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El Consumo, Maltrato, Uso y Explotación Animal

Lauren Juliana Pedraza Duarte

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Desde la antigüedad el hombre ha establecido vínculo con los animales, considerándolos su compañía; ellos, al igual que el hombre, también son residentes de este planeta y tienen el mismo derecho que nosotros de habitarlo y ser tratados con respeto. A pesar de esto, los seres humanos los hemos usado como objetos, que podemos manipular a nuestro antojo y beneficio, para satisfacer nuestras necesidades y ambiciones. En definitiva, hacer a otros animales aquello que no quisiéramos para nosotros es una incoherencia moral, como sociedad hemos rechazado las injusticias que se cometen contra nosotros, saliendo incluso a protestar y exigir respeto, pero ¿Qué hay de nuestras víctimas?

En Colombia, existen principios de bienestar y de protección animal, de solidaridad social, incluso para hacer una denuncia en caso de maltrato animal se habla de características para considerar que es un maltrato, por ejemplo, que no sufran hambre ni sed y que no sean sometidos a condiciones de miedo o estrés, se habla de libertades; pero el maltrato animal va más allá de daño a perros y gatos, ¿Por qué no se puede realizar una denuncia a un matadero?

Según el Invima (2021) solo 96 mataderos en el país cumplen con los requisitos establecidos en el Decreto 1500 de 2007, pero, en qué momento hemos permitido que existen los mataderos y tienen un modo de operar legal, ¿por qué esto no se considera como maltrato animal? Cuando se habla de la muerte de animales para el consumo humano o de abastos públicos, se establecen normas de saneamiento y se especifica que animales clasifican para el consumo, pero por qué esto no lo vemos desde los principios de bienestar y protección animal de los que tanto se habla, ningun ser vale mas que otro; el peor maltrato ocurre dentro de los mataderos.

Conforme a la Guía para Manejo de Denuncias de Caso de Maltrato del Ministerio del Interior (2018), “el maltrato animal se puede definir como el comportamiento socialmente inaceptable que causa el dolor, sufrimiento, angustia y/o muerte de un animal, ya sea por acción u omisión”. De igual modo, la jurisprudencia colombiana lo ha considerado como el padecimiento, abuso, violencia y trato cruel para con los animales, mencionado en la sentencia 666 de 2010 de la Corte Constitucional. Sin embargo, es un poco contradictorio o sin sentido dar este concepto cuando es omitido al momento de hablar del maltrato que sufren los animales destinados al consumo humano, en estos casos, este concepto ya no ha tenido en cuenta.
 

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Trabajadores en un matadero, 1942 - Dominio público

Cuesta describir con precisión el trato al que se somete de forma rutinaria a los animales de cría y producción en la actualidad. La industria sabe que la población es amante de los animales, por esto mismo intenta tergiversar o esconder lo que ocurre detrás.

En las cajas y bolsas de leche, nos ponen una linda imagen de una vaca, nos hacen creer la historia de “la vaca lechera”, pero esta idea no existe, en los mamíferos las madres producen el alimento necesario para sus hijos tras quedar embarazadas , para que estos puedan desarrollarse y sobrevivir despues de su nacimiento, la leche contiene hormonas, vitaminas y demas sustancias. El problema es que a las vacas no les permiten alimentar a sus terneros, les son arrebatados, son enjaulados y separados para que no tomen su leche, que las industrias quieren usar para vender; tras este proceso las madres son inseminadas artificialmente una y otra vez para volver a repetir este ciclo.

La industria no nos muestra lo que ocurre dentro de las estructuras, donde no entra luz solar, ni durante mayor ventilación, donde tienen encerradas a gallinas que probablemente no cuentan con el espacio ni para abrir sus alas su corta vida, a las cuales les cortan el pico, para que no se lastimen entre ellas, por el estrés que les ocasiona el modo en el que viven. Esto es lo que no nos exponen, ni nosotros vemos cada vez que nos sirven un plato.

