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Ximena Serrano

Empresas colombianas aumentan informes de gestión para ser más competitivas

Por:Inés Elvira Ospina Echandía

Foto:Ximena Serrano

Los informes de la Iniciativa del Reporte Global (GRI, por su sigla en inglés) permiten la construcción de indicadores de gestión de las empresas y han venido aumentando en América Latina. Colombia es el país con mayor crecimiento en reportes, con un aumento del 500 por ciento entre los años 2010 y 2015. Así lo estableció el estudio de los profesores Rafael Alejandro Piñeros, de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario, y Juan Pablo Acevedo, de la Universidad de La Sabana.

El interés por conocer el compromiso en Responsabilidad Social Corporativa de las empresas colombianas y su evolución en reportar su gestión en este campo bajo el sistema de la Iniciativa del Reporte Global llevó a los profesores Rafael Alejandro Piñeros, del Rosario, y Juan Pablo Acevedo, de La Sabana, a hacer la averiguación.

La idea surgió durante la búsqueda de un tema para desarrollar la tesis de la maestría en Dirección y Gerencia que cursó Acevedo y de la cual fue profesor Piñeros. “En un inicio buscábamos el panorama nacional, pero luego ampliamos el espectro a Latinoamérica para un mayor alcance, porque encontramos un gran vacío en la información”, recuerda Piñeros, profesor de la Escuela de Administración de Empresas de la Universidad del Rosario.

Acevedo pidió información a la oficina central del GRI, con sede en Países Bajos, desde donde le enviaron un archivo de Excel con información de los reportes en el mundo, desde 1996 hasta principios de 2016. “Lo primero fue pensar cómo organizar y filtrar esa información para obtener las cifras que necesitábamos para el estudio. El periodo de análisis que establecimos fue de 2010 a 2015”, dice.

Las guías GRI para diseñar reportes de sostenibilidad son muy exigentes y completas, ya que buscan generar compromisos de las empresas para mitigar los impactos negativos en las poblaciones, el medio ambiente, la economía, el desempeño social y los derechos humanos. En ellas se diligencian indicadores de gestión, que deben cumplir con principios de calidad que se dividen en dos grupos: el primero determina el contenido de la memoria, como por ejemplo la participación de los grupos de interés o el contexto de la sostenibilidad, y el segundo grupo de indicadores determina la calidad de los anteriores en términos de equilibrio, comparabilidad, precisión, puntualidad y claridad, entre otros.

La presentación de estos informes de sostenibilidad es una actividad voluntaria que ha ganado una gran adhesión en el mundo corporativo, no solo como muestra del compromiso de las empresas para ser socialmente responsables, sino porque estos reportes traen consigo el acceso a negocios en mercados que los exigen.

En este sentido, informar a los grupos de interés acerca del impacto de sus operaciones puede redundar en mejoras reputacionales y, de manera indirecta, en mejores resultados financieros. “Es una actividad costosa. Para las empresas es un ejercicio de gestión y de inversión. La metodología GRI es más exigente cada año en los temas de cómo se consulta de manera real con los grupos de interés para identificar con ellos las problemáticas”, explica Piñeros.

 
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“En un inicio buscábamos el panorama nacional, pero luego ampliamos el espectro a Latinoamérica para un mayor alcance, porque encontramos un gran vacío en la información”, recuerda Rafael Alejandro Piñeros, profesor de la Universidad del Rosario.

Las pymes nacionales, las que más comunican

El profesor Acevedo reconoce que manejaba Excel, pero que después de recibir la información de GRI debió volverse un experto. Lo primero que hizo fue ordenar y tabular los datos que se pudieran graficar y extraer en el periodo 2010-2015. “La siguiente selección se hizo tomando las cinco economías más grandes de América Latina, de acuerdo con los datos del PIB que calcula el Banco Mundial, es decir, Brasil, México, Colombia, Argentina y Chile.

Luego filtramos los datos por el tamaño de empresa multinacionales, grandes empresas y pymes y finalmente pasamos a mirar cuáles eran los sectores industriales que reportaban más en esos cinco países”, explica.

 
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“Al inicio de la investigación esperábamos encontrar un aumento, pero nos sorprendió y nos alegró mucho el número. Claro, al compararnos con Brasil, que tiene una economía gigantesca, todavía nos falta mucho, sin embargo, es un incremento importante que en parte puede explicarse porque Colombia fue el último país en entrar en el esquema de estos reportes y en esa medida tiene todo un campo para seguir creciendo”, afirma Juan Pablo Acevedo, profesor de la Universidad de La Sabana.

El análisis comparativo general de los investigadores muestra que en ese periodo de cinco años el país que más registros realizó fue Brasil, con un total de 1.326 informes, seguido por Colombia con 701; Chile fue el que menos reportó, con 294 informes. La tasa de crecimiento total en los países analizados fue del 113 por ciento; entre ellos, Colombia tuvo la tasa más alta en crecimiento con el 500 por ciento, mencionado anteriormente.

