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Garabatos al margen: la probatio pennae en el Archivo

portada

A medida que avanza la tecnología, se van haciendo más lejanas las prácticas relacionadas con la escritura manual, con lo manuscrito. ¡Qué diremos, entonces, de lo relativo a la época de los copistas! Nuestra exposición Marginalia nos pone en contacto con el tiempo en que se escribía con pluma y tinta, y con una huella muy singular de esa práctica: la probatio pennae (ensayo de la pluma).

Al menos tres veces se inicia el texto "Comparanse...".

 

 

Como cuando estrenábamos un esfero, los copistas tajaban su pluma y procedían a garabatear cualquier cosa a fin de comprobar el funcionamiento de ella. Quienes hayan trajinado con libros antiguos están familiarizados con esas curiosas planas en las guardas de los libros y con esos toscos dibujos y manitas que aparecen en cualquier folio. Historiadores del libro, como Erik Kwakkel, le han dado mucha atención a este rasgo de vida de los manuscritos.

Hasta el mismo Hipócrates queda reducido a "mero curandero".