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Un mago en Colombia

Jairo Hernán Ortega Ortega, MD

David Copperfield - De Homer Liwag, CC BY SA 4.0

Recuerda siempre que la magia
consiste en tomar la adversidad
y transformarla en sonrisa”
David Copperfield

Con este mensaje, el mago de mayor renombre de finales del siglo XX y lo que va del XXI, David Copperfield, quiso, durante los tiempos de pandemia, animar a los artistas de la magia mientras sufrían los efectos de no poder presentar sus espectáculos, ni vivir de ellos, como consecuencia de la desbastadora morbilidad y mortalidad del Covid 19. Desde su isla privada en Las Bahamas se solidarizó con sus colegas como el líder mundial que es de la Reina de las Artes. Su mensaje caló y recordé cuando nos visitó, en Colombia, con todas sus ilusiones.

La magia de David Copperfield es la magia de un niño que creció en Metuchen, New Jersey, un hijo único rodeado por un mundo de adultos; la del niño que soñó con volar y lo hizo realidad, la de soñar con despertar y hacer que cayera nieve, la del séptimo artista mejor pagado en el mundo del entretenimiento, pero destinado a ser el más grande escéptico porque para él todo puede ser posible. Es la expresión del amor y la pasión que siente por la Magia y por la Vida.

NACE UNA ESTRELLA
Sus padres Hy y Rebecca Kotkin, de Brooklyn, fueron su incondicional apoyo desde el día que lo llevaron a una tienda de ilusiones en busca de un muñeco de ventriloquía, sin saber que ese mundo cambiaría su vida. Una vida de infancia tímida y solitaria marcada por la inexorable necesidad de sobresalir, lo cual consiguió con creces gracias a su inteligencia y talento llevándolo a convertirse en la superestrella de la magia del reciente siglo pasado y sin dudas del presente, convirtiéndola en un verdadero arte.

Cuando nace el 16 de septiembre de 1956 ya David Est Kotkin estaba bendecido porque sabía exactamente lo que quería ser en la vida: un gran mago, un maestro de la ilusión. Tenía por herencia la vena de artista ya que su padre había sido aceptado en la Academia Americana de Artes Dramáticas. Sin embargo, Rebecca quería una vida más estable y lo instó a retirarse optando por montar un almacén de artículos para caballero que se llamó Korby´s; ella se dedicó a la venta de seguros.

En el edificio donde residían no había otros niños por lo que Copperfield creció solitario lo que marcaba aún más su condición de hijo único. Admiraba a ventrílocuos de aquella época, como Paul Winslow, tanto que sus padres decidieron regalarle un “hermanito de madera”. El buscaba aprobación y estando en quinto grado su profesora le solicitó ser maestro de ceremonias de un show de talentos al término del cual decidió que ese era el trabajo que quería hacer y mantener. Amaba actuar ya que esa era su manera de comunicarse.
Metuchen dista una hora de New York por tren, al llegar allí acompañado de su madre buscó en la guía telefónica encontrando a Tannen´s, una institución famosa a donde acudían los mejores de la magia mundial. Allí compraba y leía todo lo relacionado con el arte. La obsesión fue tal que se convirtió en rutina que Rebecca lo acompañara todos los sábados al mágico lugar. Departía con magos y su curiosidad y tenacidad los impresionó. Les agregaba siempre un giro imaginativo y creativo a los juegos de magia y los practicaba hasta la perfección. En aquella época Ed Mishell fue como su abuelo en las cosas de la magia.

Un sábado Tony Spina, administrador del sitio, quiso disuadirlo de adquirir el Bastón Bailarín ya que lo consideraba no apto aún para su edad porque le podría traer inconvenientes y frustraciones no poder ejecutarlo. David insistió. Al lunes siguiente muy temprano y en compañía de su madre esperaban en la puerta de Tannen´s hasta que apareció Spino; su actuación lo asombró llevándolo a afirmar que lo realizaba mejor que los profesionales.
 
Rebecca apoyaba todos sus proyectos. A los doce años trabajaba en fiestas infantiles y otros eventos y su nombre artístico era el de DAVINO. Su tarjeta de presentación rezaba: “Davino Boy Magician. Magia para toda ocasión”. En ese entonces su función costaba cinco dólares, pero ya siendo adolescente decidió ser ilusionista porque además ganaba un 20% más. Su pasión por la magia transformaría su vida.

Empezó a frecuentar New York todos los días después de la escuela, reuniéndose con los magos, para posteriormente asistir en Broadway a los espectáculos teatrales y no se perdía cintas de Fred Astaire o Gene Kelly. Amaba la magia y quería combinarla con teatro, quería darle el impacto emocional de las obras.

En 1971, contaba con quince años, fue alumno de actuación en la escuela bajo la dirección de Judi Muller quien observó en él su trabajo por la búsqueda de la perfección impulsado por la ansiedad de complacer y por la necesidad de aprobación, esperaba siempre una reacción positiva de su público.

