El 6 de marzo de 2020 quedará consignado en la historia de Colombia como el día en el que se registró el primer caso de COVID-19 en el país. A partir de esemomento, se puso a prueba la reacción y la eficiencia de entidades públicas y privadas frente a la emergencia de salud pública de la que el mundo no tenía antecedente, al menos en el último siglo. Entre esas primeras organizaciones que pusieron su conocimiento y capacidad al servicio de la sociedad estuvo la Universidad del Rosario, que, gracias a su robusto ecosistema de investigación, pudo reaccionar de manera eficaz y colaborativa en el desarrollo de proyectos que buscan salvar la vida.
La fortaleza en investigación que ya tenía la universidad permitió reaccionar de manera muy rápida ante la crisis generada por la pandemia de la COVID-19 y ponerse al servicio de la sociedad y de las entidades involucradas”, afirma Stéphanie Lavaux, vicerrectora de la Universidad del Rosario hasta julio de 2020 y actual profesora de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la institución.
Para Lavaux, el proceso de madurez alcanzado en las últimas dos décadas ha logrado constituir una agenda de investigación muy diversa que permite a los equipos trabajar sobre un abanico de problemáticas con profundidad y seriedad. Esas problemáticas combinan tanto los aspectos de ciencias básicas como de ciencias aplicadas, es decir, una resolución de los problemas que afectan y aquejan a la sociedad en todas las grandes disciplinas en las que se ve involucrada la universidad.
“Esa fortaleza en la investigación ha permitido diversificar el portafolio de temas y fortalecer a los grupos de investigación que ya combinan las miradas desde lo básico y lo aplicado para poder reaccionar frente a las coyunturas de manera muy estructurada y trabajar en los problemas actuales de la sociedad tanto en el país como en el mundo. Esto fue justamente lo que se vio reflejado en este caso de la pandemia”, explica la politóloga Lavaux.
Y es que, a pesar de que la COVID-19 es una enfermedad desconocida para la humanidad, en el Rosario se desarrollaban investigaciones con bases sólidas que permitieron pasar de la teoría a la práctica con la rapidez que exigía la urgencia. Son muchos los ejemplos que se viven a diario en la universidad, en todas las unidades académicas, que muestran la agilidad, la adaptación y la reactividad de los grupos e investigadores para contribuir al entendimiento y aportar su grano de arena a la solución de los problemas relacionados con la pandemia. Uno de esos ejemplos se evidencia con el proyecto de ventiladores mecánicos para apoyo respiratorio, innovación tecnológica basada en una investigación que se realizaba desde la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud (Programa de Ingeniería Biomédica) y que permitió tener lista una propuesta al Gobierno Nacional para el desarrollo del prototipo con unas características únicas, apenas unas semanas después de la llegada del primer caso.
“El hecho de que este ventilador estuviera diseñado para funcionar con paneles solares muestra la sensibilidad social que el Rosario imprime en sus investigadores. Esa combinación de adaptar lo teórico a la realidad es muy importante en un país como Colombia, en donde, para este caso concreto, se debían tener muy presentes las grandes dificultades de fluido eléctrico que existen en algunas regiones. Se trata de poner toda nuestra capacidad científica a disposición de quienes más lo necesiten”, enfatiza Lavaux.
En la Universidad del Rosario los proyectos de investigación se desarrollan en conjunto con otros centros académicos nacionales o internacionales, con un liderazgo compartido, con una apertura total a la colaboración. Las investigaciones involucran siempre otras universidades, centros de investigación, hospitales u organizaciones de la sociedad civil o gubernamentales.