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UNASUR: ¿Otro intento fallido para la integración?

Andrea del Pilar Naranjo Morales

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ABSTRACT
 
La manifestación de seis de los doce países miembros del sistema de la Unión de Naciones Suramericanas para suspender su participación en el esquema regional podría ser un claro preámbulo de desmonte de un organismo que nació como esperanza de hermanamiento y de convergencia de los estados de Suramérica.

 

Las diferencias ideológicas y las luchas internas de poder son unas de las causas de la desintegración del sistema.En este artículo se hará un recorrido por los antecedentes, las iniciativas más relevantes y  las causas de la debacle del proceso catalogado como uno de los intentos más cercanos al sueño de la integración.

  • LA UNASUR COMO PROYECTO DE INTEGRACIÓN REGIONAL

 
La iniciativa de UNASUR surge de la necesidad de reunir los procesos existentes, especialmente la Comunidad Andina (CAN), el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y los sistemas centroamericanos por intermedio de la Asociación Latinoamericana de Integración ALADI (CSN, 2005).  Nace con el objetivo de servir como esquema de convergencia que permitiera conjugar bajo el rótulo de una sola organización, distintos enfoques regionales hacia la conformación de un espacio común de integración y cooperación (Gardini, G. 2010, pp.11-31).

La propuesta se presenta al inicio del nuevo milenio durante las Cumbres suramericanas de presidentes de Brasilia, reunión de la cual nacerá la Comunidad Suramericana de Naciones en 2004, que progresivamente se transformará en la Unión de Naciones Suramericanas.
 
Este ente nace como organización internacional a partir de la promulgación del Tratado Constitutivo de Brasilia de 2008 que parte del reconocimiento de las profundas relaciones geográficas, identitarias y culturales de los pueblos suramericanos (Díaz Barrado, 2005, pp.639-663).
 
El proceso de UNASUR a pesar de su corto tiempo de existencia, la limitada relación intergubernamental y la precaria voluntad de los gobiernos de cada uno de sus estados miembros para su avance, ha sido el marco para la promulgación de varias iniciativas de relevancia más que regional, veamos algunas de las más sobresalientes:
 
 

  • IIRSA, INFRAESTRUCTURA E INTEGRACIÓN ENERGÉTICA:

 
El proyecto de interconexión de infraestructura física y de integración energética y de telecomunicaciones (IIRSA) ha sido uno de los más ambiciosos desarrollados en la región.

A pesar de que el plan no nació originalmente en el seno de UNASUR, el sistema durante el avance del Área de Libre Comercio se vinculó de manera decidida a su desarrollo e incluso asumió nominalmente su dirección.
El esquema se catalogó como una herramienta de articulación territorial, tecnológica y de infraestructura que involucraba a los doce países miembros con otros dos planes impulsados igualmente por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo: El plan Puebla Panamá y el acuífero Guaraní (Seitz, 2013, pp. 98-112).

El proceso ha tenido varios detractores especialmente del sector de protección del medio ambiente, que lo ha catalogado como un “mero proyecto de interconexión más no de integración” (Dos Santos, 2015) que busca facilitar el desplazamiento de materias primas y el abaratamiento de costos de transporte para la cadena productiva privada, especialmente a las multinacionales con bajo impacto en el desarrollo de las poblaciones suramericanas y con grandes repercusiones en la aceleración de la deforestación especialmente en la zona sur de la Amazonía del Brasil y en la zona andina comprendiendo Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia (Killeen, 2017).

  • CORTE PENAL DE UNASUR

 
El territorio latinoamericano históricamente ha padecido múltiples manifestaciones de desigualdad y criminalidad; para combatir éstos fenómenos se desarrolló la propuesta ecuatoriana de creación de un esquema transnacional de justicia penal, que conociera conductas constitutivas de delitos cuya comisión o efectos sobrepasaren las fronteras y que al vincular a más de un estado superaran la jurisdicción de la acción penal nacional.
 
La propuesta de la Corte penal de UNASUR inicialmente se presentó durante la XIII Reunión Especializada de Ministerios Públicos de Mercosur en junio de 2012 para iniciar un proceso de armonización punitiva bajo la batuta de doce jueces divididos en dos instancias de decisión, todos ellos elegidos por el consejo de seguridad integrado por los ministros de defensa de los estados miembros.
Entre los delitos que juzgaría se incluía: trata de personas, delitos informáticos, narcotráfico, lavado de dinero, falsificación de marcas, tráfico de patrimonio cultural, delitos ambientales y la corrupción. Todos derivados del crimen organizado transnacional con el objetivo de ampliar la competencia de investigación y juzgamiento de cada uno de los miembros.