“Al inicio de la investigación esperábamos encontrar un aumento, pero nos sorprendió y nos alegró mucho el número. Claro, al compararnos con Brasil, que tiene una economía gigantesca, todavía nos falta mucho, sin embargo, es un incremento importante que en parte puede explicarse porque Colombia fue el último país en entrar en el esquema de estos reportes y en esa medida tiene todo un campo para seguir creciendo”, afirma el docente de la Universidad de La Sabana.

Entre los resultados obtenidos hubo otro dato de las empresas nacionales que llamó mucho la atención: en reportes de las pymes, Colombia supera a los cuatro países, incluido Brasil. El estudio muestra que en 2010 México fue el que más reportes presentó, pero mantuvo un crecimiento muy bajo hasta 2015. En contraste, Colombia, que en 2010 ocupaba la cuarta posición, creció de manera constante, ya que para 2015 generó 55 informes, doblando a Brasil que en ese mismo año fue segundo, con 25 reportes.

Para los investigadores hay dos razones que pueden explicar la cifra. “Una hipótesis es que en Colombia muchas pymes tienen como clientes a empresas multinacionales y grandes empresas que les exigen medirse bajo el reporte GRI, especialmente desde la exigencia del suministro responsable que se viene dando de unos años hasta la fecha. Y la otra explicación puede estar en que reportar bajo la metodología GRI les abre oportunidades en mercados como el europeo o el estadounidense”, asegura Piñeros.

El financiero, el sector que más reporta

Al revisar los resultados por sector industrial, la investigación arrojó que el sector financiero es el que más reporta en el esquema GRI en Colombia, con 423 reportes; le sigue el sector energético, con 316; en tercer lugar, está el de productos alimenticios y bebidas, con 252; y en cuarto y quinto puesto los sectores de usos de la energía y la minería, con 203 y 144 informes, respectivamente.

Según el estudio, las empresas del sector de servicios financieros son las que más reportan en todos los países, con excepción de Chile, en donde son más frecuentes los reportes en minería. Colombia es el país con mayor crecimiento, reportando una variación del 480 por ciento, seguido de México y Chile con un 200 por ciento en el periodo analizado. En la región, los países que más reportan son Brasil con 147 informes, seguido por Colombia con 88.

Uno de los aspectos que justifican la implementación de reportes GRI en el sector financiero es que son empresas estratégicas que generan un importante impacto en el funcionamiento y progreso de la economía y, por ende, en el progreso social de un país. “En mi análisis de los datos encontrados, me atrevería a decir que entre más polémico es el sector, más atención les pone a los reportes y a la divulgación de su gestión en el tema del medio ambiente. En el grupo de empresas se lee al Grupo Bolívar o al Grupo Bancolombia, que si bien no son empresas que contaminan el medio ambiente, sí tienen un impacto importante en el bienestar social y, por ello, se cuidan mucho en informar lo que están haciendo y que lo están haciendo bien” explica el profesor Acevedo.

Piñeros coincide y afirma que lo mismo ocurre en el sector de energía, especialmente en las empresas de petróleo, que la gente asocia con daño ambiental. “Ellas buscan mostrar lo bueno que hacen, sus buenas prácticas con el medio ambiente, incluso partiendo de sus logos que, en gran medida, se relacionan con la naturaleza”, dice.

Una mirada a las cifras sobre el sector de la minería puede corroborar la idea de los docentes. Por ejemplo, un país como Chile, con un alto porcentaje de participación de la minería en el PIB, es el que más número de reportes tiene, con 57 registros.

Las cifras del estudio y su análisis dejan varias conclusiones. Una de ellas es que el afán de las empresas por permanecer a la cabeza dentro de sus respectivos sectores y el ingreso en mercados de Europa y Norteamérica las lleva a que este tipo de iniciativas se tomen cada vez más en serio. Las empresas multinacionales y las de gran tamaño parecen haberlo entendido así, y las pymes están empezando a tomar decisiones en este sentido.

La investigación también deja entrever que reportar resulta ser una estrategia efectiva para mejorar o mantener la imagen de las organizaciones frente a sus partes interesadas, cumplir con regulaciones en los países en los que se está operando, prevenir futuras regulaciones y mejorar la competitividad.

“Hay empresas muy comprometidas, que tienen sus datos abiertos y departamentos dedicados a la gestión de la responsabilidad social; Argos, por ejemplo. Pero no son todas y en ese sentido quisiera poder indagar más para saber cómo logran los datos, qué tan reales son, etc. Nos surgieron más preguntas para seguir investigando, como cuál ha sido la migración de los reportes del Pacto Global a GRI o cuál ha sido la evolución para el periodo de 2016 a 2020 y otras más”, concluye Acevedo.