El microtráfico se ha convertido en una actividad muy rentable para los actores criminales en Colombia. La venta de cocaína, en particular, se ha convertido en un negocio lucrativo. En Caucasia, Antioquia, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), también conocidas como Clan del Golfo o Los Urabeños, dominan el suministro y venta de cocaína. Las ganancias del Frente Uldar Cardona Rueda de las AGC por microtráfico en el municipio representan ganancias anuales más elevadas que el total del presupuesto de seguridad del departamento de Antioquia. El gobierno colombiano ha calificado el microtráfico como un “mega negocio”. Este análisis, derivado de un estudio etnográfico más amplio de las AGC y sus actividades en el Bajo Cauca, ilustra cómo la venta de cocaína en el mercado local en Caucasia alimenta la expansión criminal de las AGC y apuntala su control social sobre la comunidad.

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Ecuador’s coastline has become a key despatch point for international drug traffickers exporting cocaine that has been produced in Colombia and Peru. As a result, Ecuador, and its port city of Guayaquil in particular, have become the latest epicentre of the world’s drug violence as local gangs battle for supremacy to impress international traffickers and assume a larger share of the country’s lucrative cocaine industry.

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El litoral ecuatoriano se ha convertido en un punto de geográfico clave para los narcotraficantes internacionales que exportan cocaína producida en Colombia y Perú. Como resultado, Ecuador, y su ciudad portuaria de Guayaquil en particular se han convertido en el epicentro de la violencia mundial causada por el narcotráfico. Las bandas locales luchan por la supremacía del control de los puertos para impresionar a los traficantes internacionales y así asumir una mayor cuota de la lucrativa industria de la cocaína del país.

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La pandemia global interrumpió las cadenas de suministro de drogas ilícitas y modificó el comportamiento de los consumidores de drogas. La evidencia preliminar, tomado de una selección de países, sugiere que hay cambios marcados en los patrones de uso de drogas. Este análisis proporciona un resumen de estos cambios y sus consecuencias.

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Cundinamarca no es sólo uno de los departamentos centrales de Colombia, sino que además limita con Bogotá, lo que lo convierte en una región estratégica y de especial interés para los grupos armados ilícitos del país. Los niños, niñas y adolescentes (NNA) son reclutados como parte de las redes de tráfico que unen a la capital, Bogotá, con otras partes del país. La evidencia de Soacha y de los barrios al sur de Bogotá muestra cómo los grupos armados se aprovechan de la marginación socioeconómica.

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La selva amazónica se ha convertido para las disidencias de las FARC en un botín que explotar para fortalecer sus estructuras. En los últimos cuatros años el reclutamiento de menores en el departamento del Amazonas ha dejado diez casos oficiales reportados gracias al interés para reconstruir y fortalecer las filas de las disidencias después de la firma del Acuerdo de Paz. Poco a poco, los lazos entre los jóvenes y sus comunidades se han visto debilitados gracias a falsas promesas de un mejor futuro y oportunidades económicas.

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Putumayo está repitiendo su historia. Tras la firma del Acuerdo de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC-EP en 2016, a diferencia de lo que se esperaba, las zonas al control de este grupo quedaron a merced de nuevos actores armados e incluso, las disidencias de la guerrilla firmante. La (re)aparición y expansión de estos grupos ha aumentado el riesgo de reclutamiento para niños, niñas y adolescentes (NNA) al interior del departamento.

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Menores consumiendo sustancias ilícitas, migrantes jóvenes con pocas oportunidades y una red prostitución de niñas son una de las formas usadas para reclutar menores en Risaralda. Aprovechando los difíciles contextos que rodean a los niños, niñas y adolescentes (NNA) en el departamento, en los últimos años los grupos armados han logrado insertarse en las actividades cotidianas hasta lograr generar un control social sobre ellos. Es así como han evitado altas tasas de denuncias mientras la situación en el departamento se agudiza.

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Históricamente el departamento ha sido para las FARC un punto reclutamiento de menores donde son adoctrinados. En el 2018 una menor reclutada por el Frente Tercero de las disidencias murió en el municipio de Uribe gracias al fuego cruzado con el Ejército, mientras era entrenada para el manejo explosivos. Es así como hoy los jóvenes del Meta están en constante riesgo de ser reclutados como instrumentos de guerra que ayuden establecer nuevas dinámicas de poder en la zona. Si bien las disidencias permanecen, otros grupos armados intentan establecer sus propias dinámicas haciendo que los niños, niñas y adolescentes (NNA) estén en constante riesgo de que ser reclutados.

