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In memoriam Luis Enrique Nieto Arango

Alberto José Campillo Pardo. Editor de la Revista Nova et Vetera

Claustro

Escribir un texto como este no es fácil. Y no sólo por la tristeza que me embarga al pensar en la partida de Luis Enrique Nieto Arango, sino que plasmar en letras su legado para la Revista del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario es una tarea, cuando menos, titánica. Cómo dijo Isaac Newton: “caminamos en hombros en gigantes”.

Y sí, el Dr. Nieto era un gigante. Un gigante de la cultura cuyas anécdotas sobre la historia de la Universidad del Rosario o de la antigua Bogotá hubieran dado para escribir una antología de muchos volúmenes. Un gigante de la escritura, como lo prueban las numerosas publicaciones a su nombre dentro y fuera de la Revista. Un gigante de la enseñanza, como lo atestiguan sus incontables años como profesor. Un gigante del humanismo, quien siempre veía las mejores cualidades de las personas y las ayudaba a potenciarlas a través del trabajo y el buen consejo.

Pero, sobre todo, el Dr. Nieto era una buena persona. Una persona agradable que siempre tenía la disposición de ayudar cuando se lo pedían, con la cual era agradable conversar, con la que se aprendía simplemente oyéndolo. Una persona que siempre me apoyó y estuvo a mi lado en el quinquenio largo que llevo siendo el editor de esta revista. Con él, cambiamos la perspectiva de lo que la revista podía llegar a ser. Aplicamos el lema de la publicación -Nova et Vetera- y le apostamos a la revolución digital, conservando la esencia de lo que Monseñor Carrasquilla quiso cuando la fundó: ser un espacio para que los rosaristas pudieran expresar sus ideas.

Y es que el Dr. Nieto encarnaba ese espíritu de lo nuevo y lo viejo. Encarnaba lo mejor de dos mundos: la sabiduría y la tradición de lo antiguo y el espíritu inquieto que genera lo nuevo. Por eso él jamás será reemplazado y en la revista siempre será recordado como uno de los mejores directores que la publicación ha tenido en sus 115 años de historia. Queda en nuestras manos continuar con su legado.

Descanse en paz Dr. Nieto, nunca lo olvidaremos.