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Un viaje a la respiración holotrópica

Jairo Hernán Ortega Ortega

Un viaje a la respiración holotrópica

Todo hombre tiene perfecta conciencia de encerrar en sus pensamientos
cosas que nunca, o solo a disgusto, comunicaría a otros. Sospecha
también que existen otras cosas que no quisiera uno confesarse
a sí mismo, que se oculta uno a sí propio y que expulsa de su
pensamiento en cuanto, por caso, aparecen.
Sigmund Freud, Análisis profano
 
Ha sido propio del ser humano querer conocerse hasta la médula y, en el caso que ocupa este artículo, hasta lo más recóndito de su alma o espíritu o yo o conciencia o neurona o más allá del más allá. Para lo cual se ha valido de métodos naturales, contranaturales, artificiales o basados en creencias populares. El uso del propio cuerpo, para hallarse – encontrarse a sí mismo, ha sido una constante en ciertas disciplinas o metodologías, en especial las que usan técnicas de respiración.
 
Hay técnicas ancestrales para inducir estados expandidos de conciencia, según la metodología que se aplique puede lograrse a través del sonido o la música (percusión, campanas, gongs, mantras…), la danza y el movimiento (Tai Chi, Qigong, giros derviches, danza trance, capoeira…), el aislamiento y la privación sensorial (ayuno, meditación, oración…), uso de plantas o sustancias psicodélicas (yagué, LSD, cannabis…), y también el trabajo con la respiración.
 
De las que emplean métodos de respiración encontramos el Pranayama, el Yoga, el Kundalini Yoga, la respiración de fuego budista, el Ketjak de Balí, técnicas tántricas, dentro de las que podemos considerar milenarias. Otras dentro de la modernidad son el Mindfulness y la Respiración Holotrópica. De esta última es de la que nos vamos a ocupar.
 
Abraham Maslow (1908 – 1970), Psiquiatra y Psicólogo norteamericano, junto con Satnislav Grof (1931 - …), Psiquiatra checoslovaco, en asocio con otros colegas, queriendo expandir la psicología humanista,  desarrollan hacia los 60 lo que se ha denominado Psicología Transpersonal, la cual se enfoca en estudiar la dimensión natural y trascendente de la naturaleza humana y de la existencia. Esta experiencia se puede producir o reproducir espontáneamente  o de manera inducida a través de técnicas como la meditación, el ayuno, la danza, la ingestión de sustancias psicoactivas o la hiperventilación.
 
Las experiencias, procesos, procedimientos y vivencias de Respiración Holotrópica se basan en la hiperventilación. El padre de este elaborado y complejo proceso es Stanislav Grof. A partir de experimentaciones con LSD, que él mismo probó,  y sus estudios pioneros sobre el mismo, dentro de lo que se denominó Psicoterapia Psicodélica, para observar y consignar sus efectos sobre la psique, Grof llegó a descubrir que muchos de estos estados mentales podían ser explorados sin drogas utilizando determinadas técnicas de respiración, especialmente la hiperventilación, pero en un ambiente controlado y de apoyo. Esa técnica se denomina, como dijimos arriba, Respiración Holotrópica.
 
Holotrópico significa orientado hacia la totalidad o moviéndose en dirección a la totalidad, argumenta Claudia Sánchez Salamanca. Ella es Psicóloga Clínica de la Universidad Javeriana, certificada por Grof Transpersonal Training, ya que estudió y se formó con el Dr. Stanislav Grof en México. La Respiración Holotrópica es una forma poderosa de autoexploración personal y psicoterapia experiencial, complementa la Dra. Sánchez.
El Dr. Ricardo Di Doménico Asti, Médico Especialista en Cirugía General de la Universidad del Rosario, y con amplia experiencia en la industria farmacéutica, también es certificado por Grof  Transpersonal Training. Él explica que la consciencia es alterada por medio de  técnicas de respiración acelerada, música evocativa, trabajo corporal focalizado, arte y procesos de grupo; así se logra “viajar” para trascender, buscando la resolución de conflictos emocionales o físicos.

 

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Son como las clases de estados que los chamanes inducen y que experimentan ellos mismos cuando sanan a otros. O como las experiencias de los iniciados en ritos de paso indígenas, misterios de muerte y de renacimiento; experiencias de yoguis, budistas o los místicos de los Sufís o los Cristianos. Afirman Sánchez y Di Doménico.
 
Además, las experiencias tienen un gran potencial sanador, en especial para el espíritu, heurístico, transformativo y evolutivo. A partir de 1975, Grof empieza a trabajar con la Respiración Holotrópica, como terapia de autoexploración, y la desarrolla en el Instituto Esalen, junto con su esposa Cristina (la Dra. Sánchez y el Dr. Di Doménico también son esposos). Esta disciplina también estudia todo el espectro de la experiencia humana, incluyendo los ENOC: estados no ordinarios de conciencia, y algunas formas de experiencias místicas.
 
Holotrópicamente hablando, se considera que los síntomas, bloqueos o problemas psicológicos o psicosomáticos que sufre o experimenta un individuo no se relacionan exclusivamente con lo que recuerda de su vida, sino que puede originarse en contenidos olvidados o reprimidos y hasta desconocidos, los cuales lo condicionan desde la profundidad de la psique, a donde podrá acceder a través de estados expandidos de conciencia; también llamados estados no ordinarios de conciencia  o estados holotrópicos.
 