La iniciativa fue criticada por varios motivos: la complejidad que demandaría su implementación y el exhaustivo trabajo de especificación minuciosa de las competencias de juzgamiento con el objeto de no afectar las atribuciones de los tribunales existentes: la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) integrante del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, la Corte Penal Internacional y el Tribunal Andino de Naciones, así como las dificultades para la armonización de la punibilidad y la tipificación de cada una de las normativas penales de los estados firmantes, bajo un criterio unificado.

El borrador fue radicado en el segundo semestre de 2016 ante la cancillería ecuatoriana de manos de su inicial proponente el Fiscal General Galo Alfredo Chiriboga Zambrano. No obstante el camino de desarrollo de la propuesta se ha detenido.      

  • POLÍTICA DE DROGAS

 
Durante la V reunión del consejo suramericano sobre problema mundial de drogas celebrado el 19 de febrero de 2016, se presenta una propuesta que reúne la visión común del CSPMD de UNASUR - UNGASS para replantear la política de drogas hemisférica de manera integral, concentrándose en cuatro aspectos que incluyen la cadena de producción, distribución y consumo, éstos fueron sus puntos más relevantes:

1. Reconocimiento del consumo como tema de salud pública y la prevención -traducida en educación e información- cómo eje de abordaje para su disminución; la incorporación de mecanismos de atención temprana y la asistencia social encaminada a “eliminar los factores causantes de la pobreza, la desigualdad, la exclusión social y el deterioro ambiental…” (UNASUR – UNGASS 2016).

2. Creación de mecanismos de investigación y monitoreo del fenómeno, incluyendo el fortalecimiento del observatorio unificado de drogas que reuniría información  homogénea y actualizada sobre redes de comercialización, censo de consumo e incluso adelantos en investigación sobre el uso médico de sustancias psicotrópicas. 

3. Desarrollo de esquemas fortalecidos de investigación y juzgamiento de organizaciones de crimen incluyendo el crimen transnacional en sistemas penales articulados.

4. Exhorto para la construcción de esquemas de atención a drogodependientes que incluya no solo atención médica sino inserción laboral y rehabilitación psicosocial.

La iniciativa no pasó de ser una propuesta y solamente tres de los once miembros (Uruguay, Chile y Brasil) han asumido una perspectiva tendiente a la despenalización.

La postura represora y punitiva incluso del consumo permanece como derrotero de la política criminal en la región, aún cuando los resultados de la prohibición sean más que negativos.

  • BANCO DEL SUR
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Como un ente de financiamiento de infraestructura e integración y en orden a dinamizar los mercados de valores y las economías de los estados de la región y de constituirse como fondo regional de reservas surgió el Banco del Sur, como un organismo bursátil supranacional con un capital autorizado de veinte mil millones de dólares (Convenio Banco UNASUR, 2009). 

A pesar de que la propuesta se dio a conocer en 2007 el proceso inició su fase de pre operación en diciembre de 2016 con la posesión del directorio ejecutivo conformado por representantes de Uruguay, Venezuela, Bolivia y Ecuador y con la aprobación de su reglamento de funciones.

La crisis presupuestal de los estados miembros, los cambios políticos de los gobiernos de la región que tildaron la figura como herramienta política de los presidentes de la época Lula Da Silva, Hugo Chávez y  Néstor Kirchner han producido un paulatino retiro de los miembros, dejando a la iniciativa sin aportes.

  • SURAMÉRICA COMO ZONA DE PAZ

 
El derrotero de la paz se incluye en el proceso de la Unión de Naciones Suramericanas desde su tratado constitutivo que reafirma la necesidad de emprender la integración como un espacio de “cultura de paz en un mundo libre de armas nucleares y de destrucción masiva”, bajo la prevalencia del respeto de derechos humanos, la democracia y la cooperación en “un futuro común de paz (Tratado Constitutivo UNASUR, 2008).

Luego en la Declaración Suramérica como Zona de Paz se explicita la prohibición del uso o la amenaza del uso de la fuerza entre los estados, junto con medidas de proscripción del  desarrollo, fabricación, posesión, despliegue, experimentación y utilización de todo tipo de armas de destrucción en masa, incluyendo las nucleares, químicas, biológicas y tóxicas, así como su tránsito por los países de la región, imponiendo a los estados la eliminación gradual de minas antipersonales (Declaración de Suramérica como zona de paz, 2012).

En ese mismo año el consejo de defensa de UNASUR aprueba el plan de acción sobre seguridad, con cuatro ejes rectores: políticas de defensa; cooperación militar, acciones humanitarias y operaciones de paz; industria y tecnología de la defensa; y formación y capacitación. (Plan de acción, 2012)

El programa ha permitido incorporar nuevos elementos al concepto, que buscaban ser el punto de partida de una normativa que implicara la exigibilidad internacional y la responsabilidad estatal ante su vulneración, aspecto que aún no se ha alcanzado.

La poca voluntad de discusión ha impedido que se suscriba a la fecha un documento vinculante que reconozca “una íntima relación entre paz e integración” (Cano Linares, 2010, p.22).
 