A los 16 años dictaba una clase nocturna en la Universidad de New York, pero no se interesaba por las cosas mundanas como aprender a conducir, obtener su licencia y adquirir un coche; prefería viajar en tren o autobús a New York y su relación con las chicas estaba vinculada a la magia. Ted Blumberg, amigo personal, refiere que usaba la magia para hacer amigas con lo cual vencía su timidez.
 
PRUEBA DE FUEGO
Sabía que tenía un don y lo perfeccionó en base a tenacidad y ambición. Al terminar la educación secundaria sus padres deseaban que optara por una profesión que le permitiera mantenerse, pero DAVID COPPERFIELD - nombre que escogió para que la gente lo recordara - les dijo que la magia sería su carrera, siendo muy persistente en ello por lo que Hy y Rebecca optaron por respetar su decisión. Publicó un aviso en Variety anunciándose como Mago y Actor, esto le sirvió para que fuera contratado para la obra “El Hombre Mágico” donde debía representar el papel de mago; la comedia se exhibió en el First Chicago Center durante 8 meses lo cual lo llevó a trasladarse a dicha ciudad. Deseaba solo realizar eso: bailar, cantar, hacer magia. Esto le permitió, a los 19 años, ser una celebridad local.

En base a esa actuación le dicen que al regresar a New York se le abrirían todas las puertas cosa que no fue tal. Pasó hambre, su padre y una novia de ese tiempo le apoyaron económicamente para pagar la calefacción, la lavandería, etc. Durante ese periodo se dedicó a pulir al máximo de la perfección sus actos.

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David Copperfield firmando un autógrafo - De turtlemom_nancy Nancy CC BY-SA 2.00

Llegó a la televisión en el programa “Magia en el Roxi” dirigido por George Drull y empieza a ser solicitado. A los 18 años fue contratado como la figura principal de la celebración que anualmente llevaba a cabo Tannen´s y que se realizaría en el Hotel Brown al norte del estado de New York. Se trataba de una reunión internacional de magos, sus rivales y colegas, lo cual lo colocaba en una encrucijada decisiva para su carrera. Lou Tannen inicialmente se opuso de manera rotunda a dejar en manos de tan joven figura el éxito de una convención de tal calibre, sin embargo, Tony Spina y Mario Gonzoles lo convencieron cuando firmemente le dijeron que ese chico impresionaría a todos.

Mil quinientos magos aguardaban para juzgarlo esperando descubrir un solo error que pudiese desacreditar al mago adolescente. Fue increíble e impactó a todos. Después de los primeros tres o cuatro efectos tuvo que detenerse para recibir una ovación. Al final todos los colegas presentes en el auditorio automáticamente lo ovacionaron de pie durante quince minutos. Había conquistado el competitivo mundo de la magia profesional.

Ahora tenía un nuevo reto: conquistar la televisión. En 1975 visita a Joe Cates, productor de la ABC quien se fue interesando en lo que ese chico flacucho como de 50 kilos le proponía. Copperfield le expuso su idea de presentar magia temática. Cates le planteó el proyecto a Fred Silverman presidente de la ABC el cual se resistió. Finalmente se llevó a cabo llamándose “La Magia de la ABC”. David inició los programas con una caracterización de la película de Alfred Hitchcock “El Hombre del Traje Blanco” que fuera protagonizada por Cary Grant. Fue un éxito. El mago supervisaba la producción obsesionándose por cada detalle, la luz, la música, etc. Insistía en que la magia debía televisarse en forma continua para que el público no pensara que había trucos de cámaras. Su espectáculo continuó durante seis años por la CBS mostrando ilusiones que jamás se vieron por T.V., enormes y costosas, pero maravillosas.

En 1980 se muda a las colinas de Hollywood, pero cada vez que se grababa un especial se radicaba literalmente en los estudios para vigilar detalle a detalle la producción. Al respecto Don Wayne, diseñador de magia, refiere que constantemente estaba pidiendo opiniones y críticas tanto así que una noche durante una sesión de edición encontró solo al personal de limpieza y les consultó su parecer, el cual tomó tan en cuenta que a pesar de ir contra el director decidió hacer los correctivos del caso insistiendo que no se debía subestimar a la gente. Para 1981 escenifica en su acto cómo la magia transforma la vida de un niño solitario parodia que es como una catarsis autobiográfica.

Eso es lo que lo ha hecho crecer mejor, más lejos y más rápido. Pudiendo desaparecer un jet de siete toneladas, la estatua de la Libertad (donde transportar equipos, gente y obtener los permisos fue toda una pesadilla) y un vagón de tren del Expreso de Oriente - haciéndolo levitar previamente -, además de traspasar la muralla China. Ha ido más allá que los demás. Su ambición no conoce límites, su hábito de trabajar 24 horas y su espíritu perfeccionista lo han convertido en legendario viendo colmado su anhelo de que se reconociera y respetara su magia como una forma de arte. En sus manos un acto de desaparición común se convierte en algo descabelladamente inmenso.

