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La esfericidad del agua, según Juan de Sacro Bosco

portada

Mucho llaman la atención los libros incunables del Archivo Histórico (nueve, posiblemente diez). La tajante división cronológica de lo que se entiende por “incunable”, el año 1500, marca el inicio de otro grupo de libros, los posincunables, muy similares en características a sus hermanos mayores. De esta clase, impresos entre 1501 y 1530, el Archivo posee treinta obras, entre las cuales destaca un libro científico, de astronomía, conocido como Tratado de las esferas (AHUR E17N027) llamativo por la presencia de grabados explicativos del texto.
 

La firma de fray Cristóbal de Torres,
fundador del Colegio Mayor, le da un valor especial a la obra.

 

 

Como buen libro antiguo, no tiene un título específico. En el primer folio impreso, en cambio, viene una lista de las obras que integran el volumen: Nota eorum quae in hoc libro continentur (así aparece en nuestro catálogo y en varios más), con la lista de los nueve títulos que contiene. Allí, se destaca un título en mayúscula sostenida: TEXTVS SPHAERAE IOANNIS DE SACRO BUSTO[1] (Libro de la esfera, de Juan de Sacro Bosco). Poco se sabe de este científico del siglo XIII e, incluso, traduciendo el nombre latino, se ha sugerido que se trataría de John of Holywood o Holybush.

El Tratado de la esfera.

En su primer folio numerado, advierte el autor que el Tratado se dividirá en cuatro capítulos. El primero de ellos se titula Definición de esfera (Diffinitio sphaerę), donde vienen, a manera de subcapítulos, La forma del mundo (Quae forma sit mundi), La órbita celeste (De caeli reuolutione), La esfericidad del cielo (De caeli rotunditate) y La redondez de la Tierra (Quod terra sit rotunda). En este punto, aparece la bella xilografía (grabado en madera), donde vemos un barco con dos navegantes, el mar con un llamativo “tumor”, un puerto con su castillo y un lugar del que parten dos líneas, formando una especie de triángulo con los tripulantes de la nave. La imagen ilustra el siguiente punto: la esfericidad del agua (Quod aqua sit rotunda).

 

Una xilografía ilustra el concepto de la esfericidad del agua.
Las múltiples abreviaturas dificultan la lectura del texto.

 

 

A continuación, transcribimos y traducimos el texto que explica la imagen:

Quod aqua sit rotunda

 

Quod autem aqua habeat tumorem & accedat ad rotunditatem sic patet. Ponatur signum in littore maris & exeat nauis a portu; & in tantum elongetur quod oculus exsistens iuxta pedem mali non possit uidere signum. Stante uero naui oculus eiusdem exsistentis in summitate mali bene uidebit signum illud. Sed oculus existentis iuxta pedem mali melius deberet uidere signum quam qui est in summitate. Cum sit propinquior signo sicut patet per lineas ductas ab utroque ad signum & nulla alia huius rei causa est quam tumor aquae. Excludantur omnia alia impedimenta sicut nebulae & uapores ascendentes.

Item, cum aqua sit corpus homogeneum totum cum partibus eiusdem erit rationis. Sed partes aquae (sicut in guttulis & roribus herbarum accidit) rotundam naturaliter appetunt formam: ergo & totum cuius sunt partes.

La esfericidad del agua

 

Que el agua tiene una protuberancia y participa de la redondez es claro por lo siguiente: Póngase una señal en la orilla del mar y salga de puerto una nave. Aléjese lo suficiente para que un ojo que está al pie del mástil no pueda ver la señal. Al detenerse la nave, el ojo del mismo que ha subido a la cima del mástil verá bien aquella señal. Mas el ojo del que está al pie del mástil debería ver mejor la señal que quien está abajo, estando más cerca de la señal, como queda claro por las líneas trazadas de cada uno a la señal; de lo cual no hay otra causa que la protuberancia del agua. Exclúyanse todos los demás obstáculos, a saber, nieblas y vapores ascendentes. Además, siendo el agua un cuerpo homogéneo, el todo será de la misma razón que las partes. Las partes del agua (como ocurre en las goticas y rocío de las plantas) buscan naturalmente la forma redonda: por consiguiente también el todo, del cual son partes.


El Tratado de la esfera puede leerse en nuestro repositorio [enlace]. Recomendamos asimismo una entrada anterior del blog sobre este libro antiguo [enlace].

 

Estas notas marginales, de intrincada lectura, resumen el texto impreso.
 

[1] Busto, en nuestra edición, en vez de Bosco. Bustum, en latín, era ‘hoguera’, ‘tumba’, ‘monumento fúnebre’; Boscus, en cambio, era ‘boque’, ‘arboleda’. Macchi, L. (1958). Diccionario de la lengua latina. Buenos Aires: Don Bosco.