Publicado:
13 de octubre 2017
Juan Mendoza Vega, un maestro humanizador

Cristian David Laverde Suárez
Redacción Nova et Vetera
El pasado 7 de octubre el Dr. Juan Mendoza Vega falleció a sus 83 años, profesor emérito de la Universidad del Rosario, era el presidente de la Fundación Pro Derecho a Morir Dignamente de Colombia. Era neurocirujano egresado de la Universidad Nacional, también fue profesor en el Rosario de neurología, neurocirugía, historia de la medicina, ética, bioética y legislación médica; además, creador de la cátedra de ética, deontología y legislación médica, materia que posteriormente decidió nombrar como holoética, la ética de todo.
Para la Dra. Ana Isabel Gómez, vicedecana de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, representó un ejemplo impecable de lo que significa ser un buen médico. Elegante en su manera de pensar, sentimientos, acciones e incluso en su forma de vestir; el corbatín, reloj de bolsillo y traje de paño de tres piezas; sus prendas características. Considerado por la Dra. Ana Isabel como el maestro inspirador de varias generaciones de médicos humanistas.
Mendoza tuvo participaciones en diferentes campos, tales como medicina, neurocirugía y ética médica; sumado a esto fue considerado uno de los pioneros en el periodismo científico del país y un apasionado por la historia y la Lengua Española. Miembro de diversos cuerpos colegiados, como la Academia Nacional de Medicina, de la cual fue presidente en varias oportunidades y de la que era secretario perpetuo; además miembro de la Academia Colombiana de la Lengua, Instituto Colombiano de Estudios Bioéticos, actualmente era su presidente; así como del Tribunal Nacional de Ética Médica, el cual también presidió. Fue además presidente de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Neurocirugía, director del Instituto Neurológico de Colombia y miembro de la junta directiva de la Asociación Nacional de Bioética. Sus participaciones académicas siempre estuvieron marcadas por la defensa de los derechos de los pacientes y la importancia de la excelencia en la profesión médica.
“Él fue nombrado como profesor emérito y se puso muy feliz, porque este es el máximo galardón que podemos entregarle a uno de nuestros profesores; además, fue parte de la reapertura de la Facultad de Medicina el 18 de junio de 1965. Es un personaje que nos deja los recuerdos más valiosos de los que es un médico integral, totalmente humanista; una persona que no solo ejercía con toda la habilidad aquello que significa ser neurocirujano; una de las especialidades más complejas que hay”, indica el profesor de carrera, Leonardo Palacios, quien fue alumno suyo y decano de la EMCS, cuando fue nombrado profesor emérito Rosarista.
Sus virtudes siempre estuvieron al servicio de la causa de protección del derecho a una muerte digna, participó activamente en la creación de políticas públicas a raíz de esta, su más ilustre causa; esto le generó el respeto, incluso de quienes no compartían su forma de pensar, puesto que propició el diálogo y el consenso como las mejores soluciones a las diferencias.
“El Dr. Juan Mendoza Vega era un hombre con profundas inquietudes humanísticas y consideraba que el conocimiento médico debía estar al alcance de las personas del común. Él decía que los médicos hablábamos una lengua que denominaba el ‘mediqué’; lo que es la hermenéutica propia de la medicina. Pero que para que efectivamente pudiera llegar a cada uno de los individuos, los médicos teníamos que aprender a colocar nuestros conocimientos en términos accesibles para todos. En este orden de ideas, el Dr. Mendoza tuvo una columna en El Espectador por más de 40 años, en ella trataba los más diversos temas de interés para los colombianos y para la profesión médica en un lenguaje accesible a todos”, menciona Gómez, quien además expresa la manera en que el Dr. Mendoza Vega le permitió vislumbrar que un médico debe tener intereses adicionales en otras ciencias humanas; en su caso la bioética y las ciencias jurídicas.
Por otra parte, sus principales intereses fueron la humanización del cuidado de la salud y los derechos de las personas en el sistema de seguridad social; conjuntamente con el desarrollo de la nueva ley de ética médica. “Para mí fue un privilegio tenerlo como ejemplo, intelectualmente superior; pero sobre todo moralmente superior, quien siempre resolvió sus conflictos de interés a favor de las personas y de la profesión. Era un hombre excepcional. Estaba permanentemente interesado en aprender, en compartir espacios académicos de discusión y respetuoso con todas las personas”, aseveró Gómez.
Entre las obras literarias más importantes del Dr. Juan Mendoza se destacan: Lecciones de historia de la medicina (1989); Dolor: fisiopatología, psiquiatría, manifestaciones y tratamiento (1990), y Hacia una medicina más humana (en colaboración con Francisco J. Leal Quevedo, 1997). Publicó también los poemarios: Los mares interiores (2001), Contar hasta 80, su obra autobiográfica hasta sus 80 años y Segunda bitácora en el año 2006.
“Fue un hombre esencialmente de familia, cualquier persona que estuvo cerca de él se vio marcada en su vida personal y lo va a extrañar profundamente”, manifiesta Ana Isabel Gómez.