FILOSOFÍA MÁGICA
David Copperfield considera que la magia está destinada para llevar al público a un viaje, hacerle olvidar lo que ocurre y crear fantasmas de la manera más profunda y divertida para sorprenderse a sí mismo una y otra vez.

Es cinéfilo empedernido y trabajador infatigable, toma vacaciones solo durante dos semanas al año cuando aprovecha para llevar durante un día completo a todo su equipo de colaboradores a un parque de diversiones con montaña rusa incluida.

En 1983 fijó su residencia en Nevada, en una inmensa bodega con espacio para su completísima y envidiable colección de antigüedades mágicas como el baúl de escapismo y desaparición de Harry Houdini y una extensa y bien documentada biblioteca sobre el tema.
 
Quiere asombrar y transportar al público complaciéndolo en una búsqueda algo irreal pero que es la que lo hace salir adelante. Sus espectáculos están llenos de emoción y sensualidad como puede verse en su realización “Fuegos de la Pasión” donde sobrepasa con creces a Houdini. Además, reinventó al Ilusionista como un auténtico aventurero dejando atrás la imagen estereotipada del mago con sombrero de copa y frac.

Después de idearlo, intentarlo y ensayarlo durante siete años, en 1992, logró el máximo escape y la más bella levitación, VOLAR, que era su sueño de niño. Ha obtenido el título de mejor Mago del año otorgado unánimemente por sus colegas, además de 12 premios Emmy por sus especiales de televisión y su figura en cera ya adorna el museo de Madame Tousseau. En 1995 lo inscriben en el paseo de la fama en Hollywood siendo el primer ilusionista vivo en recibir tal honor y el gobierno Francés lo ordena como Caballero De Las Artes condecoración tan solo otorgada a actores, escritores, cineastas, etc. Nunca antes recibida por un ilusionista cumpliendo así su deseo de elevar la magia a una forma de arte.

Sin embargo, nuestro moderno Merlín también tiene su corazoncito y es así como en octubre de 1993 formaliza su noviazgo con la supermodelo alemana Claudia Schiffer el cual según los últimos datos acabó como por arte de magia. En noviembre de 1996 estrena su acto “Sueños y Pesadillas” en el teatro Martin Beck de Broadway, el mismo que frecuentaba de niño, con la colaboración de Francis Ford Coppola. Allí confirma que interactuar con el público es fascinante.

Su sensibilidad social se refleja en Proyecto Magia, el cual inició en 1983 y del que siente inmenso orgullo ya que su objetivo es rehabilitar pacientes con minusvalías, motoras, sensoriales o cognitivas, por medio de ejercitar trucos de magia lo cual hace que superar las incapacidades físicas sea más divertido que por medio de otras terapias. El proyecto funciona en 1000 hospitales de 30 países del mundo. Copperfield plasma allí su teoría de que la magia le ayudó a comunicarse con la gente.

David sostiene que aún hoy lo último que se debe perder es la capacidad de asombro: la fascinación mágica que nos regala el nacimiento de un niño, el ver caer la nieve o admirar la puesta del sol. “Parte de la dicha de crear algo nuevo es poder ver en mi espectáculo la sensación de asombro que experimenta la gente, esa esperanza infantil de saber que uno puede hacer lo que quiera o de que nada es imposible”.

Es increíble que en una época donde todos dicen que lo han visto todo, que lo han hecho todo y que es imposible sorprenderse, David Copperfield encuentre la forma de hacerlo con Magia, Reina de las Artes, en pleno siglo XXI.
 
Para quien está tratando de definir si vale la pena o no asistir a los shows de David Copperfield la respuesta es que todo depende de lo que su imaginación quiera ver. No he encontrado ejemplo más sincero que el que me dio el fallecido Mago Borletti - legendario y excelente mago macondiano nacido en Riofrío caserío aledaño a Aracataca - : “La magia de Cooperfield es como ver a Rambo matando leones desde un helicóptero artillado con una metralleta punto cincuenta; la magia mía es como ver a Tarzán matando al león con un puñal”.

Para un país como el nuestro, que siempre vive atravesando diversas y difíciles coyunturas de todos conocidas, quizás la verdadera magia que en el año 2000 dejó David Copperfield con su espectáculo Dimensión Desconocida, consista en la inspiración que quiso sembrar en cada uno de nosotros: “NUNCA RENDIRSE Y SOÑAR LO IMPOSIBLE”. Al parecer, poco a poco, de manera lenta, lo estamos aplicando.

Desde hace unas semanas, David Copperfield, el más grande ilusionista de todos los tiempos, volvió a presentar, de forma presencial, su espectáculo en el MGM Grand Hotel & Casino de Las Vegas. Si quiere asistir debe reservar sus boletos con antelación, el lleno es total.