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Tres razones para leer a Arturo Pérez-Reverte

Ismael Iriarte Ramírez

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Hace pocos días un amigo me preguntó cuáles son mis autores favoritos, a lo que yo respondí instintivamente que aquel era un cuestionamiento difícil y demasiado definitivo, pues la lista de mis afectos literarios sufre modificaciones con tanta frecuencia, que resulta difícil mantenerla actualizada. Sin embrago ante su insistencia accedí a mencionar algunos nombres recurrentes en mis lecturas, como F.S. Fitzgerald, J. M. G. Le ClézioPatrick ModianoUmberto Eco y Henning Mankell. Después de dudarlo durante algunos minutos agregué el nombre de Arturo Pérez-Reverte, anotando que es uno de los escritores que más he leído en los últimos años.

Esto llevó a mi interlocutor a formular su siguiente interrogante: ¿Por qué leer a Pérez-Reverte? En esta ocasión la respuesta no me resultó tan esquiva y tres razones surgieron más bien de forma natural, tal y como lo reproduzco a continuación:

  1. Una mirada diferente a la historia

Sin duda la historia es uno de los aspectos más relevantes en la obra de Arturo Pérez-Reverte. Así lo certifican más de una docena de novelas escenificadas en diferentes periodos en las que los hechos memorables son presentados a través de datos rigurosamente recabados, entrelazados de forma magistral con narraciones de personas ordinarias, que permiten al lector vincularse con los relatos e incluso identificarse con los personajes. En muchas ocasiones el universo narrativo del autor español se nos presenta más como una crónica que como ficción, lo que podría atribuirse a su pasado como periodista y corresponsal de guerra en diferentes latitudes.
El lenguaje juega un papel fundamental en la misión de recrear estos episodios históricos, pues el empleo preciso de los usos idiomáticos de cada época hace más creíbles las narraciones y se constituye en un sello inconfundible del autor, cuya suficiencia en esta materia quedó plenamente demostrada en 2003, cuando se convirtió en miembro de la Real Academia Española.

No se puede hablar de la faceta histórica de Pérez-Reverte sin dedicar un capítulo especial a Diego Alatriste, uno de los personajes más emblemáticos de la literatura en español de las últimas décadas. Las travesías del aguerrido soldado del siglo XVII, con daga vizcaína y espada toledana en mano se narran a lo largo de siete libros, iniciando con el Capitán Alatriste de 1996, hasta El puente de los asesinos, última entrega de la serie hasta el momento, publicada en 2011.

Las aventuras de Alatriste plagadas de hazañas y muestras de honor e hidalguía son también un nostálgico recuento de uno de los mayores periodos de grandeza de España, consolidada en la época como el imperio más importante de occidente. Lo que fue, lo que pudo ser y lo que en definitiva ya no volverá a ser emerge con frecuencia en los relatos de Íñigo Balboa, narrador y coprotagonista de la historia.

  1. Libros que hablan con otros libros

By Edward the Confessor - Own work GFDL

Al leer a Pérez-Reverte es inevitable experimentar la sensación de haber entrado a un universo de obras artísticas hiper conectadas, ya sea mediante menciones manifiestas o bien en forma de sofisticadas alusiones veladas e incluso como aspecto esencial de sus historias. Tal es el caso, por ejemplo, de El club Dumas, una de sus primeras novelas, que se desarrolla alrededor de la obra de Alexandre Dumas, con constantes referencias a títulos como Los tres mosqueteros, El conde de Montecristo y Veinte años después. La devoción por el autor francés será también caldo de cultivo para el nacimiento de su más grande creación, el ya mencionado Capitán Alatriste.

Otras novelas como La piel del tambor evocan el estilo de autores de la talla de Umberto Eco y es natural encontrar una similitud entre la misión de investigar una serie de extraños asesinatos ocurridos en una humilde parroquia de Sevilla, encomendada a su protagonista, el padre Lorenzo Quart; y la investigación que adelanta Guillermo de Baskerville en la remota Abadía de los Apeninos, en la inolvidable historia de El nombre de la rosa, del escritor piamontés.

Algo similar ocurre con La carta esférica, en la que la obsesión de su personaje central con las novelas que se desarrollan en el mar, anuncia el estilo narrativo de la obra, que con gran acierto evoca detalles de Melville o Conrad. Mientras que títulos como El pintor de batallas y el Tango de la guardia vieja exploran diferentes formas de creación artística.

  1. Políticamente incorrecto, como la vida misma

Pocos temas han escapado a la pluma de Pérez-Reverte, sin importar lo escabrosos que estos puedan resultar, de esta forma el español se ha sumergido en mundos subterráneos que van desde el narcotráfico en La reina del sur; las comunidades de artistas radicales del grafiti en El francotirador paciente; los crímenes de la guerra de los Balcanes en los noventas en El pintor de batallas, o la sexualidad de los sacerdotes en La piel del tambor.

Todos estos temas y escenarios son explorados desde lo más profundo y encarnados por protagonistas construidos con características realistas, con virtudes, defectos, vulnerables ante las tensiones y las bajas pasiones. La violencia es factor presente en su obra, pero también la redención de los personajes, no necesariamente en forma de final feliz.

No solo su obra literaria ha estado sujeta a la polémica, pues los volúmenes como Con ánimo de ofender o Cuando éramos honrados mercenarios, que recogen sus más destacadas columnas en diversos medios, además de mostrar algunas de sus experiencias más memorables en el ejercicio del periodismo, dejan clara su posición frente a diversos temas considerados como tabús.

Patente de corso, su columna semanal ha sido también escenario de controversiales artículos como el titulado La osadía de la ignorancia, en el que arremete con conocimiento de causa y no poca razón contra el uso artificioso e innecesario[1] de expresiones como “los niños y las niñas” que con la loable intención de evitar el lenguaje sexista, atropellan el idioma y distraen la atención de los asuntos importantes que deberían encabezar la agenda de la lucha en favor de las reivindicaciones de género. 

Concluyo con la mención de cinco títulos que podrían guiar al lector en el recorrido por la obra del autor:

  • La carta esférica
  • La piel del tambor
  • El capitán Alatriste
  • El asedio
  • El pintor de batallas

*Fuente de la imagen principal: De Diego Velázquez - Desconocido, Dominio público

Referencias:
El capitán Alatriste
Los ciudadanos y las ciudadanas, los niños y las niñas: Real Academia Española  
Patente de corso
www.perezreverte.com