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Los Moya y los Vásquez, cinco generaciones de rosaristas y sus retratos

Juan Diego Cortés Rodríguez - Ingrid Frederick

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En la colección del Museo de la Universidad del Rosario hay varios personajes de la historia del Colegio Mayor que han sido retratados más de una vez, como los rectores José Miguel Masústegui o Fernando Caycedo y Florez. Este honor, al que solo pudo acceder a muy pocas personas debido al altísimo costo de los materiales y el trabajo artístico, era también adelantado por solicitud de las instituciones de la época, por ejemplo, a través de un encargo para distinguir a un personaje ilustre cuyas obras habrían aportado al desarrollo de esta institución. Ese fue el caso en muchas ocasiones con personajes ilustres del Rosario.

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Retrato de Ignacio de Moya y Portela. Autor anónimo, 119 x 104,5 cm, óleo sobre lienzo, exhibido actualmente en la recepción de Sindicatura del Claustro. Fotografía: Museo de la Universidad del Rosario

Pues bien, en la pinacoteca del Rosario, entre muchos otros, hay dos retratos de Ignacio de Moya y Portela, quien fue colegial formal, sacerdote, maestro de ceremonias, procurador, consiliario y vicerrector del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Dos retratos con sus particularidades y que acompañarán este breve relato biográfico de este personaje.

Ignacio de Moya y Portela nació el 1 de noviembre de 1741 en Santafé, Nuevo Reino de Granada. Fue el mayor de cuatro hermanos, de los cuales tres estudiaron en el Rosario, hijos de don Juan Manuel de Moya Guzman, Alcalde Ordinario y Alguacil Mayor de Santafé, y de Doña María Josefa Dominguez de la Portela Soto. Ignacio de Moya provenía de una familia de alcaldes, capitanes y procuradores de Santafé, entre los cuales estaban su abuelo paterno, Juan de Moya y Melgar quien fue alcalde ordinario, su bisabuelo materno Rodrigo de Guzmán o su abuelo materno, José Domínguez de la Portela quien fue Procurador General de Santafé y obtuvo una Ejecutoria de Hidalguía.

Se adelantaron sus Informaciones de Limpieza de Sangre el 12 de julio de 1755 a los 14 años (AHUR, V. 107, F. 138-150), en las cuales fueron testigos dos abogados de la Real Audiencia y dos padres de Provincia del Convento de San Francisco. Entró al Rosario como colegial formal ese mismo año y obtuvo los grados en Filosofía en 1758 y Teología en 1760, cuando se graduó de doctor y posteriormente ocupó esas mismas cátedras en 1764 y 1767 respectivamente. El 10 de marzo de 1767 fue nombrado catedrático de Teología Moral y “enseñó toda la doctrina del Ilustrísimo Cano” (Guillén de Iriarte, 2008) según se ordenó en el nuevo plan de estudios del momento. El Ilustrisimo Cano se refería a Melchor Cano, un fraile dominico y teólogo español que estudió en la Universidad de Salamanca y fue alumno de Francisco de Vitoria, famoso profesor de esa institución. Cano fue un renovador de la Teología Tomista en el siglo XVI, especialmente por la formulación de las diez fuentes para la demostración teológica [1].

Ese nuevo plan de estudios que se debía seguir en el Colegio del Rosario y en el de San Bartolomé fue el definido por Francisco Antonio Moreno y Escandón, fiscal y director real de estudios de la época y que entre otras cosas pretendía abandonar el método escolástico que se había utilizado siempre y usar el método experimental.

Además, Moya regentó todas las “Cathedras de Theologia hasta la de Prima, que regento por el tiempo de treinta y tres años continuos, desempeñando puntualmente los titulos de Examinador en Theologia, y de Decisivo en Filosofia en la Universidad Tomistica” (Cartela, Retrato de Ignacio de Moya en la rectoría). La Prima se trata de la primera parte del tratado teológico escrito entre 1265 y 1674 por Santo Tomás de Aquino llamado Suma Teológica, una obra de gran relevancia para el mundo occidental y que hizo parte de la enseñanza obligatoria en el Colegio Mayor desde las Constituciones de fray Cristóbal de Torres al tratarse de un compendio de las principales enseñanzas teológicas de la Iglesia Católica desde la formulación del Doctor Angelico, Santo Tomas. En la Prima se tratan asuntos como la trinidad de Dios, la creación del mundo, la jerarquía angélica y la divina providencia.

En las cartelas de sus retratos se afirma que “estudió Matemáticas, y Filosofia,” aunque la cátedra de matemáticas se funda en 1762 cuando ya Moya se había graduado hacía dos años y ejercía en ese momento un cargo en el Rosario, como “lector pasante de filosofía”. Es así como aparece mencionado en el acta de inauguración de la cátedra a cargo de José Celestino Mutis. También se menciona en las cartelas que y se graduó como maestro en esta [última] en la Universidad Real, y Pontificia del Angelico Doctor Santo Tomas” además cursó “Sagrada Theologia, Jurisprudencia Civil y Canónica, y Medicina” y “se graduó de Doctor en la primera”. Fue además maestro de ceremonias entre 1759 y 1761, procurador entre 1761 y 1762, consiliario en varias ocasiones y vicerrector entre 1766 y 1767 en el Colegio Mayor del Rosario.