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Un departamento que conecta el Urabá Antioqueño con el Catatumbo, sistemas educativos debilitados y la promesa de incentivos económicos ha llevado a que los niños, niñas y adolescentes (NNA) del Bolívar sean reclutados por los distintos grupos armados. Así, estas estructuras poco a poco se han vuelto a fortalecer, mientras que los menores terminan en redes de prostitución, microtráfico y sicariato. Las falsas promesas por parte de los grupos armados juegan con el anhelo de mejores condiciones de vida de los NNA han propiciado una guerra que acaba con las comunidades del Bolívar.

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El reclutamiento de niños, niñas y adolescentes (NNA) en el Valle del Cauca muestra como las estructuras criminales urbanas utilizan y explotan a los jóvenes vulnerables, incluida la población migrante, y como los grupos armados que compiten por el control de las rutas de tráfico del Pacífico dependen del reclutamiento para impulsar su expansión y apuntalar su control en la zona.

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El reclutamiento ilícito de niños, niñas y adolescentes (NNA) en Norte de Santander desde los Acuerdos de Paz de 2016 ha sido utilizado como herramienta por los grupos armados para impulsar su expansión. Pero la evidencia de este departamento, que registra el décimo mayor número de casos en Colombia, muestra como este fenómeno también constituye un elemento de control social. Como es el caso de manera más general, las cifras de Norte de Santander no reflejan el alcance del reclutamiento informado por la comunidad.

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En Cauca, la expansión criminal y las economías ilícitas están motivando el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes (NNA). El departamento es una zona clave para la producción de marihuana y cocaína, al igual que la minería ilegal. Las autoridades del departamento sospechan que el problema de reclutamiento ilícito es mucho mayor de lo que sugieren las estadísticas.

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En marzo de 2021 el departamento del Guaviare hizo notoria las complejidades que encaran las víctimas del reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes (NNA) cuando se conoció que una menor de edad había muerto en un bombardeo por parte de la Fuerza Pública en contra de los grupos armados que operan en la región. Las dificultades que tiene el Estado para hacer presencia efectiva, las rentas provenientes del negocio del narcotráfico y las dificultades socioeconómicas que enfrentan los habitantes del departamento hacen que unirse a estas estructuras sea una de las pocas opciones viables, especialmente frente a los riesgos de un reclutamiento forzado. Las facciones disidentes de las FARC están aprovechando esta vulnerabilidad para llenar sus filas y alimentar su expansión no solo en Guaviare sino en todo el país.

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El reclutamiento de niños, niñas y adolescentes (NNA) en Arauca depende del grupo armado involucrado. El Ejército de Liberación Nacional (ELN) recluta a jóvenes para establecer y mantener su control social sobre la comunidad, mientras que facciones disidentes de las FARC reclutan a NNA para apoyar su participación en actividades ilícitas. La comunidad de migrantes es particularmente vulnerable en el departamento y los números definitivamente subestiman el alcance del reclutamiento forzoso en la región.

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Caquetá es uno de los departamentos con mayor presencia de las disidencias de las FARC que están reclutando a niños, niñas y adolescentes (NNA) para trasladar mercancías ilegales como drogas y armas a lo largo de las rutas de tráfico en la región. Los NNA también son reclutados para trabajar en cultivos de coco y laboratorios de cocaína en la zona. Las comunidades indígenas se han visto afectadas de manera desproporcionada a medida que las facciones disidentes de las FARC se aprovechan de su marginación socioeconómica, además de necesitar su conocimiento local de terrenos difíciles.

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La búsqueda del control de las áreas que antes eran dominadas por la extinta guerrilla de las FARC-EP ha creado una rivalidad sangrienta entre los varios grupos armados que ya pelean en busca de las lucrativas economías ilícitas de Nariño. La intensidad de esto conflictos ha aumentado la “necesidad” de los grupos de reemplazar a sus muertos en combate. Es esta morbosa realidad la que está impulsando el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes (NNA) en el departamento. Hay tanta competencia que los pagos ofrecidos para persuadir a los jóvenes de que se unan a sus filas se han más que duplicado. Un pago de casi 4 millones de pesos tiene mucho poder de atracción en una zona donde la pobreza es la realidad para la gran mayoría de la población.

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Vaupés es el cuarto departamento con mayores índices de reclutamiento ilícito de niños, niñas y adolescentes (NNA). Son las disidencias de las FARC que están presentes en la región, reclutando y explotando a las comunidades indígenas. El reclutamiento en Vaupés está mayoritariamente relacionado con la elaboración de nuevas rutas de narcotráfico que existen entre Colombia y Brasil.

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El Chocó es el tercer departamento con más reclutamiento de niños, niñas y adolescentes (NNA) en Colombia, relacionado principalmente con la disputa entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), también conocido como los Urabeños o el Clan del Golfo, por la búsqueda de control del territorio, las rutas para el tráfico de cocaína, el tráfico de armas, la minería ilegal, explotación de madera y el tránsito de tropas a lo largo de la región hacía otros departamentos del país.

