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Cuervo y la poesía. Documentos del Archivo

Cuervo y la poesía. Documentos del Archivo

Un libro con arandelas.

Hace poco editamos una carta de Humboldt. Resulta que allí mismo, en el libro de Caldas y pegada a la tapa posterior, había otra carta. El asunto y los corresponsales son enteramente distintos: don Rufino José Cuervo escribe desde París a su ahijado, Agustín Lleras Codazzi, radicado en San Fernando de Apure, Venezuela.

Luis M. Lleras.
Luis M. Lleras.

Cuervo y la familia Lleras.

Las relaciones del filólogo con dicha familia principiaron cuando se hizo compadre de Luis María Lleras Triana (1842-85), ingeniero civil dedicado a la docencia, casado con Rosario Codazzi, hija del eminente geógrafo. La correspondencia entre los dos corre desde 1865 hasta la muerte de Lleras en el desastre de la Humareda.
La muerte del padre significó el éxodo de la familia a Venezuela, donde los Codazzis abrieron una casa comercial y fundaron colegios. Agustín, al momento de su muerte, era cónsul de Colombia en San Fernando.
Aparte del mencionado epistolario, existe un puñado de cartas de Cuervo a los hijos de su compadre: Ricardo, Luis y su ahijado Agustín. A este último hay dos, de los años 1907-8. La carta que hoy publicamos es inédita, correspondiente al 21 de enero de 1908.

París, 21 de enero de 1908 18 Rue de Siam
Señor A. Lleras Codazzi San Fernando
Mi querido ahijado y amigo:

Aunque me ha causado mucha pena saber que nuestro querido Luis estuvo gravemente enfermo, la esperanza de su completo restablecimiento la mitiga en mucha parte.
Todas las demás partes de la carta de U. de 27 de Nov.e me han complacido mucho; particularmente hago votos al Cielo por que la recién llegada, así como en el nombre, reemplace en todo á la gran señora que lo hizo querido y respetable con todas las virtudes sociales y domésticas.

Bien me figuraba yo que U. habría cultivado muy de cerca la amistad de las Nueve, antes de escribir el Poema que tanto me gustó. Lo mismo repetiré á U. sobre las otras poesías que ha tenido la fineza de remitirme. Para expresar ideas nuevas y delicadas no ha necesitado U. reñir con la gramática y el buen sentido: mientras aquéllas sean el alma de una composición, los moldes tradicionales y su evolución actual, cobrarán brillo y se remozarán, y la obra de arte encantará sin desconcertar á los lectores. Dejando aparte los primores de cada una de las poesías, me complazco en decirle que su escuela poética es la que durará siempre. Las extravagancias de modas pasajeras pueden halagar por poco tiempo; luégo caen en olvido, si no en desprecio, desacreditando una que otra belleza que entre ellas puede haberse ocultado.

Saludo con vivo cariño á toda la familia, y quedo suyo muy de veras, como amigo y padrino RJ. Cuervo


1
    

2
Las poesías de Agustín existen en una edición póstuma, en la Biblioteca Nacional.   

3
Elena es la poesía del autor que llamó la atención de Cuervo.   

4
Cuervo no escribió mucha crítica literaria. Recordamos, además, el ensayo que publicó a propósito de la traducción virgiliana de su amigo Miguel Antonio Caro.