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Después de Mosul: Irak y la lucha contra el estado islámico

Guillermo Ospina Morales

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Resumen
El año 2016 ha presentado importantes pérdidas territoriales para el Estado Islámico, lo cual ha marcado el camino hacia Mosul para las tropas iraquíes y norteamericanas para la derrota del grupo de Abu Bark al-Baghdadi en uno de sus principales bastiones. Sin embargo, una derrota en Mosul no implica la total desaparición del Estado Islámico en territorio iraquí, pues la capacidad adaptativa del grupo ha demostrado que la operación como guerrilla es contemplada dentro de la estrategia militar del grupo, por lo cual la ofensiva militar debe estar asociada con la eliminación de los odios sectarios y la apertura política para la comunidad sunita en Irak.

El pasado 17 de octubre inició la esperada ofensiva por parte del ejército iraquí, las fuerzas kurdas, las milicias tanto chiitas como de tribus sunnitas y los Estados Unidos para recuperar la ciudad de Mosul de manos del autodenominado Estado Islámico. La toma de Mosul por parte de los yihadistas en junio de 2014 representaba el mayor éxito alcanzado por una organización terrorista. El control de la segunda ciudad más poblada de Irak permitiría que, días después de la toma, el líder de la organización terrorista, Abu Bark al-Baghdadi, hiciera la proclamación de un Califato en los territorios controlados en Irak y Siria. El año 2016 ha traído importantes retrocesos para los yihadistas. Las derrotas en Ramadi, Palmira, y Faluya han trazado el camino hacia Mosul y la derrota del Estado Islámico. Sin embargo, esta no es la primera vez que la organización se encuentra amenazada y al borde de su desaparición – como ocurrió en 2007–. La adaptabilidad y flexibilidad  que ha demostrado el Estado Islámico y el aprovechamiento del contexto socio-político de Irak y Siria le han permitido surgir y crecer hasta convertirse en la organización terrorista más poderosa hasta el momento, por lo cual la batalla de Mosul implica tanto el reconocimiento de las capacidades adaptativas del Estado Islámico como la transformación del escenario político iraquí.    

El mes de Octubre representa uno de los más negativos para la fuerzas de al-Baghdadi, no solamente su principal bastión en Irak se encuentra amenazado, sino que además el simbólico pueblo de Dabiq (Siria) ha sido tomado por fuerzas rebeldes sirias respaldadas por Turquía. Si bien este pequeño pueblo no representa un gran logro en términos estratégicos, es un fuerte golpe asestado al mito apocalíptico, fundamental en la ideología del Estado Islámico – en uno de los Hadiz que se atribuyen al profeta Mahoma, el pueblo de Dabiq es el escenario de la batalla final entre los creyentes y los no creyentes –  el cual también ha sido utilizado como el título para la revista en ingles de la organización.  Sin embargo, a diferencia de Dabiq, Mosul – la cual también posee un importante capital simbólico para los yihadistas – presenta una batalla mucho más exigente para las fuerzas iraquíes y norteamericanas.

La Operación Mosul está compuesta por una gran coalición de fuerzas con el apoyo aéreo norteamericano. Sin embargo, el Estado Islámico se ha mostrado preparado para su fase defensiva. Se presume que cerca de 5,000 yihadistas se concentran en la ciudad para su defensa, mientras que más de 100,000 soldados hacen parte de la confluencia de fuerzas kurdas, de milicias chiitas, algunos grupos tribales sunníes y el ejército iraquí para su retoma. Sin embargo, a pesar de esta relación tan desigual de fuerzas, el Estado Islámico ha demostrado su capacidad de adaptación a través de la aplicación de tácticas de guerrilla, propias de la guerra asimétrica.

El Estado Islámico ha afrontado la ofensiva a través de diferentes tácticas, entre ellas: Dispositivos Explosivos Improvisado (IED, por su siglas en inglés) colocados en diferentes trampas, ataques suicidas,  túneles, ejecuciones en represalias, ataques de distracción, escudos humanos, drones y humó tóxico (Hume, 2015). Sin embargo, dentro de su repertorio el uso de IED, túneles y ataques suicidas han sido las principales tácticas defensivas que ha utilizado el Estado Islámico en otras ciudades. Es importante señalar que en varias de las ciudades liberadas del control de los yihadistas se han encontrado extensas redes de túneles que no solo han permitido la retirada  de los miembros del Estado Islámico, sino que además han funcionado como refugio de los ataques aéreos norteamericanos y lugar de almacenamiento de munición y explosivos,  como ocurrió en las ciudades de Ramadi (Elbargir, 2016), Faluya (Wheeler, 2016) y Sinjar (CBS, 2015; Kesling, 2015). Por lo cual, el uso de estas tácticas de guerrillas empleadas por el Estado Islámico hará que la denominada “Batalla de Mosul” sea extensa y desgastante para fuerzas iraquíes y norteamericanas, especialmente por la necesidad de destruir las diferentes trampas colocadas por los yihadistas y los túneles que permiten su retirada.  