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Antioquia es el segundo departamento que más ha sido afectado por las dinámicas de reclutamiento. Uno de los motivos por el cual las cifras de reclutamiento forzado son tan altas en este sector es la guerra que se da entre las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), también conocido como los Urabeños o el Clan del Golfo, y el grupo los Caparros (también conocido como el Bloque Virgilio Peralta Arenas), quienes se disputan el control territorial del Bajo Cauca en el norte del departamento.

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Córdoba es el departamento con mayor índice de reclutamiento de menores en Colombia. Las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), también conocido como los Urabeños o el Clan del Golfo han usado el reclutamiento como una estrategia para mantener su dominación sobre el territorio, a la vez que obtienen más combatientes para alimentar su guerra con otros actores armados en la zona. Aunque la confrontación con los Caparros (también conocido como el Bloque Virgilio Peralta Arenas) ya terminó, mantienen una feroz rivalidad con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que está incursionando al sur del territorio. Montería es el quinto municipio con mayor número de casos de reclutamiento en el país, lo que demuestra que este fenómeno se extiende más allá de las comunidades aisladas y rurales.

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Durante la ultima década, Jamaica ha repensado su enfoque de las drogas ilícitas y la vigilancia de la actividad criminal relacionada con las drogas. Los importantes avances logrados desde entonces contienen lecciones para otros países que producen y transitan drogas ilícitas. Sin embargo, hay señales de que los importantes logros de los últimos años corren el peligro de revertirse.

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Las operaciones de interdicción contra el tráfico ilícito de drogas han empujado repetidamente a los traficantes a usar nuevas rutas, abriendo nuevas áreas a los efectos dañinos del tráfico y la producción. Este análisis discutirá las nuevas rutas claves y los impactos.

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En los últimos años, diversas fuentes dentro de Venezuela han informado de un aumento de violencia e inseguridad en la región fronteriza denominada el Arco Minero del Orinoco (AMO). Las fuentes sugieren que distintos actores armados, de los cuales se destacan el ELN, grupos disidentes de las FARC y organizaciones criminales venezolanas conocidas como “sindicatos”, compiten por el control de las actividades mineras en la región del Arco. Este análisis examina las dinámicas de los grupos armados en la zona del AMO.

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Estimaciones recientes sugieren que el valor de los flujos financieros ilícitos relacionados con el tráfico de drogas en el hemisferio occidental se encuentra entre $ 80 y $ 90 mil millones al año. Esta enorme suma ingresa a la economía legal luego de un proceso de lavado. Un elemento de este proceso, que a menudo se pasa por alto, es el efecto de estos flujos de capital en el modelo económico nacional y, además, la forma en que los cambios en ese modelo económico pueden facilitar el proceso de lavado.

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Los campos de opio en Afganistán son reconocidos como la mayor fuente de heroína en el mundo, pero en los últimos años ha habido un aumento notable en la producción de metanfetamina. En 2020, el Centro Europeo de Monitoreo para las Drogas y la Drogadicción (EMCDDA, por sus siglas en inglés) señaló que la metanfetamina cristalina tiene el mismo potencial que el opio para convertirse en una gran industria.

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Desde hace varios años la piratería en Africa occidental ha estado aumentando. En 2016, tenía un costo de alrededor de 793.7 millones de dólares. En los primeros nueve meses del 2020, se reportaron los secuestros de ochenta y cinco miembros de la tripulación. Ochenta fueron tomados en el Golfo de Guinea en ataques en las afueras de Nigeria, Benín, Gabón, Guinea Ecuatorial y Ghana.

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Durante los últimos años México ha registrado tasas de homicidios cerca de cinco veces más que el promedio mundial. El gobierno alude este fenómeno a la guerra contra el narcotráfico y ha buscado cambiar su estrategia de seguridad durante las últimas dos décadas sin lograr resultados efectivos a largo plazo.

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En los últimos años, la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico ha llevado a los gobiernos de América Latina a utilizar métodos cada vez más militarizados. Esta tendencia, que es común en toda la región, ha tenido consecuencias nefastas para los derechos humanos y la seguridad ciudadana. Este resumen discutirá algunos de los resultados más problemáticos.

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Millones de personas en todo el mundo consumen regularmente sustancias que han sido declaradas ilegales. Esta demanda, con solo fluctuaciones menores, es efectivamente estable. A pesar de que se han gastado miles de millones de dólares en operaciones antinarcóticos, el suministro de estas drogas nunca se ha interrumpido de manera significativa, y no se han aliviado las condiciones socioeconómicas que, durante décadas, han llevado a muchos agricultores a producir cultivos ilícitos.

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