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"Pobrarlos" o "poblallos", curiosidades idiomáticas de un documento

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Entre los documentos más antiguos del Archivo Histórico, se destacan las cédulas reales, que ahora están disponibles para consulta en línea. A manera de invitación a su lectura, queremos destacar un aspecto lingüístico que representa la evolución histórica del español. En una real cédula de 1646, en que el rey pide informes a la Real Audiencia sobre la fundación del Colegio y la solicitud del arzobispo Torres para reducción de indios, hallamos las formas “poblallos” y “asignallos”, que seguro desconciertan al lector moderno.

 

El documento también se encuentra en nuestro repositorio.

 

 

Rezagos del español medieval.

 

Las citadas formas ya están bien documentadas en textos del mismo periodo[1]. Sus equivalentes actuales, “poblarlos” y “asignarlos” estaban venciendo las formas concurrentes al menos desde tiempos de Juan de Valdés. En su Diálogo de la lengua (1533), responde a la cuestión sobre este punto que prefiere la variante con erre, sin descalificar la otra. Nuestro testimonio documental, fechado en Pamplona (España) y 1646, contradice en parte lo afirmado por Menéndez Pidal sobre la variante palatalizada (la que usa -ll-): “se puso de moda en la corte de Carlos V, siendo predilecta de Garcilaso, y aunque la desechaban los secretarios de Felipe II, continuaron usándola los poetas durante todo el siglo XVII”. Del uso literario nada hay que objetar, pero el documento comprueba que el escribano Gabriel Ocaña y Alarcón, en tiempos de Felipe IV, usaba dichas formas palatalizadas.