Si bien, como se señaló anteriormente, en el último tiempo el Estado Islámico ha tenido significativas pérdidas territoriales, estás no parecen ser preocupantes para los líderes de la organización. Así fue señalado por el portavoz oficial del grupo yihadista, Abu Muhammad al-Adnani –dado de baja en un bombardeo en Alepo en Agosto de 2016 – en  una de sus últimas alocuciones de cerca de treinta y un minutos, al señalar:

“You will never be victorious. You will be defeated. Or do you think, O America, that victory is by killing one leader or another? Indeed, it would then be a falsified victory. Were you victorious when you killed Abu Mus’ab, Abu Hamzah, Abu ‘Umar, or Usamah? Would you be victorious if you were to kill ash-Shishani, Abu Bakr, Abu Zayd, or Abu ‘Amr? No. Indeed, victory is the defeat of one’s opponent. Or do you, O America, consider defeat to be the loss of a city or the loss of land? Were we defeated when we lost the cities in Iraq and were in the desert without any city or land? And would we be defeated and you be victorious if you were to take Mosul or Sirte or Raqqah or even take all the cities and we were to return to our initial condition? Certainly not! [cursiva agregada]True defeat is the loss of willpower and desire to fight. America will be victorious and the mujahidin will be defeated in only one situation. We would be defeated and you victorious only if you were able to remove the Quran from the Muslims’ hearts (al-Adnani, 2016, pág. 5)”.

De esta manera, una posible derrota en Mosul, e inclusive en Raqqa, es contemplada por el Estado Islámico. Lo cual implicaría una transformación hacia una guerrilla caracterizada por los ataques suicidas y su ubicación en las zonas desérticas de Irak y Siria, como fue señalado por Hasan Hasan (2016). Esta capacidad del Estado Islámico de transformarse de acuerdo a las condiciones contextuales ha sido parte fundamental del éxito de la organización. Por lo cual, la derrota en Mosul no significaría la derrota definitiva del Estado Islámico en el corto y mediano plazo.

Así, el Estado Islámico prevé una transformación similar a la que tuvo en 2007, cuando producto de la estrategia denominada “The Awakening”[1] implementada por David Petraus, obligó al entonces denominado Estado Islámico de Irak (ISI) a refugiarse en el desierto entre Siria e Irak y trasladarse a otra regiones como Baquba y los territorios disputados[2] del norte de Irak, en los cuales encontró un terreno fértil para su futuro resurgimiento como Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS/ISIL por sus siglas en inglés).

El aprendizaje de lo ocurrido en el periodo comprendido entre 2008-2013 en cual el Estado Islámico se reorganizó tras las derrotas sufridas en la provincia de Anbar será fundamental para la derrota definitiva de la organización yihadista. La ola de ataques suicidas en Mosul, Bagdad y Baquba, que caracterizaron este periodo, permitieron el crecimiento del Estado Islámico al promover los odios étnico-religiosos entre la población de estos territorios, en especial el aprovechamiento de los temores de la población sunita.  Por lo cual, los ataques que han sido calificados por la prensa como “distractores” en Kirkuk (al norte de Irak) y Rutba (en el Occidente) hacen parte de la estrategia del Estado Islámico ante la posible derrota en Mosul.

Estas dos ciudades atacadas por el Estado Islámico representan los intentos por conseguir refugios seguros ante la ofensiva iraquí y norteamericana en Mosul. La ciudad de Kirkuk, la cual es controlada por los kurdos desde mediados del 2014, es un escenario multiétnico y multireligioso. Este ha sido disputado por kurdos, turcomanos y árabes. Por lo cual, la ciudad representaba un objetivo adecuado para incentivar los odio étnicos y sectarios, buscando así replicar los éxitos en la provincia de Nínive que le permitirían controlar posteriormente Mosul. Por lo tanto,  el ataque a Kirkuk buscaba presentar al Estado Islámico como defensor de los árabes sunitas ante el dominio kurdo en la ciudad.  Sin embargo, esta operación ha resultado en un fracaso, al no encontrar eco entre la población sunnita de la ciudad, quienes otrora vieron al Estado Islámico como un libertador ahora lo observan como un grupo extremista que no representa a la población sunnita ni al Islam. Así, el Estado Islámico ha dejado como resultado real el desplazamiento de miles de sunnitas y la destrucción de las ciudades de Faluya y Ramadi, en las cuales eran el principal grupo étnico (Trofimov, 2016).

