugar, en el Aula Máxima del Rosario, el homenaje al maestro Héctor Osuna, distinguiéndolo con el título de Profesor honorario. En la ceremonia se recordó varias veces que el homenajeado cumplía enteramente con la calidad de "ilustrador de la República", acaso nunca tan justa y precisa como cuando se le aplica al príncipe de los caricaturistas colombianos.


Firma de Osuna, con sus dos apellidos (v.441 f.23).

Osuna en el Rosario

En los papeles del Archivo consta que Héctor Osuna Gil principió sus estudios en 1963, con 26 años, pues no venía del colegio sino de la Universidad Javeriana. Acabó el quinto año en 1967, como puede verse no solo en los libros de calificaciones, sino también en el respectivo mosaico. No se graduó ni tenía interés en el ejercicio de la profesión, comprometido como estaba con el periodismo gráfico desde 1959. Cumplido su ciclo rosarista, va a Madrid a estudiar pintura, tal vez su genuina vocación.


Osuna de treinta años, al terminar sus estudios.

De ello le dio una muestra a su alma mater, ejecutando el óleo del Dr. Antonio Rocha, que cuelga ahora en un rincón invisible de la Biblioteca que lleva su nombre. Otra muestra, que constituye nuestro último rescate: una serie de caricaturas dedicadas a quienes fueran presidentes del Club Rosarista.
Casi seis décadas de ejercicio han dado lugar a dos compilaciones de su obra. Osuna de frente (Bogotá: El Áncora, 1983) trae un prólogo por Gabriel García Márquez, otra obrita de arte. Lo compartimos, por la forma y por el fondo:

Seguimos con las poco conocidas de los presidentes del Club:


De izquierda a derecha, arriba-abajo: Álvaro Uribe Pereira, Ómar Rodríguez Olaya, Roberto Ordóñez Ibáñez, Julio Barrera Saba, Eduardo Ruiz Martínez y Guillermo Cubillos Escobar.

Cerramos con el famoso óleo del Dr. Rocha:

El discurso con que el maestro Osuna recibió la distinción fue breve pero cargado de toques de humor. Por ello no dudamos en poner esta foto que lo retrata de espaldas, con menor habilidad por supuesto:


Con toga y beca, pues alcanzó la colegiatura en seis de octubre de 1965.

Ñapa (coda): la anécdota de su ingreso al Rosario.