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Breve guía para entender someramente las fuentes documentales de la Edad de Hierro Tardío en Escandinavia y el Atlántico Norte

Juan Pablo Quintero

Breve guía para entender someramente las fuentes documentales de la Edad de Hierro Tardío en Escandinavia y el Atlántico Norte

La Edad de Hierro Tardío es un periodo arqueológico convencional que abarca lo que en Historia de Europa se conoce como Alta Edad Media, es decir entre los siglos V y X d. C. aproximadamente, y la primera mitad de la Baja Edad Media, hasta 1250 d. C., aproximadamente también. Las diferencias en las convenciones se deben, en buena medida, a la cantidad de perspectivas y de disciplinas que abordan el pasado. Pero, en términos generales, se puede decir que existe cierto grado de consenso sobre las fechas que definen esta etapa final de la Edad de Hierro en el norte de Europa y sus extensiones septentrionales hacia el poniente.

Gran parte del encanto que despierta este periodo se debe a los variados relatos sobre reyes, héroes, tesoros, guerras, dragones, monstruos y magia que engalanan las historias de la gente que vivió durante las distintas etapas de gloria y de conflicto que marcaron esos cerca de 800 años. Pero cuando el estudioso, o el diletante, busca adentrarse en lo más profundo de ese pasado mítico y real, se encuentra ante un enmarañado acertijo de anacronías y versiones contrapuestas que no permiten hallar solaz en la tarea. Entender las fuentes resulta convirtiéndose en una empresa abrumada de metarreferencias, sobrenombres e hipocorísticos cruzados que se discuten en las introducciones de las sagas, con el fin de clarificar cuándo ocurrieron los hechos que se narran, quiénes los protagonizaron, dónde y si pudieron o no haber ocurrido.  Se propone acá, por lo tanto, una breve guía para entender someramente las fuentes documentales de la Edad de Hierro Tardío en Escandinavia y el Atlántico Norte.

Fuentes primarias:
Las únicas fuentes de información que podrían considerarse primarias, es decir, escritas por la gente que protagonizó o presenció los eventos descritos, son las inscripciones rúnicas, un tipo de escritura epigráfica que apareció alrededor del siglo II d. C. como un sistema de 24 signos llamado futhark y que, alrededor del siglo VIII d. C., se contrajo a 16. Sobre fragmentos de hueso, metal, madera o piedra, las gentes del norte tallaban épicos sucesos de su vida cotidiana, como “Thorfast hizo una buena peinilla”, o “No habrá en Hassmyra señora que mejor cuide la granja”. En ocasiones, se permitían composiciones un poco más elaboradas e inmortalizaban breves crónicas sobre las piedras, como las que narran los episodios de la vida de Sigurd.

Runestone Sö 101. Tomado de: http://www.schleugerhard.com/

Así, el investigador aplicado puede darse por bien servido al enterarse de las destrezas de Thorfast en la manufactura de peines para las barbas, o bien pude indagar un poco más acerca de la vida de Sigurd, el cazador de dragones. En este último caso, bien le convendría sumergirse en otro tipo de fuentes de contenido más turbio.

Fuentes históricas:

