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Correspondencia de Carlos Lozano y Lozano en el Archivo Histórico

Carlos-Lozano-firma

Los archivos nos proporcionan, a veces, acceso a facetas personales de los personajes públicos. De Carlos Lozano y Lozano tenemos registros de su vida académica en el Rosario, entre los años 1916 y 1924, como externo y colegial de número, con título de doctor en Jurisprudencia.

Presentamos aquí a Carlos Lozano no como abogado y político, sino como quien se dirige a un amigo en una correspondencia personal. Un detalle adicional: esta carta viene en un libro copiador de correspondencia del Rosario, totalmente desligada de los asuntos institucionales que allí se tratan.

A continuación, la transcripción del documento [AHUR Vol. 311 Libro copiador de Secretaría 1919-1940, ff. 8-9]:

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Primer folio de la copia de la carta de Lozano.

Bogotá, setiembre[1] 6 de 1923

Señor Doctor Don

LUIS PATIÑO CAMARGO[2].

Ocaña.

Mi inolvidable y querido amigo:

Recuerdo con cordialísima efusión de amistad todas las

horas gratas que los dos hemos pasado juntos. Recuerdo mucho que

fuí yo tal vez el único de tus amigos que vio llegar a tu espí-

ritu la luz nueva de una ilusión definitiva, con júbilo y entu-

siasmo. Y que fuí yo el que te dijo cuando tú mismo no lo creías,

que había en el mundo una criatura que iba a fijar tu destino[3].

Nada he sabido de ti desde que saliste de Bogotá; me interesa vi-

vamente todo lo que a ti se refiere y pregunto constantemente a

Monsieur Vide y a Peñuela por ti. Por ellos he sabido que estás

bien y en vía de abrirte muy claro un porvenir. Hace pocos días

me han dicho que preguntas si debes venirte a esta ciudad con un

bello puesto en el Laboratorio[4]. Yo, cerrando los ojos como lo he

hecho siempre que se trata de esa vaga persona que es la felicidad,

he creído para mí que debieras venirte; y hasta me ha provocado[5]

tener en mis manos tu voluntad para decidirte a ese viaje. La a-

pergaminada silueta previsora de Vide que mira la vida con la se-

[ver]idad no envidiable de una experiencia aburridoramente sabia,

[f. 9] dice que nó, irrevocablemente. Yo seguiré creyendo a través de mis

días que todo lo [que] uno es debe jugarlo sin miedos, cuando haya una

hada rubia o morena en la mitad del camino. La vida es humo, la

gloria polvo. Sólo hay dos cosas grandes y fundamentales: el amor

y la muerte. Y antes de que llegue la hora desventurada de la re-

flexión y del análisis que atrofian el alma, hay que amar mucho

y por encima de todas las cosas.

 

Dirás que estoy loco; mi carta así de improviso y con esas

ideas de sueño pasado de moda, te va a sorprender. Pero es que yo,

hombre de pocos amigos, ajeno a los frívolos conocimientos, inca-

paz en cosa del corazón del término medio torpe y vacío, doy toda

mi amistad cuando alguna vez la doy. Y a pesar de todas las cosas,

lejos o cerca, con noticas tuyas o sin ellas, sentiré algo muy

fuerte que a ti me vincula siempre. Estas letras escritas por un

espontáneo impulso, no sé que han de significar para ti. Yo te las

envío afectuosamente por tendencia de la voluntad, nó para cumplir

un deber de pueril cortesía.

 

 

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Último folio de la carta, con firma del remitente.

Juan[6], mi hermano y nuestro común amigo, ha publicado en

Lima un primer tomo de versos[7], iniciación, posible éxito o fracaso,

que todavía no ha llegado a mis manos. Después, al acabarse Julio se

fue a Inglaterra a estudiar humanidades. Se estará varios años, te

recuerda cariñosamente.

 

Sé feliz mi buen amigo, triunfa como debes triunfar en

todas tus empresas, y manda siempre a tu servidor muy devoto.

 

Carlos Lozano y Lozano.

Este documento es parte de la serie Voces del Archivo. Lectura y comentarios: Sergio Mahecha Jaimes, historiador y periodista de la Universidad del Rosario.

También puede consultarse completo en nuestro Repositorio.
 


[1] “Septiembre. ‘Noveno mes del año’. Existe también la variante setiembre, reflejo en la escritura de la relajación de la p en la articulación de esta voz; pero en el uso culto se prefiere decididamente la forma etimológica septiembre”. RAE, Diccionario panhispánico de dudas. La misma RAE, en la web Dudas rápidas, responde: “Sí, es válido el empleo de ambas variantes en cualquier registro. Aunque sigue siendo mayoritario el uso de la grafía etimológica septiembre (del latín September, -bris), hay países, como Perú, donde se prefiere setiembre”. Quien haya consultado archivos sabe que la forma setiembre era acaso la más corriente en el siglo XIX.

[2] Luis Benigno Patiño Camargo nació en Iza, Boyacá, el 26 de noviembre de 1891. Terminó su bachillerato en el Rosario, donde luego fue catedrático de Historia natural. Estudió Medicina en la Universidad Nacional, graduado en 1922. Se trasladó a Ocaña, en 1923, para atender una epidemia. Cf. Discurso de Orden Pronunciado por el Dr. Carlos Sanmartín con motivo de la conmemoración del centenario del nacimiento del profesor Luis Patiño Camargo, en el paraninfo de la Academia Colombiana de la Lengua.

[3] El Dr. Patiño se casaría, en 1925, con Ana Restrepo. Cf. El citado discurso de Carlos Sanmartín.

[4] Debe de referirse al Laboratorio del Instituto Federico Lleras de Investigación Médica, del que fue subdirector. Cf. El citado discurso de Carlos Sanmartín.

[5] “Provocar(se). intr. prnl. Pa, Co; Gu, Ve, pop. Antojarse de algo”. RAE, Diccionario de americanismos.

[6] Juan Lozano y Lozano (1902-79) también estudió Filosofía en el Colegio del Rosario, en el periodo 1916-22.

[7] Horario primaveral, poesías. Lima: 1923.