Según la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (2022), en el punto de concentración de Catama, uno de los centros más importantes de encuentro de ganaderos de la Altillanura colombiana donde llegan 9.000 animales al mes, el 90% va para el matadero Frioriente y el 10% restante son revendidos, para engordarlos y posteriormente matarlos. A kilómetros de allí, la misma situación se repite en el centro ganadero El Guamal donde se recibe un promedio de 1.800 animales a la semana.

En Bogotá se consume la carne de 2.429 reses cada día, según datos del INVIMA (2019). “Miles de vacas que salen de los alrededores del Parque Nacional Sierra de la Macarena son transportadas, sin control alguno del origen, a centros de comercialización y mataderos para alimentar la demanda de carne en Bogotá y otras ciudades colombianas” (Molinares, 2022).

Sin embargo, todo esto es solo una porción de las muertes que ocurren alrededor de todo el país, según información del DANE en la encuesta de sacrificio de ganado, durante el trimestre de enero-marzo de 2022, el sacrificio de ganado bovino fue de 747.773 cabezas, el de ganado porcino durante este mismo lapso de tiempo fue de 1.263.609 y de ganado ovino 10.303 cabezas, cifras realmente alarmantes.

Y es que no son solo números, hablamos de seres sintientes y con conciencia. En la Declaración de Cambridge de la Consciencia (2012) se estimó la conciencia y los comportamientos en los animales no humanos, ésta demostró que los hombres no son los únicos en poseer conciencia de sí mismos e intereses como vivir, no sufrir y ser libres, los animales no humanos tambien tienen estas caracteristicas. Ya no podemos decir que los animales son solo números más o están simplemente “para” nosotros, son seres con conciencia y con deseos de vivir, nosotros como seres humanos, podemos establecer vínculos importantes y satisfactorios con criaturas de otras especies, nuestra responsabilidad moral es respetarlos.

Aunque en este ensayo el principal foco de atención es la ética y el dejar en claro que los animales no humanos no son de nuestra posesión, que no es moral ni ético el maltratarlos y explotarlos en ninguna situación, ni para ningún fin, hay algunos temas que se cuestionan cuando se habla de estos temas, como lo es la salud y el medio ambiente, que tocaremos a continuación.
Hay que dejar en claro que la ingesta proteica es necesaria en nuestra alimentación, para la reparación y la reproducción de células nuevas, tal como lo afirma el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano (2022) las proteínas son moléculas grandes y complejas que cumplen con funciones importantes en el cuerpo y están formadas por una o más cadenas de aminoácidos; aunque las proteínas de origen vegetal y animal varían en calidad y digestibilidad, no es preocupación si las proteínas totales consumidas son acordes a las necesidades de cada persona.

La calidad de las proteínas se puede definir de varias formas, sin embargo, todas se remontan a la distribución de los aminoácidos en cada una de estas, en general las proteínas de origen animal son de mayor calidad puesto que contienen mayor proporción de aminoácidos esenciales, no obstante, las proteínas de origen vegetal contienen en su mayoría los 20 aminoácidos, pero tienen cantidades limitadas de aminoácidos esenciales, es por esto que al tener una dieta rica y variada en alimentos vegetales, cada uno de estos aportará diferentes aminoácidos los cuales al final servir para cumplir con los requisitos esenciales que debemos consumir.

Asimismo, la Asociación Americana de Dietética en su estudio: Dietas vegetarianas (2009), deja claro que “Las dietas vegetarianas adecuadamente planificadas, incluidas las dietas vegetarianas totales o veganas, son saludables, nutricionalmente adecuadas y pueden proporcionar beneficios para la salud en la prevención y el tratamiento de ciertas enfermedades. Las dietas vegetarianas bien planificadas son apropiadas para los individuos durante todas las etapas del ciclo vital, incluyendo el embarazo, la lactancia, la infancia y la adolescencia, y para los atletas”.

