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Aurelio Pizarro y su novela La muerte previa, una luz de esperanza para la literatura colombiana

Jaime Luis Charris

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No debe sorprendernos la gran acogida que ha tenido “La muerte previa”, novela escrita por Aurelio Pizarro, en el panorama literario reciente.

No debe sorprendernos la gran acogida que ha tenido “La muerte previa”, novela escrita por Aurelio Pizarro, en el panorama literario reciente. A solo un par de meses de su publicación, en los últimos días de 2019, el dominical de El Espectador ya publicaba un análisis de la obra realizado por el connotado periodista y escritor Julio Olaciregui, quien no escatimó elogios para la impecable creación literaria de Pizarro. Paralelamente, empezaron a circular en distintos diarios, revistas y portales web especializados, diversos análisis y comentarios respecto del “encierro de Anaísa” —historia central de la novela—, que se extendieron durante todo el 2020 y lo que va del año 2021. Son varias las razones que explican el éxito de la novela y el hecho de que la crítica la haya abrazado de esa forma, las cuales van desde la formación literaria del autor hasta los temas que se desarrollan a lo largo de la trama. No obstante, algunas de estas razones las encontraremos en una pregunta que formula el propio Julio Olaciregui en el artículo que se cita: “¿en qué anda la novela hoy en día? (Olaciregui, 2020).


Bajo este contexto, la crítica ha coincidido en que al autor le sirve de pretexto la decisión de Anaísa “una muchacha de diecinueve años, a quien a todas luces la vida le sonreía” de encerrarse en su habitación para siempre y a partir de allí dar apertura a la reflexión. Empiezan a tomar forma, a través de las vivencias de los personajes, hondas interpretaciones acerca de la vida en sociedad, la política, el arte, pero, ante todo, el universo mismo. Una de esas vivencias, quizá la más importante, se da cuando Morantes (a quien se le acusa de haber dado origen al encierro de Anaísa como consecuencia de —supuestamente— haberla rechazado como mujer) y el narrador anónimo planean descifrar el enigma que rodea la incomprensible resolución del encierro, para lo cual no encuentran solución distinta a intentar irrumpir en la habitación que guarda a quien en el pasado fue una encantadora adolescente. Estallan, a partir de entonces, en las manos del lector, potentes detonaciones cuyas partículas van a conducirnos hacia diversos cuestionamientos que aquejan a la humanidad.

 

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Con esta perspectiva, concluyo que Aurelio Pizarro tiene bien claro cuál es el objeto de la novela y en donde pretende ubicar su discurso narrativo; no en vano Olaciregui la cataloga como “una lección de novela” utilizando la siguiente reflexión: “…es una verdadera lección para quienes deseen aprender lo que es la narrativa de nuestra época, cuáles son las posibilidades de armar una historia que nos agarre, nos conmueva y nos haga reflexionar sobre el enigma de nuestras vidas y su probable disolución en el fondo de un túnel” (Olaciregui, 2020). A juzgar por la formación literaria de Pizarro, ávido lector de la obra de William Faulkner, Edgar Allan Poe, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, entre otros —La muerte previa tal vez sea mi obra más barroca, dijo en una entrevista—, la historia del encierro de Anaísa es abono para una narrativa que quiere recuperar la mejor literatura Latinoamérica de los años del “Boom” y que la proyecta con contundente eficacia en la novela de nuestra época.

Otro punto importante es la ambientación geográfica en la que se desarrolla la novela: Santa Villa de los Mares. El crear un lugar ficticio para colocarlo como epicentro del desarrollo de la trama, podríamos atribuírselo también a sus influencias literarias: Yoknapatawpha de Faulkner o el mismo Macondo de García Márquez. Sin embargo, hay variaciones importantes en la estructura de Santa Villa de los Mares, ya que esta población no corresponde a la extensión de un lugar real ni a una operación tendiente a encajar episodios fantásticos. Santa Villa de los Mares no es lo uno ni lo otro, pero sí los dos. Encontramos tres cosas más que llamativas en la novela, una es que el resto del mundo, es decir las demás ciudades involucradas en la acción que se va tejiendo a lo largo del texto, son en su mayoría ciudades europeas: Bilbao, Rennes o Viena, por ejemplo. La segunda es que los hechos se desarrollan bajo las prohibiciones políticas y religiosas que azotaron un periodo importante de nuestra historia reciente y la última es la inclusión de ciertos elementos esotéricos que podemos ver representados en los cuadernos del bisabuelo De Roux, en la daga y en los extraños ritos que se rumoreaba que practicaba Anaísa al interior de aquella enigmática casa clausurada. Aterrizar todos estos elementos en un espacio físico concreto justifican la inserción de Santa Villa de los Mares, un lugar sombrío en donde un sacerdote —el padre Gaona— ejerce una gran influencia en la vida social de la comunidad, pero en el que también se va a cine, hay carnaval y se debate sobre profundas cuestiones estéticas y filosóficas en torno a unas cervezas.

La Libertad, periódico de amplia circulación de Barranquilla y el Caribe publicó otro interesante análisis en torno a “La muerte Previa”. Esta vez fue el sociólogo y escritor Pedro Conrado Cúdriz quien, parafraseando a otra gran intelectual, Sucely Ariza, anota: “¿Sabes que es lo que más me gusta de esta novela? Primero, que rescata una historia humana perdida en la memoria de los abuelos. Y la manera como la cuenta, la forma como la introduce en un contexto citadino y universal. Segundo, esta novela se puede leer en el Japón, en España o en Francia o en otra parte, y es creíble. Es una hazaña literaria. Y por último, el rigor del pensamiento, su mezcla con la historia, que tiene su carga filosófica profunda. Si la sopesáramos, encontraríamos un equilibro entre la literatura y la vida. La ficción, por ser ficción, no deja de embriagarnos de realidad” (Conrado, 2020).
No podría cerrar esta columna sin resaltar algunos aspectos biográficos de Aurelio Pizarro, nacido en Santo Tomás, Atlántico, y quien ha publicado los libros de cuentos Fantasmas de este mundo y El espejo infinito. Vivió gran parte de su vida en Europa (Francia y España) vinculándose en aquel tiempo a la “tétrada literaria”, proyecto literario que le permitió interactuar con escritores de la talla de Pedro Ugarte, Txani Rodríguez, Amado Gómez Ugarte y Espido Freire. Como muchos otros ha regresado a Colombia para dedicarse de lleno a la literatura, actividad que alterna como columnista de diferentes diarios a nivel nacional.


REFERENCIAS
 
Olaciregui, J. (15 de 02 de 2020). "La muerte previa": una lección de novela. Obtenido de El Espectador : https://www.elespectador.com/noticias/noticias-de-cultura/la-muerte-pre…
 
Conversación en el ADDA. (12 de junio de 2015). "El oficio de escribir" [video]. Youtube. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=jmMdMsktLw4&t=4121s
 Conrado, P. (2 de abril de 2020). La muerte previa . Obtenido de La Libertad: https://diariolalibertad.com/sitio/2020/04/la-muerte-previa/