Las empresas disponen de varias estrategias de financiamiento de sus activos, por ejemplo, mediante la deuda o acciones. La estructura de capital se refiere a esta mezcla de deuda y acciones. Concretamente, el CFO debe asesorar la junta directiva con respecto a los distintos instrumentos disponibles. Estos instrumentos existen en gran variedad (plazos y monedas de deuda, convertibles híbridos, leasing, factoring) y cada uno brinda características, ventajas y costos específicos. En un mundo utópico sin fricciones (mercados líquidos, ausencia de comisiones o impuestos, etc.) la composición de la estructura de capital es irrelevante del punto de vista de los accionistas. No obstante, en el mundo real la estrategia de financiamiento impacta directamente el valor de la empresa y su capacidad operativa.