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Katharine Graham, la mujer que inspira la nueva película de Steven Spielberg

Camilo Rueda Navarro*

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Los “Papeles del Pentágono” es el escándalo estadounidense llevado al cine por Steven Spielberg que generó fuertes tensiones entre el gobierno y la prensa por la revelación de los secretos de la guerra de Vietnam.
 
Nominada a dos premios Oscar (mejor película y mejor actriz), la película se centra en cómo se vivió dicho episodio desde la perspectiva de Katharine Graham (interpretada por Meryl Streep) y Ben Bradlee (Tom Hanks), directora y editor, respectivamente, del diario “The Washington Post”.
 
Los “Papeles del Pentágono” hacían referencia a un estudio secreto del gobierno estadounidense sobre su implicación en Vietnam y que señalaban la inviabilidad de la guerra. Su publicación revelaría las mentiras que encubrieron varios gobiernos para sostener su intromisión en el conflicto.
 
La historia fue llevada al cine por Steven Spielberg, célebre por sus trabajos de ciencia ficción, quien paradójicamente se vuelca ahora a una historia de la vida real. En su película “The Post” (también titulada “Los archivos del Pentágono”), retrata el interior del mundo periodístico durante la publicación de los documentos secretos que llevarían a cuestionar el papel de Estados Unidos en el conflicto.

A la postre, la intervención militar en Vietnam fue muy costosa en términos humanitarios y terminó con una derrota política para Washington, que optó por la retirada del sur de ese país, lo que permitió la reunificación y el fin de la guerra en 1975.
 
Graham, la matrona de la prensa estadounidense
 
Una de las personalidades retratadas en “The Post” es Katharine Graham, reconocida por ser la primera mujer en llegar a dirigir un diario en Estados Unidos. Vivió entre 1917 y 2001, y a los 80 años publicó su autobiografía, “Una historia personal”, donde narra sus facetas de mujer, periodista y empresaria.
 
Con sangre judeo-francesa por la línea paterna y luterana-alemana por la materna, creció en un hogar aristocrático y conservador. Su padre, Eugene Meyer, adquirió el “Post” en 1933 por 825 mil dólares en una subasta cuando el diario se encontraba en bancarrota. En ese momento contaba con una tirada de 50 mil ejemplares y una deuda de 600 mil dólares.
 
Mientras Meyer trabajaba por reestructurar el periódico y hacerlo solvente, Katharine, la cuarta de cinco hijos, estudió en el Vassar College, donde se vinculó al movimiento antifascista surgido durante la Segunda Guerra Mundial. Luego incursionó en el periodismo, debutando en el “San Francisco News”, donde cubrió información laboral, y luego al servicio del propio diario de su padre. En 1939 se casó con Phil Graham, veterano de la guerra, que también se vincularía al “Post”.
 
A finales de los años cuarenta, Meyer se retira de la dirección del periódico y su yerno Phil es nombrado editor. Mientras tanto, Katharine mantenía una vida hogareña con sus cuatro hijos: Elizabeth, Donald, William y Stephen, en momentos en que el “Post” comenzaba a transformarse en un emporio mediático. La circulación alcanzó los 395 mil ejemplares en 1954 y se ubicó como uno de los diarios más importantes de la capital y del país.
 
De ama de casa a “matrona” de la prensa
 
Sin embargo, la glamurosa vida de los Graham se trastocó debido a problemas maritales que desembocaron en la separación. Su marido Phil es diagnosticado maniacodepresivo y finalmente termina suicidándose. Entonces Katharine empieza una nueva etapa de su vida, que coincide con los años 60, marcados por un contexto global turbulento a causa de la guerra de Vietnam, la lucha por los derechos civiles, el ascenso del movimiento feminista y los asesinatos de personalidades como Martin Luther King y Robert Kennedy.
 
Katharine se anima a dejar su hogareña cotidianidad para asumir directamente la dirección del periódico, del que ya era máxima accionista. En su autobiografía manifestó que, al llegar a ese rol, debió afrontar múltiples miedos, prejuicios y discriminaciones por su condición de mujer.
 
“Yo asumí la creencia de tantas personas de mi generación, según la cual las mujeres no éramos capaces de gobernar, liderar ni organizar nada salvo nuestras casas y nuestros hijos. La mayoría de nosotras nos considerábamos inferiores, menos capaces de comprender lo que ocurre en el mundo”, escribió.

A pesar de esta situación, se convirtió exitosamente en la primera mujer en altos cargos directivos de la gran prensa estadounidense. Durante su administración se dieron importantes cambios en el diario, como sustituir la página femenina por una sección llamada “Estilo”, la ampliación de la sección internacional, y la apertura del cargo de defensor del lector, que recién entonces se empezaba a usar. A su vez, fue la primera mujer en la junta directiva de la agencia “The Associated Press” (AP) en 1974.
 
Entre Watergate y Vietnam
 
Los años setenta estuvieron marcados por dos hechos trascendentales: el escándalo de Watergate y los “Papeles del Pentágono”. El primero de ellos, mundialmente conocido, es la investigación liderada por dos jóvenes reporteros (Bernstein y Woodward) sobre la conexión de la Casa Blanca y el Comité para la Reelección del Presidente Nixon en hechos de espionaje ilegal y sabotaje a los demócratas.
 
El Watergate le dio una gran reputación al “Post” y se convirtió en un paradigma del periodismo. Para Graham, los criterios de la práctica periodística que generó el escándalo fueron tres: confirmar toda información con otra fuente independiente; corroborar los datos de los reportes que difundían otros medios; y, antes de publicar, permitir la verificación de un alto directivo con poder de veto.
 
El proceso generó un fuerte hostigamiento del gobierno hacia la prensa, en especial hacia el “Post”. Pero culminó con la dimisión del presidente Richard Nixon y la ratificación del papel de la prensa como fiscalizadora de la función pública. El episodio quedó registrado en el libro “Todos los hombres del presidente” y en la película del mismo nombre basada en él. El otro episodio, sobre los “Papeles del Pentágono”, es el que quedó plasmado en el nuevo filme de Spielberg con un gran protagonismo de Katharine Graham.
 
Katharine se mantuvo en puestos directivos del periódico hasta su muerte en el 2001. Su libro, que le valió un Premio Pulitzer, es testimonio vivencial de la principal figura del “Post”, uno de los más importantes diarios estadounidenses de la actualidad, junto al “New York Times”, que fue el que originalmente inició la investigación sobre los archivos del Pentágono.
 
Graham y el “Post” son hoy historias que aportan al debate sobre la libertad de prensa, la equidad de género, las manipulaciones del poder y las guerras internacionales. Temas tan antiguos como vigentes en nuestros tiempos.
 
Bibliografía
 
Bernstein, Carl y Bob Woodward. “Todos los hombres del presidente”. Barcelona, Argos, 1977. 
Graham, Katharine. “Una historia personal”. Madrid, Alianza, 1998. 
*Sociólogo y periodista