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Historia mínima de Colombia

Luis Enrique Nieto Arango

portada

A partir de la celebración del primer centenario de la Independencia, en 1910, muchas generaciones de colombianos estudiaron la historia del país en el texto premiado en un concurso organizado por la Academia Colombiana de Historia, de la autoría de Jesús María Henao y Gerardo Arrubla, ambos abogados, conservadores y aficionados a la historia.

Los jurados de ese concurso, igualmente conservadores –Clímaco Calderón, Emiliano Isaza y Antonio José Uribe– consideraron que esa obra, la única presentada al concurso, mostraba en sus autores un criterio imparcial y el sincero propósito de ser fieles a la verdad. Por lo anterior esta historia de Henao y Arrubla fue adoptada como texto oficial por el gobierno de Carlos E. Restrepo y su Ministro de Educación Pedro M. Carreño.

Este manual, con su visión pedagógica y moralista, fue la guía para tantos estudiantes que encontraron en ella una concepción bien convencional de la historia que únicamente a partir de la década de los sesenta del siglo pasado empezó a ser revaluada gracias a la Nueva Historia de Colombia, desarrollada bajo la dirección del Profesor Jaime Jaramillo Uribe.

Esta Nueva Historia de Colombia, con sus dos versiones: la primera publicada en tres volúmenes por Colcultura y la segunda, continuada por Álvaro Tirado Mejía con la participación de un grupo de historiadores, diversos ideológicamente, profesionales y conocedores de las modernas metodologías históricas ofrece un panorama bastante acertado de nuestra realidad que, unido a la Historia de Colombia: país fragmentado, sociedad dividida de Marco Palacios y Frank Safford, puede ser leída con provecho. Además de algunos trabajos monográficos de miembros de la Academia de Historia, la otra obra de conjunto que ha circulado ampliamente es la del ya fallecido decano de los colombianistas norteamericanos: David Bushnell, COLOMBIA Una nación a pesar de sí misma NUESTRA HISTORIA DESDE LOS TIEMPOS PRECOLOMBINOS HASTA HOY, que ya alcanza la edición número 23 y en la cual su condición de extranjero, como él mismo lo dice, «ayuda realmente a ver algunas cosas con mayor claridad».
 

La aparición este año, publicada por el Colegio de México, en la editorial Turner, de la Historia Mínima de Colombia de Jorge Orlando Melo: La historia de un país que ha oscilado entre la guerra y la paz, la pobreza y el bienestar, el autoritarismo y la democracia, constituye un verdadero hito que, sin duda, debe causar un gran impacto en estas nuevas generaciones que, ojalá, puedan tener la suerte de vivir una Colombia sin violencia, esa violencia que según las palabras finales del libro de Melo: es la gran tragedia de la sociedad colombiana del último siglo y constituye su mayor fracaso histórico.

A raíz de la Ley 1874 de 2017, que pretende restablecer la enseñanza obligatoria de la historia de Colombia como una disciplina integrada en los lineamientos de las Ciencias Sociales en la Educación Básica y Media y que, como tantas otras disposiciones legales constituye, según parece, un ejemplo más del gatopardismo (cambiar todo para que todo siga igual) se ha hablado mucho de la importancia de la enseñanza de la historia y de que la falta de esta ha sido un ingrediente pernicioso para el proceso, tan convulsionado e irregular, de construcción de un país en paz, equitativo y solidario. Si en verdad el aprendizaje de la historia puede contribuir a ese propósito, tan loable como inalcanzado, el aporte de Jorge Orlando Melo, con este texto de síntesis que abarca 330 páginas, es verdaderamente notable y responde a su admirable trayectoria de historiador profesional, formado en Filosofía en la Universidad Nacional y en Historia en las Universidades de North Carolina y Oxford, Profesor de las Universidades Nacional, del Valle y Duke University.

Como sabemos el Profesor Jorge Orlando Melo une a esa formación académica su experiencia como Consejero Presidencial para Derechos Humanos y para Medellín y como Director, durante 11 años, de la Biblioteca Luis Ángel Arango, probablemente la más importante de América Latina.

La lectura de la contraportada de esta primera edición de la Historia Mínima de Colombia nos plantea diez de los interrogantes que aspira a contestar este libro y que no dudamos en transcribir pues, por su pertinencia y actualidad, invita a la lectura juiciosa del texto:

  • ¿Cuándo llegaron los primeros pobladores a Colombia?
  • ¿Qué tan grande era la población indígena hacia 1500?
  • ¿Qué lenguas se hablaban a la llegada de los españoles?
  • ¿Por qué fracasó la unión de Colombia, Ecuador y Venezuela después de la independencia?
  • ¿Cuándo y por qué se abolió la esclavitud?
  • ¿Qué impacto tuvo el cultivo del café en el desarrollo económico y social del país?
  • ¿En qué cambió el papel de las mujeres en la sociedad durante el siglo pasado?
  • ¿Por qué han coexistido la guerrilla y la democracia durante tanto tiempo?
  • ¿Por qué Colombia se convirtió en un eslabón importante en la cadena del narcotráfico?
  • ¿Cuál es el mayor reto al que se enfrenta el país en el siglo XXI?


Muy oportuna entonces la publicación de este texto que recoge, de forma sucinta pero rigurosa y amena, el profundo conocimiento del Profesor Jorge Orlando Melo sobre el país y que deberá contribuir a la recuperación de la memoria histórica y, por lo mismo, al conocimiento de la realidad, tan manipulada por aquellos que, ignorándola o tergiversándola, casi han logrado que Colombia sea, como en el cuento de Borges, «un acto de fe», en lugar de una nación viable y pacífica, como lo merecen todos los colombianos.