Pasar al contenido principal

Perfil. El creativo de los múltiples lenguajes

Camilo Rueda Navarro

El creativo de los múltiples lenguajes

Ángel Beccassino nació en 1948, en Argentina, y en su vida ha viajado por todo el mundo. Desde la década de 1970 venía esporádicamente a Colombia por motivos de trabajo, hasta que en 1986 se radicó definitivamente en nuestro país. En su despacho, tras su alta figura, sobresalen numerosos afiches y cuadros, algunos diseñados por su equipo.

Conserva intacto el acento porteño, pero en su tranquilo hablar afloran con naturalidad expresiones colombianas. Ha sido escritor, publicista, artista, músico, fotógrafo, periodista y actor. Pero prefiere no encasillarse en ninguno de estos títulos. Dice que todos tenemos “un montón de posibilidades”, talentos que van aflorando.

“Uno tiene muchas posibilidades de pensar y expresar cosas en diferentes lenguajes”, afirma. Y prefiere, por ello, desatender el tradicional consejo de especializarse en algo, porque lo considera una “mutilación”.

En sus campos de interés se encuentran la política, la economía, el arte, el teatro, la literatura y la música. Tiene en su haber una treintena de libros publicados, siete discos de su banda musical y exposiciones en más de diez ciudades de todo el globo. Desde hace una década se ha consolidado como experto en publicidad política, sin abandonar su esencia polifacética y versátil.

La comunicación política

Beccassino fue el autor de la campaña Bogotá: 2600 metros más cerca de la estrellas, con la que su agencia ganó una convocatoria abierta de la Alcaldía Mayor de la capital para cambiar la percepción negativa de la ciudad. Desde ese momento, a finales de los años noventa, profundizó su labor en el tema de gestión de gobiernos y marketing político electoral.

Sus asesorías han estado presentes en campañas políticas en Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, México y Venezuela, entre otros.

Participó en la campaña electoral de Luis Eduardo Garzón a la Alcaldía de Bogotá, en 2003, que pasó a la historia por ser la primera vez que la izquierda ganaba la administración de la capital. Producto de esta experiencia, publicó el libro Estrategias de comunicación política. El triunfo de ‘Lucho’ Garzón y Pablo Ardila o el fracaso de las maquinarias. En este texto reflexiona sobre la experiencia de esa campaña, en la que también asesoró la candidatura de Ardila a la Gobernación de Cundinamarca.

En 2007, trabajó para las campañas de Jorge Iván Ospina en Cali, Alejandro Char en Barranquilla y Enrique Peñalosa en Bogotá. Desde esa jornada electoral optó por tomar un poco de distancia de las campañas políticas y más bien reflexionar y escribir sobre ellas. En 2008, publicó el libro La nueva política. El entorno y la comunicación electoral, donde analiza la respuesta de la política a los cambios que sacuden a la sociedad en un plano internacional comparativo.

En Bolivia, acompañó a Evo Morales en el referendo revocatorio de 2008, en el cual el mandatario fue ratificado con más del 67% de los votos. Pero a Bolivia no llegó de repente. De hecho, es el primer país que conoció fuera de su patria natal, cuando apenas tenía 17 años. Allí llegó en tren, conoció la situación de los mineros del estaño en San José, e hizo muchos amigos, entre ellos Álvaro García Linera (actual vicepresidente de la República), y Felipe Quispe, activista indígena.

Sostiene que con un 70% de los candidatos con los que ha trabajado mantiene afinidad política, y el resto de los casos son aspirantes con los que tiene puntos de encuentro y posibilidad de debate. Pero definitivamente –dice– no trabajaría para abanderados de posturas contrapuestas a sus convicciones o con los que no tiene “nada que ver”.

Considera que en la actualidad existe una sobreestimación de las redes sociales. Para él, son una herramienta más, la cual no debe confundirse con el escenario de fondo. Al ser una herramienta, “depende de lo que hagás con ella y en función de qué juego estratégico se tenga”, dice Beccassino. Eso sí: permiten acelerar procesos con logísticas mucho más sencillas, pero no dejan de ser un medio, como lo fueron la radio o la televisión, agrega.

El periodismo y la guerra

Beccassino fue corresponsal en el Líbano cubriendo el conflicto de Medio Oriente para medios impresos iberoamericanos. Estando en Beirut, tuvo noticia de la toma del Palacio de Justicia por parte del M-19, en noviembre de 1985. Poco después ya estaba en Colombia, en donde cubrió el proceso de paz con esa organización insurgente, de la que publicó el libro M-19: El heavy metal latinoamericano.

En 1998 publicó el libro 2000 hora 0. La guerrilla y Colombia. ¿Tendrá futuro el pasado?, una serie de entrevistas con variados protagonistas del conflicto colombiano. En él, dialoga con personajes como comandantes guerrilleros, analistas y consejeros, con la intención de contribuir “a la comprensión de esta guerra, condición básica para poder alcanzar la paz”, según explica.

Considera que el cubrimiento que se hace del conflicto en Colombia es “una porquería”, porque es un cubrimiento plano, sin análisis, sin noción de integralidad. Solo se muestran unas anécdotas reemplazadas por otras, bajo el rótulo desvirtuado de que solo hay “narcoterrorismo”.

Proyectos actuales

En la actualidad, Beccassino trabaja en un proyecto para internet llamado La Semilla. También prepara dos libros que están a punto de salir. Paralelamente ha estado incursionando en el teatro. En La Candelaria, por ejemplo, presentó Religión y hambre, una puesta en escena (gratuita al público) que tuvo como fin poner en entredicho el lucro del capitalismo, que considera como el sustento de ese sistema.

Y sigue estando al frente de La Banda Dispersa de la Madre Tierra, agrupación integrada por músicos de diferentes partes del mundo, en la que cumple los roles de director y compositor. Pero también interpreta la flauta thai, el talam, el piano, los teclados, la percusión y la voz.

Más allá de su rol como “experto en marketing político”, Beccassino articula diversas expresiones en las que vuelca su gran capacidad creativa, y que van desde la escritura hasta la música, pasando por el teatro y la fotografía.