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El nombre de Ezequiel Rojas suena a liberalismo, polémica y siglo diecinueve. Hoy nos lo encontramos firmando el Programa para el estudio de la ciencia de la Lójica en el Colejio de Nuestra Señora del Rosario[1], en 1875. No sabemos cuándo obtuvo esta cátedra, pero sí que había sido nombrado para la de Economía política y Legislación civil y penal, en 1866[2].

Rojas había iniciado su carrera académica en 1833, como vicerrector y catedrático del Colegio de San Bartolomé, principalmente en Derecho. Viajó a Europa en el periodo 1850-57. Allí conoció la filosofía de Tracy, Bentham y Say, cuya difusión emprendió en la cátedra. En esta etapa final de su vida se vinculó al Rosario e, incluso, fue nombrado rector de la Universidad Nacional, empleo que no aceptó por su precaria salud[3].

Ejemplar donado, con estos datos: “Dr. Avella: XII-9-80”.

Rojas murió el veintiuno de agosto de 1873, por lo tanto, el Programa que comentamos es una edición póstuma. El luto fue general, con decreto de honores del presidente de la República, doctor Manuel Murillo Toro. En los discursos que se dedicaron a su memoria, destacamos:

El profesorado de nuestro país no ha tenido un servidor que reúna en tan alto grado la consagración, la ciencia i el desinterés; i esta es una de las principales causas de la ovación que la Universidad Nacional o el Colegio de Nuestra Señora del Rosario tributaron al ilustre finado[4].

Por el Rosario hablaron Francisco Eustaquio Álvarez, rector, Santiago Pérez, Luis S. Cotes y Pedro Valencia[5]. Para los interesados en conocer el más sobre el contexto del personaje y la obra, en línea están los Textos filosóficos de Ezequiel Rojas.