Conociendo el rigor académico en la formación científica y profesional de la Dra. Sánchez y del Dr. Di Doménico, su intachable calidad humana, y tras la búsqueda de unos “retiros espirituales”, que no experimentaba desde mis años de formación en el colegio con los jesuitas, decidí emprender la experiencia de la Respiración Holotrópica.
 
El viaje se inicia con una charla informativa, entre semana, en el apartamento de Claudia y Ricardo ubicado al norte de Bogotá en el edificio Iguazú. Se tocan los aspectos generales que se pueden leer arriba de este texto, se escuchan testimonios, se absuelven inquietudes  y se explica la dinámica de la experiencia.  Un sábado a las 6:00 a.m., reunidos en la misma dirección, el grupo que va a “respirar” aborda un amplio y cómodo bus pulman que a paso firme y seguro tomará rumbo a Zipacón, bello pueblo sabanero.
 
Dejando un poco atrás el poblado se llega, en una zona enteramente rural y de entorno natural envidiable, a la finca La María. El recibimiento es con alguna bebida caliente y panecillos. La finca posee un nacedero de agua propio y es prolija en pastos, árboles y flores. Es un pedacito de paraíso. Una vez reunido el grupo se hace una presentación personal sencilla, sin arabescos. Los conductores de la experiencia, en este caso Claudia y Ricardo, explican al detalle cómo se va a “respirar”. Los integrantes se dividen en dos grupos, unos “respiraran” y los otros serán los “cuidadores” de quienes respiran; eso durante la mañana, en la tarde los papeles se invierten. Siempre bajo la supervisión de nuestros dos expertos. 

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Todo se lleva a cabo en un salón construido para tal fin, que recuerda algunas construcciones del lejano oriente; hay colchonetas, tapetes y cojines. Se debe ingresar descalzo. Una vez el “respirador” está cómodamente acostado en su colchoneta, el espacio se inunda de música que raya entre lo esotérico, lo hindú, lo chino, lo japonés, lo tibetano, lo bengalí y hasta de la nueva era, es en todo caso una play list maravillosa y va a ser clava en el proceso porque ayuda a concentrarse a través de los sonidos y hace que la experiencia se integre con el modo de respiración.
 
Se debe hiperventilar, o sea, respirar muy rápido y de manera seguid y permanente durante todo el tiempo que dura la actividad. Los ojos deben estar cerrados o cubiertos con tapaojos. Hay también, dentro del kit personal, unas bolsitas plásticas porque la hiperventilación puede inducir náuseas y vómito. Al hiperventilar lo que el organismo en su fisiología experimenta que barre CO2, lo cual conlleva a experimentar parestesias, contracturas musculares y tetanización. Aunque los efectos más diversos son a nivel del sistema nervioso y en especial de la conciencia.
 
Por lo anterior la labor de los cuidadores es vital evitando traumas físicos, pero también apoyo emocional porque en un momento dado el respirador puede necesitar un abrazo o unos pañuelitos desechables (también incluidos en el kit) para secar las lágrimas. Todo el proceso toma casi tres horas, durante las cuales las respuestas físicas y emociónales de cada participante son diversas. Una vez cubierta la sesión de la mañana, se pasa a almorzar, pero antes cada uno de los “respiradores” debe elaborar un dibujo, un mandala.
 
El almuerzo es, más que vegetariano, sano; abundante y sabroso. Lo importante es que propicia un espacio para compartir y comentar lo vivido y lo que se va a vivir. Pasada la digestión viene la parte donde los “respiradores” serán “cuidadores”  y viceversa. Los dos procesos son complementarios. Las tres horas de la tarde también son intensas y también con variaciones en las actitudes físicas y emotivas de cada participante. Pareciera que hiperventilar es fácil, pero no; tiene su técnica y en especial requiere de mucha concentración para poder llegar a la catarsis o a la vivencia que se busca. Hay mucha solidaridad durante todo el proceso. 

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Terminando la tarde y cayendo la noche, el grupo se reúne alrededor de la tierra, el agua y el fuego. Cada persona relata lo experimentado y explica su mandala. Las vivencias son variadas, muy personales, pero muy honestas y sinceras. Este momento es como una Terapia de Grupo, sin señalamientos ni diagnósticos ni juzgamientos, sólo escuchar para valorar y agradecer cada testimonio, que complementa el nuestro, para crecer.  
 
A través de lo experimentado considero que la Respiración Holotrópica, de acuerdo a cada persona y personalidad, a cada momento de vida, a cada búsqueda de respuestas y a cada necesidad emocional o espiritual, perfectamente puede constituirse en una psicoterapia o psicoanálisis muy efectivo y valioso e incluso reemplazarlos o ser complementaria, porque conocernos mejor ayuda.
 
Cayendo la noche, el gigante bus, ya de retorno, se adentra pesadamente en la ciudad que abandonamos durante la mañana; ahora la vemos y la vamos a enfrentar con otros ojos.