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¿Campeón de la mentira o héroe mediático?

Ismael Iriarte Ramírez

Campeón de la mentira

La primera vez que tuve noticias de Tomasso de Benedetti fue por cuenta de la lectura de Aquí y ahora, imprescindible recopilación de decenas de cartas intercambiadas entre Paul Auster y J.M. Coetzee.

En una de las misivas, enviada el 7 de abril de 2010, Auster le informa con estupor al Nobel sudafricano que ambos habían sido víctimas de un fraude periodístico, por parte de un italiano que llevaba varios años falsificando entrevistas con escritores y personajes de la política internacional. La chispa de una historia digna de atención se encendió a toda prisa, aunque poco a poco fue diluyéndose en una poblada lista de indagaciones aplazadas. Pero el azar trajo nuevamente el nombre Tomasso de Benedetti frente a mis ojos, ya no como un desconocido, sino encumbrado como el “Campeón italiano de la mentira”, título que como más tarde pude constatar, encajaba con satisfacción.

Varios de los más importantes medios internacionales señalaban, no exentos de morbo, la larga lista de “fechorías” atribuidas al italiano. Más de 80 entrevistas a un selecto grupo de personalidades a las que nunca conoció y entre las que se encontraban nombres como John Grisham, Gunter Grass, Nadine Godimer, Herta Müller, A. B. Yehoshua, José Saramago, el Dalai Lama, Lech Walesa, Mijaíl Gorbachov, y Noam Chomsky, entre otros. Mientras que la propagación de falsas noticias sobre la muerte de celebridades y constantes suplantaciones de identidad en redes sociales, completaban su prontuario.

Sin embargo, tras verse descubierto el fraude, de Benedetti nunca se sonrojó, argumentando que siempre se había tratado de un juego, y que su intención con aquellas mentiras era la de demostrar el peligro que entraña la comunicación a través de los medios digitales, donde nada es lo que parece y en los que, según sus propias palabras, “cualquiera puede ser cualquiera”, estos últimos planteamientos provistos de validez y certificados día a día en la oprobiosa era de la posverdad.

Más allá del escándalo, los trabajos del italiano entrañan un gran valor, pues no resulta una labor menor recrear de forma plausible los postulados y la forma de expresión de tantos y tan diversos personajes, con solo haber estudiado sus obras. Esto constituye sin duda una muestra de un prometedor talento para la ficción y una ventaja exponencial frente a muchos de los personajes que, encumbrados como cronistas y redactores, atropellan diariamente sus lectores con su falta de tino.

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No obstante, tal vez el mayor mérito de Tomasso de Benedetti radica en asumir el riesgo de ubicarse en la orilla opuesta a la orientación que casi por regla general asumen los artistas, vinculados algunos por convicción y otros por conveniencia a ideas de lo que podríamos llamar socialismo progresivo. Sin duda una herejía frente a los ojos de la opinión pública, con osadas empresas como la de cuestionar la gestión de Barack Obama, infinitamente más mediático que resolutivo, en boca de uno de sus adeptos más notables, Philip Roth, quien se mostró profundamente dolido y a la postre se encargó de desenmascarar al campeón del engaño.

A pesar de esta tendencia no todos los perjudicados por el juego de Tomasso de Benedetti se tomaron tan a pecho sus mentiras, tal es el caso de Mario Vargas Llosa, quien en su libro La civilización del espectáculo lo describe como "un héroe mediático, un pícaro audaz e inofensivo" y también como un "simpático embaucador".

Aunque no siempre resultaron tan inocuos sus engaños, para la muestra el incremento en el precio del petróleo que se atribuye a la falsa noticia de la muerte del presidente sirio Bashar al Asad, o el papelón protagonizado por el diario El País, tras publicar una foto trucada de Hugo Chávez. No resulta una tarea fácil seguir el rastro del gran impostor, del que como última aparición conocida se registra el falso reporte de la muerte del cineasta griego Costa Gavras en agosto del 2018.

Referencias
Auster, P., & Coetzee, J. M. (2012). Aquí y ahora: Cartas 2008-2011. Mondadori/Anagrama.
Llosa, M. V. (2012). La civilización del espectáculo. Alfaguara.
https://elpais.com/diario/2010/06/06/domingo/1275796357_850215.html