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Jacinta Castro presentó, en el periodo 1837-43, tres cartas, hoy diríamos cuentas de cobro, al Colegio del Rosario, una de ellas por concepto de pan. Es decir, tenemos el documento de una mujer proveedora de alimentos al Rosario, cuando la institución albergaba alumnos internos. Formalmente, llaman la atención giros elegantes como “No tomara la pluma para molestar su atención”, o probablemente anticuados como “exhausto de dinero”, la declaración de honradez como “su palabra y hombría de bien”, junto con algunos errores sintácticos que se comentan en las notas.

Un documento del Archivo Histórico nos pone de presente la existencia de un municipio prácticamente desconocido: Yaguará. Colombia tiene 1103 municipios, luego no tiene nada de particular oír nombrar un municipio por primera vez. Huila, por su parte, tiene 37 municipios, entre los cuales hay unos de muy sonoros nombres: Oporapa, Isnos, Íquira, Tarqui... y Yaguará.

Soy Alejandra Buenaventura, historiadora de la Universidad del Rosario y actualmente asistente de investigación en el Archivo de la Universidad del Rosario, en el marco de un proyecto sobre Liborio Zerda, un científico e intelectual colombiano, que durante la segunda mitad del siglo XIX también fue catedrático del Colegio Mayor, por algo más de 60 años.

En el siglo XIX, se van dando todas las condiciones para el establecimiento de una medicina académica. Un documento del Archivo Histórico da cuenta de la necesidad de contar con un anfiteatro para la formación profesional de los médicos.

En 1837, una viuda reclama el derecho que tenía su hijo a gozar de una beca familiar en el Colegio del Rosario.

En 1837, una viuda reclama el derecho que tenía su hijo a gozar de una beca familiar en el Colegio del Rosario. Un problema doméstico quedó registrado en el documento que hoy presentamos y comentamos:

Acabada la Colonia, llega también a su fin el predominio del latín en las aulas de educación superior.

Acabada la Colonia, llega también a su fin el predominio del latín en las aulas de educación superior. Un documento nos habla del aprendizaje de la gramática de la lengua materna, en 1846: