Pasar al contenido principal

Censura en las Décadas de Tito Livio, edición de 1573

Jaime Restrepo Z

censura-livio

Pero tapar la realidad nunca ha liberado. ¿Dónde queda y a qué se reduce una “defensa” de la fe que no da real importancia a la enseñanza “La verdad os hará libres”?

Recientemente, apareció en este blog una nota sobre una edición antigua de las Décadas de Tito Livio (Titi Livii Patavini Historiae Romanae ab Urbe condita libri XLV quotquot ad nostram aetatem pervenerunt… París. Michael Somnium, 1574). En la parte final se hacía alusión a algunos casos en que se evidenciaba la presencia de la censura en esta obra.

Por tratarse de un caso tan llamativo, se volvió a revisar detenidamente la obra con el fin de descifrar lo censurado (tapado o tachado) y poder así valorar de alguna forma el hecho mismo de tal censura. Ya desde la portada, llama la atención una anotación borrosa: 


Joannes Velcurio auctor damnatus, opus tamen hoc permissum cum expurgatione (Juan Velcurión, autor condenado. Esta obra está autorizada cuando se haya expurgado).

No son, pues, de extrañar, los tachones que aparecen unas páginas más adelante, donde el editor-impresor (Jean Charron) menciona los distintos autores que intervienen en la obra con sus introducciones, notas y comentarios. Aparecen dos renglones tachados, donde se menciona al autor señalado en la portada: Ioannis Velcurionis in T. Livii Historiam argumentum. Y un poco más abajo: Ioannis Velcurionis in duos primos libros ab urbe condita.

Pasando las páginas, encontramos una carta introductoria escrita por Erasmo de Rotterdam. E, inmediatamente después, un texto sobre el cual pegaron un papel con el fin de impedir cualquier lectura. Como indicaba el Sumario, se suprimía un texto de Simón Grineo, titulado De utilitate legendae Historiae… (sobre la utilidad de leer la historia).

Cens

Más adelante, al llegar al primer artículo (páginas sin numerar), se encuentra este título: Ioannis Velcurionis in T. Livii ab Urbe condita librum primun Annotationes. Argumentum libri primi ab Urbe condita T. Livii atque adeo totius historiae Romanae.


Auctor damnatus opus tamen hactenus prohibitum nunc vero cum expurgatione permissum (el autor está condenado; la obra, hasta ahora prohibida, se permite previo expurgatorio).

Para ratificar lo anotado, se ven dos tachones en el texto, impidiendo la lectura de algunas palabras ¿Qué había en el texto que taparon con papel? ¿Qué decía en las líneas que taparon los tachones? Consultados, en línea, ejemplares idénticos de la misma obra, que no sufrieron el “procedimiento”, se pudo llegar a las siguientes conclusiones:

Las notas de Simón Grineo sobre Los beneficios de leer la Historia no solo se encontraron en este libro. Era un texto frecuentemente usado por los editores de libros de Historia. Apareció el mismo texto como Introducción a la obra de Marco Juniano Justino sobre las Historias de Cneo Pompeyo Trogo, impreso en Basilea, por Bartolomé Westemervm en 1543. Se transcribió y tradujo el texto completo. No se encontró nada diferente a consejos para sacar provecho de las enseñanzas de la Historia y para no repetir las equivocaciones del pasado. No se habla de cosa distinta a cómo se debe escribir y cómo se debe leer la Historia. Entonces, ¿a qué se debe esta censura tan aparatosa? No se trascribe aquí por falta de espacio, pero puede consultarse en: http://www.e-rara.ch/bau_1/content/pageview/2053611

También en este cotejo se pudo establecer que decía en los renglones tachados. Aquí se resalta con negritas:

Primera tachadura: Facta enim est tum Roma spolium barbarorum omnium, & totius adeo orbis terrarum praeda, ac tum denique prouincias ditionesque suas, a barbaris sibi ereptas, amisit. Quinta est acta aetas, quasi decrepita et confecta sub Pontificibus Romanis & Cesaribus Germanis hactenus, per annos circiter septingentos triginta (…). [En aquel entonces Roma, vuelta despojo de todos los bárbaros y presa de la rapiña del mundo entero, perdió sus territorios y provincias, a manos de los bárbaros. Preséntase la Quinta Edad, como exhausta y achacosa, bajo los pontífices romanos y los emperadores de Alemania hasta el día de hoy, que duró cerca de setecientos treinta años]. 

Simon Grineo.

Segunda tachadura: Denique in historiis quartae aetatis, actae sub Tyrannis, animadvertere oportet, & rursum quasi numerare, sua temporum serie, decrementa & ruinas adeo eiusdem Romani imperii, quomodo provincias & terras eius barbari atque Tyranni carpserint, donec vix tandem solum urbis nomemque Romae superfuit, usque in aetatem quintam, sub Pontificibus Romanis Italiae dominis actam”. [Finalmente, en las historias de la Cuarta Edad, vivida bajo los Tiranos, hay que tener en cuenta y se debería hasta contabilizar, durante su periodo, el decaimiento y ruina del Imperio romano; cómo los tiranos y los bárbaros se apoderaron  de sus provincias y territorios hasta que sobrevivió apenas el nombre de la ciudad de Roma; hasta la Quinta Edad, que transcurrió bajo los Pontífices de Roma, señores de Italia”.

Tercera tachadura: Decimosexto. Mendacium triplex est, scilicet iocosum, officiosum et perniciosum. Iocosum, cum quis mentitur, vel mendacium dicit ioci causa, tamquam ludens… Officiosum, cum quis mentitur in gratiam et utilitatem alicuius. Sic poetae vera falsis permiscent, et falsa veris, ut oblectent et doceant lectores suos ista amoenitate … Sic bonus vir quoque officiosse mentiri, non duxerit sibi turpe, si maior inde commoditas aliis obveniat, quam dicenda vera disimulare enim verum aliquando, valde utile est et honestum, cum non sui proprii commodi, sed alienae utilitatis gratia. [Decimosexto. La mentira es de tres clases: jocosa, oficiosa y perniciosa. Una mentira es jocosa cuando el que miente lo hace por broma y como jugando… Es oficiosa cuando alguien miente para beneficio o conveniencia de alguien. Así, los poetas mezclan cosas verdaderas con falsas y  falsas con otras verdaderas para divertir y enseñar a los lectores con estas gracias… Cuando un hombre honesto miente oficiosamente, no piense que está obrando mal, si por ello alguien obtiene un beneficio mayor que de decir la verdad. Tampoco obra mal cuando disimula la verdad; puede ser muy útil y correcto cuando no lo hace por propio beneficio, sino en beneficio de otro].

En este punto es imposible entender qué razones justificaban la censura y el consiguiente “expurgatorio”. Las respuestas se van a encontrar en las tres diferentes versiones del Índice de Libros Prohibidos que se encuentran en esta Biblioteca Antigua:

Simón Grineo

¿Quién era Simón Grineo (originalmente Griner)? (1493-1541). Condiscípulo de Melanchton. Profesor en Buda, fue encarcelado por algunos de sus conceptos teológicos. Profesor de Heidelberg. Recomendado por Erasmo, es acogido por Tomás Moro. Es llamado a Würtemberg por los reformadores y coopera en la reorganización de la Universidad de Tübingen. Asiste a la Dieta de Worms como representante de las iglesias de Suiza. Tuvo correspondencia con Erasmo, Calvino y Ecolampadio.

En el Índice de autores y de libros prohibidos que se aprobó en el Concilio de Trento (Concilium Tridentinum cum Declarationibus Cardinalium ex ultima recognitione Ioannis Gallemart… Lyon. Claudio Landry, 1630: Topográfico nuevo: E08 N058 Ej. 1), en el que solo se menciona una “Prima classis” aparece “Simon Grinaeus” (página 73 del Índice).

En la versión del Índice, ordenada por Felipe V (Index Expurgatorius Hispanus ab Excmo. Dno. D. Didaco Sarmiento, el Valladares inceptus et ab Illmo. Dno. D. Vitale Marin perfectus. Madrid, Imprenta de la Música, 1707. Tomo I (Topográfico antiguo E 6 N° 111), se incluye el nombre escueto “Grinaeus Simon”, en la página 458, columna segunda. Lo incluye dentro de la “Clase I”, que comprende los autores más peligrosos y que califica como “Autorum damnatae memoriae opera”. Esta manera de aparecer en el Índice era ya un señalamiento muy especial y muy grave. Lo ratifica lo que dice este libro al comienzo, en las “Advertencias para el más fácil uso de este Índice, y mayor inteligencia de su disposición, orden, y execución de sus expurgaciones, y mandatos”.

“Para los que ignoran estas materias de Expurgatorio, se advierte, que todas las veces, que hallaren en este Catálogo Autor, o Autores de Primera clase con el nombre desnudo, sin noticia de patria, profesión, o escritos, tengan entendido, que por el mismo caso, que se ponen en dicha primera clase, están prohibidas todas sus obras impressas, y manuscriptas, aunque no se haga mención de ellas: porque para permitirse, es preciso que se señale tal, y tal obra; y así todo lo que se omite, está prohibido”….
Para los que ignoran estas materias de Expurgatorio, se advierte, que todas las veces, que hallaren en este Catálogo Autor, o Autores de Primera clase con el nombre desnudo, sin noticia de patria, profesión, o escritos, tengan entendido, que por el mismo caso, que se ponen en dicha primera clase, están prohibidas todas sus obras impressas, y manuscriptas, aunque no se haga mención de ellas: porque para permitirse, es preciso que se señale tal, y tal obra; y así todo lo que se omite, está prohibido”.

En la edición del Índice que ordenó Fernando VI de España (Index Librorum prohibitorum ac expurgandorum novissimus pro universis Hispaniarum Regnis… Madrid. Imprenta de Manuel Fernández, 1747, ordenado por Fernando VI de España (Topográfico antiguo E 11 N° 128/129. Topográfico nuevo: E11 N071 V.1 Ej. 1 y E11 N071 V.2 Ej. 1) se menciona a este autor, en el volumen I, página 478, columna 2, escuetamente: “GRINAEUS Simon”; también como parte de la “Prima Classis”, con lo que eso significa.

No importaba, entonces, la calidad de los conceptos. Provenían de un autor muy peligroso. Todo lo que escribiera (impreso o no) debía excluirse del uso y manejo de los católicos. De los datos encontrados es posible concluir que el criterio observado se mantuvo desde el Concilio de Trento, por lo menos, hasta 1747.

Ioannes Velcurio

¿Quién era Juan Velcurión? Ioannes Velcurio = Johann Dolsch (o Toltz o Doltsch) von Veltkirch (Veltkirchius o Velcurius) (1486-1543).

Ordenado sacerdote, fue párroco en su ciudad natal (Feldkirch), de la que deriva su sobrenombre de Feldkirch o Velcurius. Profesor en Wittenberg. Físico, retórico y teólogo de las Universidades de Heidelberg y Wittenberg. Es un destacado representante de la escolástica teológica escotista; pero después de su contacto con Lutero, se convierte en exponente y propagador de su doctrina.

En el Index Auctorum et Librorum prohibitorum que se aprobó en el Concilio de Trento, que solo se menciona una “Prima classis”, se cita a “Velcurio” (pág. 76 del Índice final). Allí, en el apartado De correctione libroruum, entre otras cosas dice: Explodantur exempla quae Ecclesiae ritus, religiosorum ordines, statum, dignitatem ac personas laedunt et violant (Rechácense todas aquellas expresiones que hieran o mancillen los ritos de la Iglesia, las Órdenes religiosas, el Estado religioso, su dignidad y sus personas). (Índice, pág. 20).

Registro en el Índice: “Juan Dolsch, natural de Veltkirche”
Registro en el Índice: “Juan Dolsch, natural de Veltkirche”.

 

El Índice español citado anteriormente (1707), lo incluye en la “Primera clase”: Ioannnes Dolschius Veltkirchensis” (En la I, de Ioannes: página 602, columna 2), recordando su verdadero apellido y su lugar de origen.

Y en la versión del Índice español de 1747 también lo incluye en la “Primera clase”: Ioannnes Dolschius Veltkirchensis” (En la I, de Ioannes: Página 629, columna 2).

Según esto, el solo de hecho de aludir al papa, como responsable de una parte de las sombras de la Edad Media era, pues, causa suficiente para que tales expresiones fueran rechazadas. Y por eso tacharon los textos que aludían al Pontífice de Roma.

Al seguir hojeando el libro, se puede comprobar con tristeza que toda esta mentalidad ya había logrado su objetivo de condicionar y estructurar muchas mentes.


Impius impia (el que es impío piensa cosas impías).

En las Observaciones de Jacques Gohory (Iacobus Gohorius), de París, a los tres primeros libros de Tito Livio, en la última página, hay otro signo de intransigencia. El comentarista menciona a Maquiavelo, quien, en concepto del autor, hizo un comentario “admirable” de este texto. No se transcribe nada de ese escrito; no se conoce su contenido… Y, sin embargo, al margen, la mano de un lector escribe: “Impius impia” (el que es impío piensa y escribe cosas impías…). Con dos palabras se descalifican textos, no por los contenidos, sino por la calidad que se atribuyó a un personaje (Maquiavelo).

Pero tapar la realidad nunca ha liberado. ¿Dónde queda y a qué se reduce una “defensa” de la fe que no da real importancia a la enseñanza “La verdad os hará libres”?