Pasar al contenido principal

Material genealógico en el Archivo Histórico: exposición temporal

portada

Entre las colecciones del Archivo Histórico, existen numerosos documentos alusivos a la ascendencia de los miembros de la comunidad rosarista. En efecto, los candidatos a una beca del Colegio Mayor del Rosario debían presentar el expediente de “informaciones de limpieza de sangre e hidalguía”. El expediente tenía por objeto presentar al aspirante como un sujeto ideal con las capacidades y las condiciones fundamentales para hacer parte de la comunidad: ser cristiano viejo (no converso) e hidalgo, hijo o descendiente de españoles que, a su vez, ocuparan cargos notables en las instituciones de los reinos y que no se dedicaran a oficios “viles” o mecánicos, sin antecedentes en el Tribunal de la Inquisición, sin ascendencia judía, musulmana, india o negra.  Las informaciones contenían (1) una solicitud del aspirante para que fueran recibidos sus documentos (2) una copia de su fe de bautismo (3) mínimo tres interrogatorios a testigos que conocieran al candidato y a su familia.


Informaciones de Pedro José Canal y Jácome.

Las informaciones de limpieza de sangre fueron un documento corriente en algunas instituciones españolas como órdenes militares, colegios mayores, órdenes religiosas y en el Tribunal de la Inquisición desde el siglo XVI. El origen de esta práctica se remonta a la exclusión que ejerció la Corona con los judíos convertidos al cristianismo, que buscaban alternativas de ascenso y movilidad social[1]. La práctica cruzó el Atlántico y fue aplicada de igual manera en instituciones como el Colegio Mayor del Rosario, fundado según el modelo de Salamanca.

La limpieza de sangre más antigua que conserva el Archivo es la del fundador de la Universidad del Rosario, fray Cristóbal de Torres, presentada ante la corte de Felipe III para obtener el título de predicador real, en 1616.


Informaciones de Ignacio Javier Díaz de Aranda y Pradilla.

Con el paso del tiempo, el expediente de limpieza de sangre fue dejando de lado, en el siglo XIX, vocablos como hidalguía, nobleza, oficio vil, y continuaba examinando la filiación a la religión católica, la reputación, la raza y el trabajo de las familias; para lo que solicitaba las recomendaciones de los allegados que, de “pública voz”, atestiguaran la buena fama del aspirante.

Hoy, las informaciones son un documento y práctica que refleja la realidad de la historia de los reinos españoles en América, de algunas herencias que tuvieron de la metrópoli en términos ideológicos que forjaron las instituciones de la Colonia, sus relaciones con los pobladores del territorio, la estructura de la sociedad y sus mecanismos de movilidad. Como documento, son indudablemente una fuente rica para la reconstrucción de las genealogías de algunas familias del Nuevo Reino de Granada.

[
Genealogía de la familia De León.

Además de esta colección de informaciones, existen en el Archivo Histórico varios árboles genealógicos insertos en libros del siglo XVIII, principalmente genealogías de Jesucristo, según los evangelios de Lucas y Mateo, que sitúan las raíces de la familia de Jesús y, por lo tanto, de su Iglesia, en la figura del rey David: la genealogía como constructora de un relato fundacional. También se encuentran en los documentos representaciones genealógicas utilizadas para reivindicar un derecho o beneficio ligado a un antepasado, como puede observarse en los expedientes de distintas familias en el siglo XIX, reclamando su derecho a las becas del Colegio Mayor del Rosario, un siglo antes, por un miembro de su familia. Marcela Camargo Mesa, historiadora asistente de investigación del Archivo Histórico

[1] Hering, M. (2003).  Limpieza de Sangre ¿Racismo en la edad moderna? En: Tiempos Modernos, Revista de Historia Moderna. Vol. 4. No. 9. Disponible en:   http://www.tiemposmodernos.org/viewarticle.php?id=34&layout=html