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Tito Livio: Ab urbe condita, una edición de 1573 de las Décadas

Alberto José Campillo Pardo

ab-urbe

Traducciones por Jaime Restrepo Z.

Título original: Titi Livii Patavini Historiae Romanae ab urbe condita libri XLV quotquot ad nostram aetatem pervenerunt cum commentariis omnium interpretum ad explicationem locorum difficilium, e regione insertis: his adiecimus, ultra brevem Liuii, L. etiam Flori, epitomen, Sigonii chronologiam, Pomponii Laeti de antiquitatibus Romanorum, et plaeraque alia ad Romanam historiam pertinentia [Los cuarenta y cinco libros que han llegado hasta nuestra era de la Historia de Roma, desde su fundación, escritos por Tito Livio, natural de Padua. Con comentarios, insertados perpendicularmente, de todos los intérpretes para aclarar los lugares más difíciles. A esto adicionamos, más allá del resumen de Livio, el epítome de Lucio Floro, la Cronología de Sigonio, las Explicaciones de Pomponio Leto sobre las antigüedades romanas y la mayor parte de diversos temas relacionados con la historia de Roma].

Datos generales:

·         Tito Livio, natural de Padua (en latín, Titus Livius Patavinus)

·         Año: 1573

·         Número topográfico: E26N40 V.1, Ej.1 y V.2 ,Ej.1

·         “Mandado a imprimir a expensas y cuidado de Juan Charron”. “Impreso por Miguel Sonnio, en la calle de Santiago, bajo el emblema del basilisco”. 1573 (Lutetiae-París).

 

Esta fotografía muestra el emblema del impresor Miguel Sonnio, cuya estampa era un basilisco.

 

Contenido: V.1: cartas de elogio al autor y su obra. Estudios de Introducción a la obra histórica de Tito Livio. Compendio de la Historia de Roma por Enrique de Glaris. Del Libro I al libro XXX de la Historia de Tito Livio desde la Fundación de Roma. Texto con notas y comentarios Enrique de Glaris. Los cuatro libros de Lucio Floro sobre temas romanos. Resumen (de Lucio Floro) de los libros de Tito Livio.

V.2: del Libro XXXI al libro XLV de la Historia de Tito Livio desde la Fundación de Roma. Texto con notas y comentarios Enrique de Glaris. Resumen (de Lucio Floro) de los libros que faltan en Tito Livio. Desde el libro XLVI hasta el libro CXLII; Cronología de la Historia de Tito Livio. Cronología de Carlos Sigonio, aplicada a la obra de las Historias de Tito Livio. Antigüedades de la ciudad de Roma (de Pomponio Leto). Resumen sobre las zonas y lugares de Roma (de Publio Víctor). Medidas y pesos de la antigua Roma y de Grecia.

 

Título de la obra.

 

Comentario: no existen muchos datos biográficos acerca de Tito Livio, lo cual lo transforma en un historiador sin historia, como lo afirman algunos de sus traductores. Tito Livio nace en Padua en el año 695 después la fundación de Roma, cincuenta y ocho años antes de la era cristiana. (58 a. C). Según diferentes versiones, tuvo dos hijos y cuatro hijas o un hijo y una hija (esta segunda versión se apoya en afirmaciones de Quintiliano).

Según Séneca, Tito Livio escribió sobre diversos géneros, incluyendo obras filosóficas y diálogos. Sin embargo, la obra que ha perdurado y por la cual es reconocido es la Historia de Roma, que comprende el devenir de la ciudad desde su fundación hasta la muerte de Nerón Claudio Druso, el 9 a. C. Su obra constaba de 142 libros, de los cuales actualmente solo se conservan 35.

Tras viajar a Roma a sus 24 años, Tito Livio forjó una amistad con el emperador Augusto, a pesar de su tendencia claramente prorrepublicana, especialmente la admiración que sentía por Pompeyo. Esta admiración llegaba hasta tal punto que Augusto lo llamaba “el Pompeyano” (Gil, Joaquín, Buenos Aires 1944). Sin embargo, esta independencia de carácter, complementada con su erudición en la historia de Roma, llevó a que Augusto le encargara a Tito Livio la educación de Tiberio Claudio Nerón Germánico (el futuro emperador Claudio), nieto de Livia Drusila, esposa del emperador, motivo por el cual Tito Livio se traslada a vivir al palacio del príncipe.

Tras la muerte de Augusto, Tito Livio vuelve a Padua, donde muera a la edad de 76 años, durante el cuarto año del reinado de Tiberio (17 d. C).

El Grande historiador de los romanos y Padre de la latinidad más pura”.

A pesar de la evidente importancia de esta Historia Romana, existen varias críticas a ella debido a los siguientes elementos: escasa credibilidad de algunas de sus fuentes, algunas contradicciones y algunos datos inciertos presentes en la obra. Sin embargo, dichos elementos difícilmente pueden opacar la magnitud del trabajo hecho por Tito Livio en sus escritos, lo cual se puede ver confirmado con las diversas muestras de admiración que el autor recibió en vida:

Plinio el Joven refiere en una carta que un español, después de leer sus escritos, emprendió el viaje, molesto y muy peligroso entonces, de Cádiz a Roma, únicamente por ver al historiador, regresando en seguida que realizó su deseo. Refiriéndose a esto, dice san Jerónimo «Maravilloso es que un extranjero, entrando a una ciudad como Roma, no buscase en ella otra cosa que Roma misma»” (Gil, Joaquín, Buenos Aires 1944).

