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Transformación digital

Juan Falkonerth

Mapa de Internet - De The Opte Proyect CC By 2.5

Mucho se habla por estos días del concepto de “transformación digital”, dada la coyuntura y lo rápido que se esta migrando al uso de plataformas tecnológicas.

Algunos por necesidad y otros con procesos más consientes, pero este tema no es nuevo y vale la pena que se analice con mayor detenimiento, por eso aquí se proponen algunas consideraciones, las cuales pueden ser útiles para el debate y para el proceso de cambio que se vive por estos días.

La transformación digital es un mecanismo de cambio que se adopta para hacer uso de las nuevas tecnologías y optimizar los procesos productivos de una organización, adaptándolas a las nuevas necesidades del mercado y a la realidad de nuestros tiempos. Su incursión no es nueva, aunque muchos así lo piensen, esta ha estado presente y se ha desarrollado a lo largo de los últimos 50 años, pero con diferentes matices.

Los pilares más importantes de esta transformación digital están contenidos en la tecnología Blockchain, el Internet de las cosas, la Inteligencia Artificial, el Cambio a la Nube y la Ciberseguridad, entre muchas otras, las cuales permiten variar ostensiblemente el ciclo de vida competitivo de las industrias, privilegiando el manejo de datos y posicionando el término de la confianza, pilar fundamental de la estructura.  

Su importancia radica en la capacidad disruptiva para variar la arquitectura de los negocios tradicionales e impactar su cadena de valor, piénsese, por ejemplo, en la estructura clásica de la empresa, la cual es vertical y ascendente: parte en los proveedores, llega a los productores y culmina con los distribuidores; pues bien, esta estructura es impactada y reemplazada por una constituida por pilas que interactúan entre si (ya no de forma lineal y rígida) y que privilegian a la innovación, a la cual ubican en la parte superior.

Dave Rogers, profesor de la Universidad de Columbia en los Estados Unidos, propone 5 dominios claves para el proceso de transformación digital, i) los datos, ii) la innovación, iii) la competencia, iv) el valor y por último, pero no menos importante, v) los clientes. Denotando en cada uno de ellos la presencia implícita de valores agregados que logran hacer que la organización sea altamente competitiva en el mercado.

De esta manera, incluso, llegan nuevos actores para hacer parte de la cadena de valor, agentes externos que no necesariamente compiten con la matriz principal del negocio, sino que logran sacarle provecho y complementarla; un claro ejemplo de esto es PayPal que no rivaliza con los grandes de la industria financiera, sino que se adhiere y le saca provecho, esto se conoce usualmente como “Fintech”, como bien lo refieren algunos académicos de la Universidad de Virginia en los Estados Unidos.

Otras expresiones de cambio se evidencian con la omnicanalidad, la cual refiere a que un cliente, por ejemplo, puede iniciar su experiencia a través de redes sociales o la internet, continuarla con telecomunicaciones y culminarla en la tienda, esto con la facilidad que brinda los chatbots, la videoasistencia y la inteligencia artificial, como lo refirió recientemente María del Pilar Barrios, gerente general de Unisono en Colombia, en la Revista ENTER. La clave en este punto es la convergencia de varios canales de comunicación y el uso de las plataformas digitales que mejoran la experiencia de cara al consumidor final.

En el sector público también empiezan a evidenciarse importantes procesos de transformación digital, como es el caso del Instituto Geográfico Agustín Codazzi – IGAC, en Colombia, el cual se abrió paso a la modernidad con la puesta en marcha del catastro multipropósito y los datos abiertos de cartografía, los cuales no solo benefician al Estado en la formulación de más y mejores políticas públicas, sino que brindan herramientas para que los usuarios puedan usar esta información libremente y prestar un servicio adicional.

El ejercicio del derecho tampoco se escapa a este fenómeno y ya se encuentra en marcha en el país un proyecto digital que basado en la inteligencia artificial, el cual buscará descongestionar parte de los juzgados a lo largo del territorio nacional, enfocando sus esfuerzos inicialmente en los litigios de obligaciones pecuniarias que solo requieren garantizar el cumplimiento de lo pactado, estos procesos que no son muy complejos le quitan mucho tiempo a los jueces, quienes ahora podrán dedicarse a los casos que ameritan una valoración más compleja. Esta APP es desarrollada por Imaginamos de RAPPI y el Centro de Estudios de Derecho Procesal – CEDEP.