  • La literatura de este periodo se pude clasificar en sagas, genealogías, compilaciones legales, anales, colecciones diplomáticas y textos eclesiásticos. La mayoría de estos textos, no todos, fue escrito entre los siglos XI y XIII d. C., en lo que podría llamarse escandinavo occidental (que, dependiendo de las fuentes, puede definirse como nórdico antiguo, islandés antiguo o lengua danesa) en escritura latina. Describen, entre narraciones míticas y hechos históricos, sucesos que ocurrieron años, o siglos atrás, y son la recopilación de tradiciones orales que han sobrevivido y se han transformado. Estos son los casos más ejemplares:
  • La Edda Poética (o Edda Mayor): es una compilación anónima en verso de mitos y leyendas escandinavos que se encuentran en distintos manuscritos, principalmente el Codex Regius (c. 1270 d. C.) y el Codex AM 748, los cuales son, a su vez, recopilaciones de otras fuentes desconocidas. La imaginería de los cantos está muy relacionada con la iconografía del siglo VI d. C. en Noruega y Suecia.
  • La Edda Menor: compuesta por el escritor islandés Snorri Sturluson, en algún momento de la primera mitad del siglo XVIII d. C., es una versión en prosa de la Edda Poética, complementada con otras fuentes. Fue escrita como un manual de mitología nórdica para los aspirantes a escaldos en Islandia. La composición tiene influencias claramente cristianas, a diferencia de su versión en verso, y la organización es mucho más clara para el público medieval; de modo que es más fácil discernir las inconsistencias de narraciones anteriores sobre el origen del universo y sobre la prole de Odín.
  • El Círculo del Mundo (Heimskringla): escrita alrededor del año 1230, también por Sturluson, con el aliento del rey de Noruega Håkon den gamle Håkonsson, de la dinastía  Hårfagreætta. Se trata de un intento de conectar a los reyes de Noruega con los legendarios reyes suecos de la dinastía Ynglinga, descritos en la Ynglinga saga.
  • Saga Ynglinga: de acuerdo con Snorri Sturluson, la saga está basada en un relato anterior, la Ynglinga tal, compuesta por el escaldo Thjódólf of Hvin, a finales del siglo IX, todavía en la era precristina, y en la que se cantan veintidós generaciones de reyes de la dinastía Ynglinga, asentados en Uppsala, Suecia, predecesores de Rögnvald Heidumheiri Óláfsson, rey de Vestfold, Noruega.
  • El Libro de los Asentamientos (Landmabók) y el Libro de los Islandeses (Íslendingabók): describen detalladamente el proceso de ocupación y asentamiento de Islandia entre el año 870 d. C., cuando se registra el primer asentamiento, y el 1120 d. C. Cuentan también sobre el posterior asentamiento en Groenlandia y el descubrimiento de Vinlandia, en América del Norte. Incluyen las genealogías y otros sucesos históricos que protagoniza Erik Thorvaldsson, más conocido como Erik el Rojo. Probablemente fueron escritos entre 1122 y 1132, y están atribuidos al godi Ari Thorgilsson, el Letrado. Del Landnámabók no se conserva la versión original, aunque sobreviven algunos fragmentos de una versión que data de mediados del siglo XIV.
  • El Ganso Gris (Grágás): se trata de un compendio de leyes en el que se recopilan los códigos de conducta de los islandeses, que antaño se transmitían por tradición oral. El Grágás está compendiado en dos manuscritos: el konungsbók, o libro de los reyes (llamado así porque la copia se conserva en la Biblioteca Real de Dinamarca), y el Staðarhólsbók, ambas versiones de mediados del siglo XIII. Además de estos dos volúmenes principales, han sobrevivido varios fragmentos de vitela, de los cuales algunos datan de 1150 d. C. El proceso de trascripción de manuscritos legales probablemente comenzó a principios del siglo XI, pero solo se formalizó hasta el invierno de 1117-8 d.C., según el Íslendingabók.
  • Las Sagas: escritas en su mayoría en Islandia, hacia el siglo XIII d. C. Son narraciones extensas de los héroes, reales y míticos, de la tradición oral que se conserva desde el siglo VI, aunque normalmente cuentan hechos acaecidos entre los siglos X y XII. De ellas existen varias categorías. Las Íslendiga sogur fueron escritas entre los siglos XIII y XV, y cuentan la historia de personajes y sus familias que vivieron en el siglo X. Entre las más destacadas están la saga de los clanes de Láxardul (Laxdoela saga), la saga de Egil Skallagrímson y la saga de Gunlaug Lengua de Serpiente (Gunnlaug Ormstungas saga). Las Samtídarsögur son tal vez de las crónicas más contemporáneas a los hechos que narran (siglos XII y XIII), por lo que los estudiosos les asignan un mayor grado de confiabilidad. La saga de los Sturlunga, por ejemplo, fue compilada alrededor del año 1300 d. C. y relata los sucesos de la dinastía Sturlung, entre los años de 1120 y 1264 d. C. Las Fornaldar sogur, escritas en el siglo XIII, son las que mezclan sucesos históricos con cuentos y leyendas del norte de Europa. Son las que más acuden a las tradiciones orales más tempranas de los pueblos germanos y escandinavos (e incluso eslavos), que datan del periodo de las migraciones del siglo VI d. C. La saga del rey Hrolf Kraki, por ejemplo, describe aventuras de personajes que pudieron, o no, haber existido en el reino de Skjoldunga, conocido en inglés antiguo como Scyldinga. Esta categoría tiene una estrecha relación con fuentes más tempranas (y en otras lenguas), no escandinavas, en donde el curioso puede indagar más por la vida del cazador de dragones.
  • El cantar de los Nibelungos (Nibelunglied): escrito en alto alemán medio, durante el siglo XII por juglares anónimos, recopila la leyenda de Siegfried (el mismo Sigurd de las runas en la piedra) y Brunhild, que data del siglo V o VI. La leyenda, que se cree nació al sur de Alemania, se relaciona con la destrucción de los reyes burgundios para ese periodo, atribuida a Atila-Etzel, líder de los hunos, y cantada también por los francos. La leyenda llega a Noruega, donde se aumenta el elemento mítico y se narra en la Edda Poética, que vincula los ciclos germanos y escandinavos.
  • Beowulf: es un poema compuesto entre los siglos VII y X, en algún lugar de Inglaterra, en lengua anglosajona (ahora conocida como inglés antiguo), y narra los hechos de un príncipe escandinavo llamado Beowulf. Los hechos se sitúan entre los siglos V y VI, en los territorios del sur de Suecia y Dinamarca. Solamente existe una copia en la Librería Británica, la cual sobrevivió a un incendio en el siglo XVIII, y fue luego transcrita y titulada. Después fue transcrita de nuevo y editada, traducida y adaptada, interpretada y reinterpretada hasta que se convirtió en canónica.
  • Widsith (o el Libro de Exeter): es un poema anglosajón conocido por una transcripción de finales del siglo X, el libro Exeter. Allí se cuenta la batalla entre los godos del Vístula y los hunos, a finales del siglo VI; la misma que es descrita también en la saga de Hërvor y Heidrek, del siglo XIII.

A partir de una revisión sinóptica de estas fuentes, el estudioso interesado encontrará que, a pesar de las diferencias cronológicas en las composiciones y de los hechos, hay una cierta congruencia iconográfica en la que Odín, Atila, Siegfried y la dinastía Ynglinga juegan un papel central en la identidad de la Edad de Hierro Tardío en Escandinavia y el Atlántico Norte.