La presente edición de 1573 de la Historia Romana cuenta con varias características particulares.

En primer lugar, tanto en el primero como en el segundo volumen, la obra trae notas y comentarios Enrique de Glaris, impresas en latín y griego, hasta el punto que en varias páginas hay más texto correspondiente a las notas que a la obra en sí misma. Igualmente, el texto cuenta con varias letras capitales sin iluminar, pero de una belleza destacable, así como de algunos adornos que marcan las secciones del libro.

 

Ejemplo de texto donde las notas de corrección son más amplias que el texto mismo de las décadas.
 

 

Viñeta que marca el final de los textos introductorios.

 
 

E mayúscula capital, decorada con motivos mitológicos.

 

Una de las curiosidades que más resaltan de esta edición está en el volumen 2, que cuenta con una nota en latín en el primer folio, dirigida a un tal “señor doctor Pulga”, que expresa el inconformismo de un estudiante con los autores clásicos que se utilizaban como base del pénsum de aprendizaje de lengua latina en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario y se acusa de ignorancia a los Maestros de la institución por dejar de lado el estudio de Tito Livio. El texto traducido es el siguiente:

Señor doctor Pulga. Si el muy maltrecho estado de las letras en este Reino es de lamentarse con justas lágrimas, lo es especialmente la negligencia en el aprendizaje de la lengua latina. Aunque pasáramos por alto otras cosas, que darían materia suficiente, en verdad no podemos dejar de dolernos por el gran olvido de este autor, cuyos escritos pasan, en otras naciones, por las manos de los discípulos; pero que, en esta ciudad, no los conocen ni los maestros. Estúpidos nosotros al recriminar la ignorancia de estos asnos, como si pecaran solamente en ignorar a Livio, cuando no se despegan de Curcio y Nepote; a quienes, con no menos prepotencia y arrogancia, se esfuerzan en enseñarlos a los discípulos desde sus cátedras.
 

 

Carta en latín dedicada al señor doctor Pulga.

 

Este texto está escrito con una excelente caligrafía, además de con un apasionamiento evidente, demostrando el interés de quien lo escribe en hacer llegar su mensaje y su admiración por el autor de la Historia Romana. Así mismo, a modo de colofón de este volumen y al parecer hecho por la misma mano de la nota anterior, aparece en la última página del libro, la siguiente frase en castellano, nuevamente exaltando a Tito Livio:

El Grande historiador de los romanos y Padre de la latinidad más pura”.

Por otra parte en el V.1 se lee, en el folio anterior a la carátula, la frase latina:

Opus aureum, quibus cordi Latina lingua habetur non solum utile, sed necessarium”.

Cuya traducción es:

Obra dorada, para quienes estiman la lengua latina no solo útil, sino necesaria”.

Al comparar la caligrafía con aquella de la nota del V. 2 arriba mencionada, podría pensarse que se trata de la misma mano.

 

Otro elemento digno de atención en esta edición es que cuenta con quince textos introductorios de diferentes autores de la época, en los cuales se resalta la importancia de aprender historia y de Tito Livio como historiador. De este grupo de textos hay dos que vale la pena resaltar: en primer lugar, está una carta de Erasmo de Róterdam, pensador del Renacimiento, que tuvo varios conflictos con la Iglesia en temas como la libertad de pensamiento y la vida monástica, dirigida al “generoso joven Carolo Montioio”. En segundo lugar está el texto del pensador reformista Simón Grineo, “De la utilidad de leer la historia” la cual se encuentra completamente censurada, con una hoja de papel pegada sobre ella, tapando completamente su contenido. 

 

Texto censurado de Simón Grineo.

 

Adicionalmente, esta edición trae un comentario sobre el primer libro de las Décadas de Tito Livio, escrito por Juan Velcurión, el cual presenta anotaciones de censura tales como“auctoris damnati” (autor prohibido), pero de una naturaleza diferente a la censura de la carta de Simón Grineo, ya que en este caso se trata de una expurgación de fragmentos, más no del texto completo, permitiendo su lectura, excepto los apartes tachados por ser considerados heréticos. Lo anterior seguramente se debe al hecho de que Juan Velcurión hace parte del índice de autores prohibidos por la Inquisición.

 

Texto censurado de Juan Velcurión, autor prohibido.
 
Finalmente, es importante mencionar el hecho de que el título del libro haga referencia a cuarenta y cinco libros de la Historia de Roma de Tito Livio, cuando solo se conservan 35 de ellos. Se piensa que esto puede deberse al anexo de los resúmenes de Floro y las reconstrucciones de otros libros hechas con base en diferentes autores, que se pueden ver en el aparte de contenido.