Imagine que puede reducirse de tamaño y entrar a la arteria principal, la aorta y, como si fuera en una nave, realizar un completo recorrido por la anatomía, desplazándose por los conductos sanguíneos, descubriendo cada milímetro de esa maravilla que es el cuerpo.
Póngale más emoción al reto: ahora debe escoger el camino correcto entre 116 opciones para llegar a la glándula mamaria y ‘atacar’ el cáncer que ha afectado un cuadrante o ‘destruir’ la metástasis que se tomó parte de la axila. Puede ayudarse del láser que destruye las células tumorales que se mueven en forma similar a los marcianitos de un famoso videojuego.
Esta experiencia innovadora no es un sueño, es toda una realidad en la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, específicamente en la clase de Anatomía, y hace parte de un proceso de transformación de la enseñanza. En este, tiene un rol importante el videojuego de realidad virtual (VR, por su sigla en inglés) Nanosurgeons Glandula Mamaria, que le permite a los estudiantes profundizar en el cuerpo humano, obtener un conocimiento valioso e inolvidable y, finalmente, ser evaluado.
Todo comenzó hace tres años, cuando se detectó un bajo interés por la materia, las clases magistrales los desmotivaban y, por lo tanto, no aprendían. “Comenzamos a hacer una serie de cambios y analizamos si abordar el tema desde una perspectiva más cercana a ellos, como son los videojuegos, la realidad virtual y la realidad aumentada, sería un buen mecanismo para que se acercaran a la anatomía y fueran más felices estudiándola”, explica el profesor Ricardo Miguel Luque Bernal, médico cirujano, con maestría en genética y experto en Embriología, Bioética y Anatomía, área que enseña desde hace 13 años.
En la búsqueda, el profesor y otros compañeros observaron que había pocas estrategias pedagógicas en anatomía que tuvieran como base la realidad virtual y ahí visualizaron una gran oportunidad. “Propusimos a la Universidad hacer un videojuego, y fue muy receptiva. Nos ayudó en el desarrollo del software, adquirió gafas de realidad virtual y nos facilitó todo. Creo que en otra institución esto no hubiera sido posible”, explica el profesor Luque.
Todo coincidió con una serie de cambios dentro de la forma de enseñar en la institución; uno de los tópicos de innovación fue la hematooncología. Había una clase de ‘anatomía de la glándula mamaria’, de una hora, y la escogieron como un posible núcleo para desarrollar el videojuego.
Lo siguiente fue analizar qué se quería enseñar y cómo aplicar el tema. De nuevo, una luz se encendió. La inspiración fueron películas de los años ochenta, noventa y anteriores, como Viaje Insólito (Innerspace, 1987) y Viaje Fantástico (Fantastic Voyage, 1966), en las que había personajes que se reducían y entraban al cuerpo. Ciencia ficción pura. De ahí surgió la idea de ‘inyectar’ al estudiante al primer mundo del videojuego, específicamente a la arteria aorta, la principal del cuerpo, para que iniciara la misión de llegar al sitio en donde estaba el tumor; tarea que hace referencia a un caso clínico asignado, que no es otro que el tumor en un cuadrante de la glándula mamaria.
Alcanzar la meta implica que los alumnos conozcan toda la estructura vascular de la parte superior del cuerpo y dominen el campo de las