Por otro lado, el ataque a la ciudad de Rutba, dos días después del ataque a Kirkuk, ubicada cerca de la frontera con Jordania y en la zona desértica de la provincia de Anbar, es tal vez de mayor importancia para la estrategia de los yihadistas. Como ha señalado Hasan Hasan (2016), para la supervivencia a largo plazo del Estado Islámico es fundamental el control de los territorios desérticos, tal como lo expreso al-Adnani (2016) en su alocución. De esta manera, cobra vital importancia para el Estado Islámico el control de las wilayas de Anbar y al-Furat, las cuales no solo son amplias zonas remotas y desérticas que pueden servir como refugio  para los lideres principales de la organización, sino que además atraviesan las fronteras de Irak y Siria (Hassan, 2016).

Por otra parte, es importante aprender de los errores en la recuperación de las ciudades. El hecho que buena parte de los miembros de la ofensiva en Mosul sean milicias chiitas, siembran temores dentro de la población sunita. Los excesos cometidos por las milicias chiitas como saqueos, robos y asesinatos de presuntos colaboradores del Estado Islámico tras los triunfos en algunas poblaciones, como lo ocurrió en Amerli en la provincia de Saladino, deben ser de especial atención por parte del Gobierno de Irak. Romper la visión de un ejército sectario es fundamental para disipar los temores de la población sunnita, así la asistencia y protección de la población liberada es fundamental en la tarea de cerrar espacio para el grupo terrorista dentro de la comunidad sunita.

Finalmente, es importante reconocer que gran parte del éxito del Estado Islámico se debió al profundo descontento de la población sunita ante la exclusión en el gobierno, el cual quedo en manos de chiitas y kurdos tras la caída del régimen de Saddam Hussein. La legislación del gobierno de transición y de la administración del ex-Primer Ministro Nuri al-Maliki llevó a la persecución de los principales líderes políticos sunnitas bajo la ley de 13 de 2005 de antiterrorismo y la Ley de Responsabilidad y Justicia que prohibida la existencia del Partido Baaz – antiguo partido de Hussein.

De esta manera, la derrota del Estado Islámico implica el aprendizaje de los errores del pasado tanto por parte del Gobierno de Irak como de los Estados Unidos. El reconocer la característica flexible y adaptativa del Estado Islámico es de vital importancia en el aspecto militar con el fin de asfixiar sus escenarios de operación, pero igualmente implica la apertura de espacios para la participación política de los sunitas, cerrando espacio al mensaje yihadistas, lo cual conllevaría a la derrota definitiva del grupo terrorista. Sin embargo, este parece un desafío que tomara cierto tiempo para el ejército (tanto iraquí como norteamericano), el gobierno de Irak y la sociedad iraquí en general.

Referencias
al-Adnani, A. (22 de Mayo de 2016). That They Live By Proof. Recuperado el 12 de Junio de 2016, ver aquí
CBS. (25 de Noviembre de 2015). ISIS used tunnels to hide under besieged Iraq city. Recuperado el 27 de Octubre de 2016, de CBS: ver aquí
Elbargir, N. (4 de Enero de 2016). ISIS tunnels: How ISIS militants evade airstrikes in Ramadi. Recuperado el 27 de Octubre de 2016, de CNN: ver aquí
Hassan, H. (24 de Octubre de 2016). The Islamic State After Mosul. Recuperado el 27 de Octubre de 2016, de The New York Times: ver aquí
Hume, T. (25 de Octubre de 2015). Ofensiva en Mosul: las tácticas de ISIS para mantener su bastión. Recuperado el 27 de Octubre de 2016, de CNN: ver aquí
Kesling, B. (18 de Noviembre de 2015). Elaborate Islamic State Tunnel Network Found in Liberated Iraqi City of Sinjar. Recuperado el 26 de Octubre de 2016, de The Wall Street Journal: ver aquí
Trofimov, Y. (26 de Octubre de 2016). ISIS Failure in Kirkuk Shows Its Loss of Sunni Arab Support. Recuperado el 27 de Octubre de 2016, de The Wall Street Journal: ver aquí
Wheeler, A. (3 de Junio de 2016). The Battle for Fallujah: Inside Islamic State's secret tunnels. Recuperado el 26 de Octubre de 2016, de International Bussines Times: ver aquí


[1] Esta estrategia consistió en la incorporación de las tribus sunitas de Anbar en contra del ISI, debido al descontento de la población ante el comportamiento extremista de los miembros de la organización liderada en aquel momento por Abu Musad al-Zarqawi y, posteriormente,  Abu Omar al-Baghdadi.

[2] Los territorios disputados corresponden a las gubernaturas del norte de Irak, las cuales se encuentra en disputa entre el Gobierno de Iraq y el Gobierno Regional del Kurdistán. Estos territorios corresponden a las provincias de Nínive, Saladino, Kirkuk y Diyala.