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José Celestino Figueroa cobra dos retratos, en 1840

portada

¿Cuánto valía un retrato en 1840? 

José Celestino Figueroa, hijo de Pedro José Figueroa, pasa una cuenta de cobro por un retrato de Ignacio de Herrera, más el valor de una copia de José María del Castillo y Rada. El documento nos muestra algo de la realidad de un artista, a mediados del siglo XIX. 

Ofrecemos la transcripción del documento:

 

Texto original

Texto sin abreviaturas

[Caja 32 f. 318]

Al Sor D.r J. Cañarete

Rector del Colejio de San-

to Tomas de esta Capital

 

Sor D.r J. Cañarete

Su casa Marzo 23 de 1840

 

Mui respetado y apreciado Señor,

espero me haga U. el favor de

mandarme el importe del retra-

to del D.r Ygnacio Herrera que

son veinte y cuatro p.s que con

la onza q.e U. me dió p.r la copia

del D.r Castillo se completan los

cuarenta (40) p.s precio en que

hisimos el trato por los dos re-

tratos. Espero me remita dha

cantidad pues me hallo escaso.

Soy de U. atento y aff.mo ser-

vidor B. S. M.

 

J. Celestino Figueroa 

 

Al Señor Doctor José Cañarete

Rector del Colejio de San-

to Tomas de esta Capital

 

Señor Doctor José Cañarete

Su casa, Marzo 23 de 1840

 

Mui respetado y apreciado Señor,

espero me haga Usted el favor de

mandarme el importe del retra-

to del Doctor Ygnacio Herrera, que

son veinte y cuatro pesos, que con

la onza que Usted me dió por la copia

del Doctor Castillo se completan los

cuarenta (40) pesos, precio en que

hisimos el trato por los dos re-

tratos. Espero me remita dicha

cantidad pues me hallo escaso.

Soy de Usted atento y afectísimo ser-

vidor [que] besa su mano.

 

José Celestino Figueroa

 

 

Notas al texto.

En el destinatario hay dos detalles: 

1. El documento está dirigido a "J. Cañarete". En la partida de bautismo de Manuel Cañarete, consta que los nombres de pila del rector eran Manuel José de las Nieves (AHUR, caja 94 ff.37rv), pero siempre firmaba con el primero.

2. Los estudiantes del Rosario son llamados "tomistas" en varios documentos antiguos, por la fidelidad que guardaban a la doctrina de santo Tomás. Muy rara, sin embargo, la confusión en el nombre del Colegio, además en pleno siglo XIX.

3. Según José Manuel Restrepo, en la Memoria sobre amonedacion de oro i plata en la Nueva Granada (Bogotá: Imprenta de la Nación, 1860), un escudo valía dos pesos y uno onza hacía ocho escudos. Por Ley del Congreso granadino de 1846, las onzas llevaban la inscripción “Vale diez i seis pesos”.

Este documento hace parte de la serie Voces del Archivo.