Humanos y animales pueden ser víctimas de leishmaniasis
Un reciente estudio pone en evidencia que el país tiene nueve especies de parásitos que producen la leishmaniasis,
eso lo convierte en la nación que más tiene en todo el mundo. Investigadores piden capacitar a las Secretarías de Salud donde la dolencia es endémica para que aprendan a identificarlas.
Tras un riguroso análisis, un grupo de investigadores de las universidades del Rosario y los Andes, así como del Instituto Nacional de Salud (INS), descubrieron dos nuevas especies de parásitos de
Leishmania en Colombia, las cuales sesuman a las siete existentes. Hasta este descubrimiento, Brasil y Venezuela eran los países con el mayor número de especies: ocho. Hoy, lo es Colombia con nueve especies.
“Existen alrededor de veinte especies que pueden afectar a los humanos. Dentro de estas especies se habían encontrado siete en Colombia: Leishmania braziliensis, Leishmania panamensis, Leishmania mexicana, Leishmania amazonensis, Leishmania colombiensis, Leishmania guyanensis y Leishmania infantum chagasi. Lo que estamos repor tando es que encontramos Leishmania equatoriensis y Leishmania lainsoni”, explica Juan David Ramírez, profesor principal, coordinador de investigación y director del Grupo de Investigaciones Microbiológicas-UR (GIMUR) de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas de la Universidad del Rosario.
La leishamiasis es producida por la Leishmania, un parásito protozoario intracelular transmitido por un vector (familia Psychodidae), que infecta a los seres humanos y a otros mamíferos. Las manifestaciones clínicas de la enfermedad incluyen la leishmaniasis cutánea (úlceras en la piel), leishmaniasis mucocutánea (afectación en las mucosas de nariz, faringe, boca, laringe y tráquea) y la leishmaniasis visceral (inflamación del bazo/hígado).
En Colombia la forma cutánea es la más frecuente, representa alrededor del 98 por ciento de los casos. Los pacientes son afectados con úlceras que les dejan cicatrices en la piel para toda la vida e incluso algunos de ellos presentan deformaciones en el tabique de la nariz, el paladar o las orejas, cuando el parásito se disemina hasta las mucosas y la lesimaniasis se convierte en mucocutánea.
En el caso de la leishmaniasis viceral (alrededor de 1 por ciento de los casos en el territorio nacional), el parásito inflama el hígado o el bazo y la persona puede morir debido a una falla multiorgánica. Tanto las úlceras en la piel como los efectos en hígado y bazo tardan hasta tres semanas en aparecer, mientras que la muerte puede darse varios años después en la forma viceral.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las leishmaniasis son prevalentes en 98 países con una incidencia de 1,3 millones de nuevos casos cada año, aunque solo se reporta la mitad. La forma visceral provoca 300.000 casos (90 por ciento en Bangladesh, Brasil, Etiopía, India, Nepal, Sudán del Sur y Sudán) y la cutánea, un millón (en su mayoría en Afganistán, Argelia, Brasil, Colombia, Irán, Pakistán, Perú, Arabia Saudita, Siria y Túnez). La mucocutánea se da especialmente en Brasil, Perú y Bolivia.