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Mujeres en la cuarentena: doble castigo

Saira Daniela Mora Prieto

Mujeres en la cuarentena: doble castigo

En Colombia, el Ministerio de Salud y Protección Social confirmó el primer caso de COVID-19 el 6 de marzo del presente año.

A raíz de ello y por la rápida propagación del virus en el territorio colombiano, el Gobierno Nacional decretó como principal medida el aislamiento preventivo obligatorio. Sin embargo, aunque el confinamiento es una medida necesaria para la contención del virus, también representa el crecimiento de la violencia intrafamiliar y la violencia de género en nuestro país. Este artículo se centrará en dos puntos importantes derivados de los conceptos mencionados anteriormente: el cuidado del hogar en tiempos de cuarentena y la violencia sexual con riesgo de feminicidio.

¿Qué hacer cuando nuestro propio hogar no es un lugar seguro?

El confinamiento deja en evidencia una de las muchas realidades sociales que existen en nuestro país, por ejemplo, la de las mujeres que sufren violencia de género o violencia intrafamiliar, pues hay un mayor riesgo al estar encerradas con su agresor. Primero, es importante cuestionarse: ¿cuál es la diferencia entre violencia de género y violencia intrafamiliar? Según la publicación de Confilegal en el artículo “Diferencia entre violencia de género y violencia intrafamiliar”, se sostiene que no son conceptos iguales. La violencia intrafamiliar es la que se produce al interior de un hogar y que puede ser ejercida hacia cualquier miembro del núcleo familiar, es decir, una madre, un hijo, un nieto. Por otro lado, la violencia de género es la que se da contra la mujer “por el hecho de ser mujer” y se da en cualquier ámbito ya sea público o privado. Estas violencias se ejemplifican con malos tratos psíquicos y físicos como los más evidentes. No obstante, en el ámbito doméstico también se encuentran agresiones sexuales, acoso sexual, violación y explotación doméstica.

El cuidado del hogar en tiempos de cuarentena

La cuarentena hace del hogar el centro de la rutina. Para muchas mujeres no se trata de un descanso, sino de una labor de tiempo completo. El informe de 2017 (ONU MUJERES, UNFPA, PNUD, 2017) reporta que el promedio de tiempo dedicado a los cuidados asistenciales y el trabajo doméstico no remunerados supera el triple para las mujeres que para los hombres, según los datos de la encuesta realizada en 83 países y zonas. Los datos disponibles indican que el tiempo que se dedican a las tareas domésticas es la causa de una proporción elevada de la brecha entre los géneros en el trabajo no remunerado. Muchas mujeres de hogares vulnerables dedican buena parte de su tiempo a cuidar a los niños, cocinar, ocuparse del aseo general, lavar la ropa, entre otras tareas domésticas; es por esto que para las mujeres resulta sumamente difícil cuando no se reparte la carga de las labores de cuidado con la pareja y el resto de la familia (María Fernández, 2018).

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De acuerdo con esto, se puede ver el desbalance que existe en la repartición de tareas domésticas, el cual se debe principalmente a las creencias en los roles tradicionales de género (Peña, 2016). Pues, son las mujeres quienes tienen el deber del cuidado de los hijos y demás tareas del hogar. Con el confinamiento obligatorio, se aumenta la carga del cuidado ya que los niños no tienen colegio y los adultos mayores que son la población con mayor riesgo frente al virus, por lo que se dificulta pedir ayuda a familiares.

A su vez, “la división sexual del trabajo hace que el 75% de las personas que trabajan en la primera línea de asistencia sanitaria sean mujeres según la cifra de las Naciones Unidas. "La primera línea de respuesta" frente a la epidemia de coronavirus "siguen siendo las mujeres", tanto "las profesionales de medicina como las limpiadoras de los hospitales, por ejemplo", destaca la representante de ONU Mujeres.” (ROMERO, 2020) Así pues, las mujeres se ven expuestas a un gran riesgo que tienen como función contener la propagación del COVID-19, dándoles no solo una sobrecarga en el trabajo doméstico sino también en su trabajo mediante el ejercicio de sus funciones.

Violencia sexual y riesgo de feminicidio.

En China, las denuncias por violencia doméstica aumentaron en febrero, justo cuando ciudades como Wuhan o Beijing se aislaron para evitar el esparcimiento del coronavirus e hicieron obligatorio el aislamiento preventivo (Calle, 2020). Se conoció por parte de Wan Fei de la provincia de Jingzhu en Hubei que se recibieron 162 denuncias en febrero, tres veces más que los que se reportaron el mes anterior. “Según nuestras estadísticas, el 90 % de las causas de violencia doméstica están relacionadas con la epidemia” (Calle, 2020). En España, durante el confinamiento se conoció un feminicidio y una agresión que dejó en estado grave a su víctima. (ROMERO, 2020)

ONU mujeres, concuerda que en contextos de emergencia aumentan los riesgos de violencia doméstica contra las mujeres y niñas debido a las tensiones que se viven al interior del hogar, concretamente al estar encerradas con sus victimarios. En Colombia y según Sisma Mujer, “cada 23 minutos una mujer es víctima de violencia sexual, y en el 87 % de los casos fueron niñas y adolescentes. En el 71.2 % de los casos, el presunto agresor fue un familiar o un conocido y el escenario fue la vivienda (Calle, 2020)”.

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La asesora de justicia para las mujeres en el Consultorio Jurídico de los Andes explica que una mujer, por lo general, tiene la posibilidad de salir de su casa y hablar con personas a su alrededor ya sea amigos o familia, mientras su victimario no está. Sin embargo, cuando el asilamiento preventivo obligatorio en Colombia entró en vigencia, no se tuvieron en cuenta los diferentes problemas metódicos y prácticos que conllevan estas situaciones. Una mujer víctima de violencia no tendrá la oportunidad de denunciar si está con su agresor bajo las mismas paredes.

Finalmente, y a manera de conclusión, es importante crear una conciencia social para aquellos vecinos y familiares que conocen situaciones de violencia, no duden en denunciarlo a las autoridades respectivas. Se pueden comunicar con la Línea 155 que atiende a mujeres víctimas de violencia. Funciona las 24 horas y no necesita minutos, es gratis. Las mujeres están en riesgo y no es una realidad ajena, el caso de China nos enseña cómo un encierro puede ser un factor en el aumento de la violencia de género e intrafamiliar, por esto hay que tomar muy en serio la prevención de las mismas.

Referencias

  • Calle, H. (19 de Marzo de 2020). Con el encierro por coronavirus es posible que incremente la violencia de género. EL ESPECTADOR, pág. 2.
  • María Fernández. (2018). Centros comunitarios de lavado alternativa de desarrollo para las mujeres. Medellín: Universidad EAFIT.
  • ONU MUJERES, UNFPA, PNUD. (2 de Octubre de 2017). http://colombia.unfpa.org/es/publications/brechas-de-g%C3%A9nero-ydesig…. PNUD. (1996).
  • Ximena Peña, y. C. (2016). Lavadoras y roles de género. Bogotá: Universidad de los Andes