Por esta y por muchas otras razones, cada vez más organizaciones en el mundo le apuestan a la computación en la nube, con la cual pueden procesar millones de datos en línea y generar mecanismos para proteger la información, el bien más valioso por estos días. Un estudio de la ANDI mostró que, en Colombia, por ejemplo, cerca del 60% de las empresas tienen planes para entrar a la era digital y que este tema se ha convertido en una de sus prioridades. Planes que seguramente se han acelerado con la emergencia sanitaria.

Datos de Fedesarrollo por su parte, reflejan las amplias bondades que traen las APP para la economía del país, como lo son los procesos de formalización y desarrollo. Su investigación mostró que cerca del 30% de estas aplicaciones digitales incentivan el pago de impuestos, el 22% estimulan el manejo de la contabilidad, el 28% promueven los registros mercantiles en cámaras de comercio y el 7% impulsan los registros sanitarios. Estos datos fueron obtenidos a través de la aplicación de 15 mil encuestas diligenciadas entre diciembre de 2019 y marzo de 2020.

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Ilustracion de internet - De Wilgengebroed on Flickr - CC BY 2.0

Otro dato revelador de este estudio señala que las aplicaciones digitales aportan entre el 0.2% y el 0.3% del PIB. Sin embargo, esto recuerda la paradoja planteada por Robert Slow, premio Nobel de Economía, quien haciendo alusión a los aportes que hacen las nuevas tecnologías en el crecimiento económico de un país afirmó en su momento que: “la era del ordenador se ve en todas partes menos en estadísticas de productividad”,  disyuntiva que sin duda alguna se irá resolviendo con el tiempo, pero que por ahora invita a reflexionar sobre los aportes que verdaderamente tienen estas aplicaciones y cómo se irán haciendo visibles con el paso del tiempo. Estamos seguros que sus aportes son muchos más representativos de los que se reflejan en estos indicadores.

Esto va de la mano con la capacidad implícita de cambio y de la manera como se percibe el mundo, por esta razón la incursión de nuevos y mejores procedimientos se traducen en bajos costes y mayores ganancias, si al final de la ecuación se hace en debida forma. Otro elemento clave es el análisis de la data, el cual permite comprender los nuevos hábitos de consumo y da una ventaja competitiva para personalizar las ofertas que a diario se hacen en el mercado, eso si, siendo responsables con el manejo que se le de a la información ya que el no hacerlo acorde a lo pactado y defraudando la confianza del consumidor y que se puede traducir en enormes pérdidas para la organización. 

Ahora bien, los datos y el uso que se hace de ellos son muy importantes para el análisis propuesto, dado que cerca del 94% de estos ya están almacenados en formatos digitales a diferencia de lo que ocurría en 1986, donde estos se conservaban de forma analógica en un 95%. Estos datos permiten conocer el hábito de consumo de las personas y sus preferencias en ciertos periodos de tiempo y con algunas variantes. Esto se logra a través de la data, los algoritmos y por supuesto, de la inteligencia artificial.

Cifras estimadas de la ONU, muestran que cerca del 90% de los datos en el mundo se han construido y recolectado por medios digitales en los últimos dos años, esto de forma exponencial. Así mismo, orienta su análisis en la capacidad de las organizaciones para interpretar este volumen de datos en tiempo real, en la toma de decisiones y en la asignación de responsabilidades derivadas de este tratamiento.

Un caso que sirve para ilustrar lo expresado es Netflix, pues a diferencia de lo que muchos piensan, no solo se dedica a la transmisión de contenidos multimedia vía streaming, sino que por el contrario, uno de sus mayores valores son los macrodatos, los cuales le dan una amplia ventaja competitiva en el mercado. El ejercicio consiste en recolectar una inmensa cantidad de información y analizarla con el fin de interpretar hábitos de consumo y orientar sus productos y realizar mejores ofertas, muchas de estas personalizadas, incluso, hacer sus nuevas producciones basadas en la lectura de esta data.

Harari en su libro “21 Lecciones para el siglo XXI” señala que el análisis de la data puede llegar a ser tan precisa a través de la inteligencia artificial, que las organizaciones pueden conocernos mejor que nosotros mismos. En este punto pueden predecir nuestro comportamiento y conocer las preferencias de consumo, incluso, con variaciones de estados de animo. ¡Suena aterrador! Pero todo esto es producto de la inmensa cantidad de datos que a diario se suministran a través de dispositivos electrónicos, como los relojes inteligentes, los Smartphones y las laptop, por ejemplo, pero es importante pensar también en las grandes bondades que trae esto.

