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El sitio de Barcelona de 1651: fray Cristóbal de Torres y Felipe IV

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Por la época en que fray Cristóbal de Torres disponía la fundación de su Colegio Mayor, España pasaba por un momento apurado y difícil. En 1644, muere la esposa de Felipe IV: “Me encuentro en la mayor aflicción que puedo experimentar, porque he perdido en una persona todo lo que podía perder en esta vida; y si no comprendiera que Dios lo dispone siempre para bien, no sé lo que sería de mí”. El año siguiente, debe ceder a las demandas de las Cortes independientes. En 1646, su hijo cae enfermo y muere: “He perdido á mi hijo, único ser cuya presencia me confortaba en mis pesares. No tengo más consuelo que el que me produce la idea de que Dios quiere salvarme por medio de tantas tribulaciones... Todo cuanto puedo hacer es ofrecer este último golpe como sacrificio á Dios, aunque me ha destrozado el corazón y todavía no sé si es un sueño”. España, con su rey, “apuraba hasta las heces la copa del dolor”: un frente de guerra en Alemania y otro en Francia; Cataluña drenaba los recursos de la Corona; en 1648, España reconoce la independencia holandesa, “después de una lucha de ochenta años contra lo inevitable”; la alianza con los ingleses se hundió con sus ataques a Santo Domingo y Jamaica, y la posterior coalición de estos con los franceses, en 1656.
 

Asedio de Barcelona, en 1651. Fuente: Ibarra.


Volviendo al frente catalán, la rebelión (que había estallado el Corpus de Sangre, 7-6-1640) fue perdiendo cuando las tropas del rey tomaron a Tortosa, en 1650, seguido del sitio a Barcelona, por quince meses, que acabó en capitulación forzosa, en octubre de 1652. Ello no obstante, se siguió combatiendo a los franceses al norte de la provincia hasta que la Paz de los Pirineos (1659) terminó la guerra[1].
 

En este contexto debe entenderse la frase que aparece, inesperadamente, en la Licencia de fundación del Colegio Mayor: “(...) y haviendose visto por los tres comissarios que tengo nombrados en mi consejo de las Yndias para beneficiar expedientes, para los quarenta mil ducados en plata con que ha ofrecido servirme para socorro del exercito que esta sobre Barcelona”.

 

[1] Ibarra, E. (dir.). (1914). Historia del mundo en la Edad Moderna. Tomo VIII: La Guerra de los Treinta Años. Barcelona: Sopena.