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DIDACTICORUM I

Jairo Hernán Ortega Ortega, M.D

DIDACTICORUM I

La educación no cambia al mundo, cambia a las personas que van a cambiar al mundo
Paulo Freire

Podemos afirmar que la didáctica es la ciencia de dar y recibir porque eso es enseñar. Es establecer una relación (Didasco), en la que doy yo como pedagogo y en la que recibo del otro (Didasque). Al enseñar no solo debemos saber decir, también saber hacer. Además, es enseñar a decir y enseñar a hacer. Por lo tanto, es importante evaluar qué estoy dando y qué estoy dispuesto a recibir de mi grupo de alumnos.
 
Como docente debo pensar en el enseñar, en especial, en cómo enseñar. Hay diversas formas como una matrioska que podemos ir ocupando o desocupando, pero no toda didáctica es lúdica. Sócrates implantó la Mayéutica en la que se impone preguntar para llegar al conocimiento. Platón, el diálogo. Aristóteles, la memoria, lo empírico, lo lírico y lo dramático. Es Quintiliano quien propone el juego. Los didactos eran sofistas con la misión de enseñar
 
Para la mayéutica de Sócrates buscar el conocimiento es disponernos al encuentro con el otro para el parto de este. Entonces las preguntas de interrelación son valiosas, “bacanas”, para hablar y escudriñar sobre las cosas de la vida, donde el conocer, el saber y el aprender son “el alimento”. Con Platón el diálogo es intercomunicación, hablar / escuchar, dar / recibir. Así aparece el dualismo ideas vs realismo, en su famosa parábola de la caverna donde es más importante el diálogo que la acción y el mundo perfecto es el de las ideas.

 

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Con Aristóteles se plantea lo crítico, pensar en lo empírico para llegar a lo analítico; entonces la memoria es importante. Hay que explorar el mundo y aprenderlo, por ejemplo, desde lo lírico: voz, música, melodía, matemática, o desde lo didáctico: lo artístico, la puesta en acción. Con una visión humana – género y/o niño – maestro. Por eso es por lo que Pedagogo significa acompañante del niño.

Quintiliano, entre los siglos III y IV, en Roma, posiciona el juego como proceso para enseñar. Se reconoce al niño como persona y se le lleva a encontrar el mundo a través de la acción, pero, muy importante, los grandes, los adultos, también aprenden jugando. Esta estrategia didáctica implica lógica, se debe tomar el juego como un asunto natural. Entonces se impone la instrumentalización del juego.
 
Hacia los siglos XIII y XIV, aparecen otros personajes. San Agustín, con gran influencia de las tesis de Platón, concibe la Didáctica como una disciplina a la que se debe acceder como afición libre, pero con obligación a la acción primando la gramática, la retórica, la dialéctica, la aritmética, la geometría, la astronomía y la música. Sin descuidar el binomio diálogo – ideas.

Santo Tomás, más de la línea aristotélica, entiende al maestro como un colaborador, un hacedor, estableciendo un método prudencial basado en el summum teológica para llegar al conocimiento o a la verdad; yendo por pasos, siendo colaborador del otro para llegar a su verdad:

  1. Leo y entiendo
  2. Elaboro conocimiento para construir debates
  3. Llego a acuerdos
  4. Emito la verdad

El maestro acompaña, es fascendes veritate: hacedor de la verdad.
 
San Agustín pregona la formación disciplinar donde el foco de la didáctica es el maestro y le da al estudiante una gran opción: tomar decisión sobre lo que le gusta. Juan Amos Comenio, para adentrarnos a los siglos XV y XVI, propone la Didáctica Magna, cuyo objeto es comprender – retener – practicar. Reorganiza la educación dándole el giro de que ya no solo manda el catecismo, cuestiona el contexto del sujeto siendo esencial el binomio maestro – estudiante.

 

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John Locke, empieza a imponer su concepto de que la enseñanza es y debe ser científica. A Este británico se le considera el padre del Liberalismo clásico. La Pedagogía viene a ser un  concepto filosófico y la Didácticaun procedimiento científico.

La didáctica es más francesa. Para los pueblos latinos el componente es pedagógico – didáctico – educativo.
 
J. J. Rousseau, considerado dentro del modernismo, valora más la formación desde la niñez a través de la educación activa dándole importancia a lo intuitivo y el desarrollo natural. Ve al maestro más como un auxiliar que debe permitir preguntarnos por el otro dentro de su propio contexto.

En Didacticorum II nos adentraremos en los modelos que parten del siglo XX hacia adelante con una premisa importante: Didáctica es diferente a Pedagogía.
 
NOTA: Las anteriores reflexiones se basan en los apuntes de la clase sobre Didáctica que impartió el profesor Antonio León Gama Bermúdez durante la Especialización en Docencia Universitaria que culminé este año en la Universidad el Bosque.