A MODO DE CONCLUSIÓN…
 
Para la historia americana no es nueva la idea de construir un proceso de integración fuerte erigido sobre la identidad.  Desde la independencia varios han sido los intentos de conformar hermanamientos bajo perspectivas comunes.

No obstante al ligar el desarrollo de los procesos a los vaivenes políticos y permitir que las diferencias ideológicas afecten el progreso de los sistemas han sido los grandes escollos que ahora se hacen tangibles en la inminente desintegración del proceso de UNASUR, que además ha sido progresivamente privado de un aparato institucional permanente y comprometido.

Causas que se suman a los temores de los estados a erigir una institucionalidad supranacional,  las grandes falencias en la divulgación y en los reducidos por no decir inexistentes espacios de injerencia ciudadana en el proceso ha alejado a los ciudadanos de manera pasmosa tornando la “Unión” en una figura nominativa de carácter eminentemente presidencialista e intergubernamental que transformó las crisis internas de los estados miembros en un absoluto vacío de poder dentro de la organización regional.

Más allá de todas éstas consideraciones el proceso de UNASUR languidece por la decidida voluntad de los estados suramericanos y sus gobiernos que nunca han creído de manera real y sincera en que una integración sea posible, que pueda producirse un hermanamiento más allá de cualquier consideración ideológica, estados que a lo largo de toda su violenta historia sólo han sabido envidiar, ofender y responder la ofensa, estados para los que negociar en bloque no es una opción, estados que no ven posible asumir el reto de la unión más allá de las consideraciones egoístas y limitadas de sus gobernantes de turno, estados que no comprenderán que la única manera para lograr un desarrollo equitativo para los habitantes de Suramérica es partiendo del reconocimiento y la comprensión de nuestras diferencias, la construcción de nuevos canales de comunicación e intercambio y en suma en la aceptación de la integración como una herramienta de supervivencia.

 
 
REFERENCIAS
 

  • Banco del Sur. (2009). Convenio Constitutivo del Banco del sur.  Recuperado de ww20.iadb.org/intal/catalogo/PE/2013/12429.pdf
  • Barbosa D. (2015) Ponencia Seminario Internacional 15 Años de IIRSA, “Miradas críticas sobre la integración sudamericana”. Recuperado de http://www.sela.org
  • Cano Linares. M.A.(2010). “La unión de Naciones Suramericanas un ambicioso e innovador proceso de construcción de integración regional”. Revista Electrónica Iberoamericana. Vol 4 N.1. 2010.
  • Comunidad suramericana de Naciones. Declaración sobre la Convergencia de los Procesos de Integración en América del Sur (2005). Primera Reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Sudamericana de Naciones.  Brasilia, recuperado a partir de www.iirsa.org.
  • Cumbre Sudamericana de Naciones. Primera Cumbre Sudamericana Presidentes (2000). Comunicado de Brasilia. CLAES – Biblioteca en integración y desarrollo en América Latina.
  • Díaz B. C (2005). “La comunidad Suramericana de Naciones: Propuestas y realizaciones”. Revista española de derecho internacional, Vol. 57, Nº 2, 2005, P.p. 639-663.
  • Gardini, G.;  Caballero Santos, S. (2010) “Proyectos de integración regional sudamericana: hacia una teoría de convergencia regional”. Universidad Autónoma de Madrid. Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Revista Relaciones internacionales: Nº. 15, 2010. Pp.11-31
  • Killeen. T.J. (2017) Los impactos ambientales de IIRSA: un análisis de sus últimos 10 años de ejecución.  Entrevista de Milton López Tarabochia  en Mongabay Latam  Recuperado de https://es.mongabay.com/2017/01/iirsa-deforestacion-contaminacion/.
  • Seitz A. M. (2013). “Cambios globales e institucionales en política exterior: el caso del IIRSA, UNASUR y la Patagonia argentina”. Revista Aportes para la Integración Latinoamericana. Año XIX, Nº 29/Diciembre 2013. P.p. 98-112.
  • UNASUR – UNGASS (2015) Visión Común del CSPMD de UNASUR – UNGASS 2016. UNASUR/CSPMD/GAH EVAL final PA/2015. Recuperado de www.unasursg.org/es
  • UNASUR (2008). Tratado Constitutivo De La Unión De Naciones Suramericanas. Basilea. Recuperado de http://www.integracionsur.com/sudamerica/TratadoUnasurBrasil08.pdf.
  • UNASUR (2012). Primera Reunión de Ministras y Ministros de Defensa del Consejo de Defensa Sudamericano (CDS) de la UNASUR - Declaración de Santiago de Chile 9 y 10 de marzo de 2009.
  • UNASUR (2012). Declaración Sobre Suramérica Como Zona De Paz. Lima. Recuperado de http://www.itamaraty.gov.br/images/ed_integracao/docs_UNASUL/DECL_ZONA_…;