Por otro lado, tal como lo afirma la Organización Mundial de la Salud en una revisión de la evidencia sobre las dietas a base de plantas y su impacto en la salud, sostenibilidad y el medio ambiente (2021) “Las dietas basadas en plantas tienen el potencial no sólo de mejorar la salud humana, sino también de reducir el impacto medioambiental asociado al elevado consumo de alimentos de origen animal, como la carne y los productos lácteos”. “Este cambio en los patrones dietéticos podría reducir significativamente el uso global de la tierra para la agricultura, al reducir la cantidad de tierra necesaria para el pastoreo y el cultivo. Es alentador que la reducción del consumo de carne roja no procesada y procesada tenga un doble beneficio para la salud humana y planetaria”.

La industria cárnica requiere de una cantidad de agua mucho mayor que la de las plantas. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (2012) “se requieren 1.500 litros de agua para generar un kilo de granos y diez veces esa cantidad para producir un kilo de carne”. De igual forma, tal como lo afirma la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa: Methane Management (2014) el 27% de las emisiones mundiales de gas metano se deben a la ganadería. Incluso The World Bank en su informe: Causas de la deforestación de la amazonia brasileña (2004) señala que el 91% de la deforestación amazónica desde el año 1970 es causada, para despejar las tierras destinadas al ganado bovino, a esto se le denomina ganadería extensiva.
 

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Matadero - De Dr. Temple Grandin, Attribution

Está claro que como seres humanos necesitamos alimentarnos de manera adecuada, con alimentos que sean nutricionalmente densos y que aporten beneficios a nuestra salud; no obstante, una alimentación a base de plantas puede cumplir con todas las necesidades y requerimientos diarios, así lo afirman organizaciones como: los departamentos de Agricultura y Salud de EEUU, el Gobierno de Columbia Británica, la Universidad de Harvard, la Asociación Estadounidense del Corazón , el Comité Olímpico Internacional, entre otros. Entonces, ¿por qué no adoptamos una dieta a base de plantas? ¿Acaso el sabor justifica el sufrimiento y la explotación de seres sintientes?

Además, ¿Por qué queremos y respetamos tanto a nuestros animales de compañía, pero al mismo tiempo comemos o usamos a otros? ¿Acaso la vida de unos tiene más valor que la del resto? ¿o esta tan socialmente aceptado que creemos que unos tienen más derechos de vivir que los otros?, se exige la protección de unos pocos, pero ignoramos por completo la situación de muchos otros seres sintientes, que también merecen respeto, por los que nadie sale a alzar su voz. ¿Por qué si una persona golpea a un perro está mal visto ante la sociedad, pero si se come una vaca es algo “normal”?

Si se continúa priorizando la satisfacción momentánea, el sabor, los costos de producción y la desinformación, se seguirá desarrollando más explotación y maltrato animal. Seres inocentes no deben pagar con su vida por el egoísmo del humano, el sabor no justifica el dolor. En la actualidad tenemos muchísimas posibilidades y acceso a diferentes opciones que nos facilitan la vida a nosotros y salvan la de muchos otros. Hay muerte en cada plato, hay maltrato, dolor, explotación y violación, de igual manera, pagamos para que alguien más mate a otro ser, si yo no soy capaz de encerrar y acuchillar a un ternero, ¿por qué pagaría para que alguien más lo hice? Solo para tener un pedazo de carne blanda en mi mesa, que será consumido durante unos minutos y que representa días e incluso meses de sufrimiento.

Tenemos tan normalizado el maltrato que se le da a los animales no humanos que consumimos que ya ni siquiera se visibiliza; si no nos informamos, deconstruimos, cuestionamos y vemos la realidad detrás de las industrias, de lo que consideramos como tradición y de lo que nos han estado haciendo creer como “normal”, nunca llegaremos a acabar con este ciclo de maltrato, ni se podrá hablar de bienestar animal.