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Pacífico Coral da voz a los animales

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Pacífico Coral puede ser uno de los más bellos seudónimos que en el mundo hayan sido. Como tal lo despachan en seudónimos colombianos: “Pacífico Coral: Luis Gonzaga Vela (hermano Luis Gonzaga)”. Pero no somos nosotros los que vamos a corregir el dato, sino el propio presunto dueño del seudónimo:

 

En la pila bautismal de Ipiales, el 15 de mayo de 1854, me pusieron cuatro nombres: Isidoro, Julio, Eliécer, Pacífico. Mis buenos padres se llamaron: Don Ramón Vela y Doña Pacífica Coral; en mi terruño era conocido con el nombre de Julio Vela hasta la edad de 21 años; en la vida religiosa me conocen con el nombre de hermano Luis Gonzaga, y cuando escribo algo para el público me gusta firmar Pacífico Coral, en recuerdo de la patria chica y de mi buena madre.

 

En Fin, es y no es un seudónimo, sino una de las combinaciones del nombre mundano del hermano Luis. Que inició su formación en el terruño para ir a completarla en el Seminario de Pasto. A caballo, se desplazó a Quito para ingresar en la comunidad lasallista. Luego de estudiar en Francia, volvió al país a desarrollar una carrera de escritor periódico y de libros de texto, seguidos en los colegios de los hermanos cristianos. Entre sus discípulos se cuentan José Eustasio Rivera y los Santos Montejo. Fue recibido en la Academia de Historia en 1912. El hermano Luis Gonzaga falleció en Bogotá, en 1916[1].

 

Grita la liebre, rebrama el ciervo y, aquí, aprenderá usted la diferencia entre maullar y mayar
[Fuente: Bert, P. (1867). "Distribution géographique des Mammiféres". En: Revue des cours scientifiques de la France et de l'étranger].

 

La Revista del Rosario publicó un puñado de artículos de Pacífico Coral, de tema literario y gramatical. De uno de ellos, "Viajecillo a través de la gramática castellana" (n.108 sept. 1915: 490-503). Pues bien, dio el genio de don Pacífico en hallar los verbos significativos de las voces de los animales, todo porque un colaborador de la Revista no sabía que la perdiz cuchichía* o ajea, según se vea acosada o no. En fin, compartimos íntegro el Viajecillo para que el lector pueda disfrutarlo a placer.