Además de la implementación de nuevos modelos hay una ventaja en el uso de Big Data en centros de educación superior, la entrega de un servicio y apoyo personalizado que se recoge gracias a las pistas digitales que los estudiantes dejan por todo el campus. Elementos como registros de compras, peticiones de implementos, libros en bibliotecas y servicios demandados permiten entender qué es lo que se está usando y cuáles son las buenas costumbres que se deben potenciar, entregando un mejor servicio orientado a lo que realmente se necesita.
Gracias al uso de técnicas de Big Data se puede determinar que estudiantes tienen calificaciones bajas en varios programas y dar un pronóstico acertado de su viabilidad de graduación. Con esta información la universidad puede ofrecer apoyo al estudiante en las áreas de mayores dificultades y además hacer seguimiento del contenido ofrecido por la materia, para comprender todo el contexto y poner a disposición las alternativas de acompañamiento requeridas.