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Sepultura de María de la Cruz, en la capilla de La Bordadita

portada

El 26 de marzo de 1825, el Dr. José Antonio Amaya[1] concede licencia para enterrar el cadáver de María de la Cruz, “sirvienta del señor Rector del Colegio del Rosario”, en la capilla del mismo Colegio. La misma esquela registra que la inhumación se verificó el “Domingo 27 de Ramos con el oficio rezado”. Para los curiosos, consta el sitio donde se abrió la sepultura: “en el patio pequeño de la sacristia entrando para ir a la torre al lado en que ai una puerta comunicacion que esta à la espalda de la pared donde esta el agua manil de la sacristia y à lo ultimo de este patio”.
 

 

De la difunta, nos cuentan: “Era Yndia de Sopó servia a la cocina del Colejio como principal cocinera hacia mas de dos años y el lunes 21 en el exercicio de la misma cocina fue atacada de un dolor al pecho que se aumento y la[2] hiso perder la vida. Su servicio era completo y los colejiales que son tan descontentos jamas la molestaron por defectos, ella les servia en quanto le ocupaban y en reconocimiento dispuse fuesse sepultada en el espresado lugar”.
 

 

Por concepto de derechos se pagaron: diez pesos al señor cura; dieciocho en sepulturero, ataúd y carguero; tres pesos y dos reales que se gastaron en la enfermedad; “de ninguna de estas partidas cargo al colejio”, según hace constar el señor rector, Juan Fernández de Sotomayor.

El cuadro del rector cuelga en el Aula Máxima del Colegio, pero también puede verse en la página del Museo.

  

[1] Cura de la Catedral, según El Catolicismo, 22-1-1856.

[2] Curiosa muestra de laísmo y leísmo, en la frase siguiente. Una explicación sencilla del uso correcto, en la página de la RAE.