Para aterrizar estos conceptos, el autor recurre a un ejemplo que resulta ser muy revelador, una marca de bebidas refrescantes presenta habitualmente una bella mujer en vestido de baño consumiendo el producto. Sin embargo, la inteligencia artificial basada en la lectura de las emociones de los sujetos, logra detectar que el hombre que ve la publicidad tiene otras preferencias sexuales y basado en esta información decide cambiar la pauta publicitaria y reemplazar a la mujer por un joven atlético sin camisa, logrando capturar su verdadera atención y cautivarlo con el producto ofertado. Una visión futurista, pero no por eso lejana a la realidad.

De esta manera, puede entenderse un poco más como funciona la dinámica de la transformación digital y la interpretación de datos. Lo importante en este punto es comprender como el uso de las nuevas tecnologías pueden optimizar y fortalecer los procesos productivos de las organizaciones y brindar una mejor experiencia al consumidor final.

Empresas que lograron hacer una buena lectura de esta nueva realidad, sacaron provecho y se posicionaron en el mercado, como lo son Netflix, Nikon, Amazon, Google y Facebook, entre muchísimas otras, a diferencia de algunas organizaciones que por su rigidez de negocio no pudieron hacer la transformación y desaparecieron, como lo fueron Blackbuster, Kodak, Atari y Nokia. Estos son apenas algunos ejemplos de lo que puede implicar para una empresa que en un periodo de tiempo determinado y pese a liderar el mercado, no logre hacer esta transición y adaptarse a las nuevas realidades, es decir, hacer la transformación digital.

Así se define entonces la transformación digital, esa que quizá muchos no vieron venir por su crecimiento exponencial, desafiando a la mente humana, la cual solo logra entender variaciones lineales. Esto produjo que muchos quedaran perplejos al ver los avances del mundo en temas de ciencia, innovación y tecnología y que de un momento a otro cambiaron ostensiblemente los procesos productivos de sus actividades diarias. El reto ahora es asimilarla y hacerla parte integral de la vida.

A manera de conclusión puede decirse que la transformación digital es un amplio y complejo proceso de cambio para que las organizaciones logren migrar al uso de las plataformas tecnológicas y optimizar sus operaciones, así mismo, para recolectar, administrar y hacer buen uso de los datos, lo que les dará competitividad en el mercado y les permitirá constituir un factor diferenciador, siempre que no se defraude la confianza del consumidor. Esta nueva era no solo versa sobre el sector real, sino que propone retos al sector público y a los diferentes ecosistemas que convergen en esta relación.

Estas transformaciones son positivas si se piensan con fines de optimización y de construcción colectiva, la tecnología es un aliado para cumplir muchos objetivos y por eso es clave adaptarse a ella, comprenderla y, sobre todo, saber usarla, solo así, se logrará ser competitivo en un mundo cada vez más globalizado e interconectado. Recuérdese que la tecnología es un medio y no un fin.
 
Bibliografía
 
ROGERS, David L., THE DIGITAL TRANSFORMATION PLAYBOOK Rethink your business for the digital age, 2016.
 
HARARI, Yuval Noah, 21 Lecciones para el siglo XXI, Debate.
 
ONU, Macrodatos para el desarrollo sostenible, https://www.un.org/es/sections/issues-depth/big-data-sustainable-development/index.html
 
INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI, Datos abiertos, https://geoportal.igac.gov.co/contenido/datos-abiertos-igac
 
ANDI, Encuesta de Transformación Digital, 2017, http://www.andi.com.co/Uploads/Encuesta%20Transformaci%C3%B3n%20Digital%20ANDI.pdf
 
FERNÁNDEZ, Cristina, BENAVIDES, Juan, FEDESARROLLO, Las plataformas digitales, la productividad y el empleo en Colombia, 2020, https://www.fedesarrollo.org.co/sites/default/files/presentacion.pdf
 
COURSERA, Digital Transformation, Universidad de Virginia, https://www.coursera.org/learn/bcg-uva-darden-digital-transformation?action=enroll
 
ENTER.CO, Transformación digital, clave para evolución del sector de BPO, 2020, https://www.enter.co/especiales/empresas/transformacion-digital-clave-para-evolucion-del-sector-de-bpo/
 
EL ESPECTADOR, Creadores de Rappi y firmas de abogados se unen para crear el “juzgado del futuro”, 2020, https://www.elespectador.com/noticias/judicial/creadores-de-rappi-y-firmas-de-abogados-se-unen-para-crear-el-juzgado-del-futuro/