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El Missale Romanum, edición de lujo

El Missale Romanum, edición de lujo

Missale Romanum

 
Para entender el significado y posible valor de este ejemplar de la biblioteca, es necesario situarlo en su contexto, que hoy puede resultar un poco distante y extraño.

El misal, en principio, es un libro litúrgico de altar. Era un libro que servía a los sacerdotes para la celebración de la misa (cualquier clase de misa, para cualquier día del año).

 
Nótese la forma latina Neo Eboraci (locativo de Neo Eboracum) para Nueva York.
 
El ejemplar que tenemos es una versión moderna (editado por Federico Pustet. Ratisbona, Nueva York, Cincinnati, 1890) del que se elaboró después del Concilio de Trento, por mandato de san Pío V, con el fin de unificar y uniformar la celebración católica (que conservaba peculiaridades, diferencias, localismos…). Existía una “edición típica”, a partir de la cual se imprimían las sucesivas ediciones y a la que se incorporaban las novedades (nuevas festividades, misa para nuevos santos…).

Apenas a comienzos del siglo XX (promovido por el Movimiento litúrgico que nace en Alemania-Francia-Bélgica) empieza a divulgarse un misal bilingüe para los fieles que, en su mayoría, desconociendo el latín ya no entienden nada de lo que se lee y dice en la misa.

 
Elementos materiales del libro.

 
Grabados de página entera, de alta calidad.
 
 
Tamaño. Llama la atención su tamaño grande. En parte explicable por su voluminoso contenido (texto-guía para las misas de todo el año, con sus respectivas lecturas) y por la distancia a la que había de leer el sacerdote. En ambientes no muy iluminados, los tipos de letra tenían que ser grandes, para resultar fácilmente legibles.

Encuadernación sólida. Aunque permanecía en el altar, su posición en él cambiaba varias veces a lo largo de la misa. Tal traslado debía hacerlo el acólito (que no siempre era cuidadoso al manejarlo). Por su peso, requería un artefacto de apoyo (el atril), que lo sostuviera bien y que permitiera modificar los grados de inclinación).

Impresión. Tipos romanos grandes. Alternan los colores de tinta negra-roja. Los textos que se leen están en negro. Permanentemente hay impresiones en color rojo (rubricae), que indican o procedencia de los textos o las acciones y gestos que debe observar el sacerdote en ese momento. El texto se imprime en dos columnas, siempre enmarcado en recuadros. Es de destacar que para unificar la acentuaciación correcta del latín, el texto usa tildes (que no son propias del latín).  Usa mayúsculas capitales de diferentes calidades. Según la riqueza y valor de la edición, tiene cenefas decorativas y remates, con grabados de muy buena calidad. Hay al comienzo un grabado de página, con el altar y sus partes (con indicaciones sobre los ritos que en él se van a cumplir: incensación). También, como frontispicio de la primera página del Canon, hay una lámina de Cristo crucificado (en este caso, en colores).

También se encuentran, en diversas partes, notaciones musicales propias del canto gregoriano: son los tetragramas, establecidos por Guido de Arezzo (siglos X-XI). Partes de la misa podían ser cantadas.

 
Para facilitar la correcta acentuación, el texto emplea tildes.
 
Cintas y pestañas para señalar. A primera vista, también llaman la atención las cintas de seda. Tienen la finalidad de marcar las diferentes partes del Misal. En una celebración, el sacerdote tenía que pasar de una a otra parte del libro. Las pestañas, adheridas al borde vertical de algunas páginas centrales, tienen la finalidad de facilitar el paso (hoja por hoja) en una parte de la misa.

 
Elementos formales del libro. Partes del Misal. 

 
Misas propias del tiempo: Adviento, Navidad, Epifanía, Cuaresma, Semana Santa (págs. 3 a 191).

Rito diario de la misa: Introducción - Kyrie – Gloria – Credo – Sanctus – Agnus Dei (al que se van añadiendo elementos, variables, que se encuentran en otras partes del misal: oración, epístola, evangelio, secreta, postcommunio.

Prefacios (cantados o proclamados).

Canon de la misa: como sugiere la palabra canon, se trata de un momento de la misa especialmente reglamentado: en él se realiza la consagración del pan y del vino (pág. 243), con palabras que eran inmodificables.

 
Notación musical para la Bendición del Cirio.
 
Misas propias del tiempo. Resurrección. Pascua. Pentecostés. Tiempo después de Pentecostés.

Misas propias de los santos. En esta sección, se encuentran las misas para aquellos santos que tienen misa propia. Cundo no sea así, se acude a otras partes que son:

Misas comunes de santos. Según el caso, se escogen oraciones y lecturas para: apóstoles, doctores, mártires, confesores, vírgenes…

Misas para casos y situaciones especiales.

 


Ornamentos litúrgicos de la capilla de La Bordadita.

 

 

A propósito de elementos para la celebración, en la capilla existen las sacras y el atril. Aquellas son unas guías para que el cura recuerde el principio del Evangelio de san Juan, la oración a san Miguel y parte de la sacra principal con el texto de la fórmula de la Consagración, que eran partes integrales de la misa antigua. El atril sirve para la colocación del misal.
 
Sacra con la fórmula de la Consagración.