Fuera del espacio académico del Rosario, ocupó varios e importantes puestos dentro de la Iglesia Católica en el territorio. Fue cura de la parroquia de Coello en el Tolima y de San Victorino en Santafé. Además ocupó el cargo de examinador sinodal, es decir, aquel teólogo o canonista que examina a los que han de ser admitidos a las órdenes sagradas y ejercer los ministerios de párrocos, confesores, etc. . Además fue racionero y presbìtero domiciliario del Arzobispado y Chantre de la Catedral, el encargado de la dirección del coro. En la cartela de sus retratos aparece que fue: “Maestreescuela, y antes electo Magistral de la de Merida que dimitió.

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Retrato de Manuel María Vásquez Gallo. Autor anónimo, 91 x 81,5 cm, óleo sobre lienzo, Sala de Juntas de Rectoría. Cartela con fecha de 13 de junio de 1839. Fotografía: Museo de la Universidad del Rosario

Como se mencionó anteriormente, dos de los hermanos de Ignacio de Moya estudiaron en el Rosario:   Juan Antonio, que entró en 1758 y Manuel Ramón, que entró en 1767, ambos colegiales formales y que a su vez ocuparon cargos de importancia dentro del Colegio Mayor, como por ejemplo Juan Antonio de Moya y Portela que como Colegial Formal con título de beca formó parte del colegio elector que designó como rector a Miguel José Masústegui, un rector de mucha relevancia y uno de los más emblemáticos del Claustro que aparece varias veces retratado en las colecciones.

Entre otras cosas, Moya y Portela participó, alrededor de 1763, en una larga discusión acerca de la posibilidad de nombrar rectores que fueran curas en el Colegio Mayor, y que involucró a los colegiales, consiliarios, ex rectores, el arzobispo, el virrey e incluso el Rey de España y concluyó con la confirmación de José Miguel Masústegui -un cura- como rector. Los documentos relativos a esta discusión se pueden encontrar en el Archivo Histórico del Rosario.

Guillermo Hernandez de Alba describe el inicio de la vida profesoral de Ignacio de Moya como complicada. En 1764 se abrió la oposición para elegir al nuevo catedrático de filosofía que debía estar “infundido del espíritu de Mutis porque necesita preparar a los presuntos discípulos del maestro”. Para la oposición solo se presentaron dos colegiales, entre ellos Moya “agotado por las vigilias escolares pero de energía irreductible” y que, dice Hernandez de Alba, “fue decoro de la facultad con las conclusiones que defendió… hasta dejar triunfante la doctrina rosarista”. Es entonces elegido Moya y el 13 de Julio de ese año, con apenas 23 años, recibe el título de Catedrático de Filosofía.

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Ignacio de Moya y Portela. Anónimo, 197,5 x 101 cm, óleo sobre lienzo, Rectoría. Anónimo, 197,5 x 101 cm, óleo sobre lienzo, Rectoría.

Su primera cátedra, dictada el 23 de octubre de 1764, se lleva a cabo con “la pompa y esplendor usuales”. Pues bien, fue tal la consagración y obsesión de Moya con sus deberes, dice Hernandez, que el sabio Mutis, que seguía de cerca los desvelos del profesor, le prohíbe la lectura de la cátedra a razón del esfuerzo físico y las veladas interminables de estudio que ejercía. Moya, naturalmente, se resiste a la separación de su puesto, sin embargo, después de un tiempo desiste y se lo hace saber de esa manera al rector Masústegui. Aunque nunca pretendió apartarse por completo de la cátedra, Mutis, preocupado, le impone la renuncia y le escribe en una misiva: “me he visto en la obligación de manifestarle claramente mi dictamen asegurándole que su salud peligraría conocidamente si no solicita librarse de las grandes tareas que trae consigo la cathedra” (AHUR, V.7 F.207).

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Escudo de armas. Ilustración: Juan Diego Cortés/Museo de la Universidad del Rosario

Como consecuencia de su debilidad, Ignacio de Moya se va a Santa Marta, donde además recibe las órdenes sagradas por parte de fray Agustín Manuel Camacho y Rojas el 10 de septiembre de 1766. Pero la ausencia es corta y retorna al Colegio del Rosario donde ejerce la cátedra de filosofía hasta su muerte, siendo, en palabras de Hernandez de Alba, "expositor insuperable de la facultad de teología"

Es curioso que luego de dejar la vicerrectoría en 1767 no aparece referenciado en otros documentos conocidos, pero sí se menciona por la cartela citada del retrato que fue catedrático durante un periodo de 33 años seguidos. Finalmente, sabemos gracias a la pintura, que Ignacio de Moya y Portela murió en 1811 a la edad de 70 años.

Los dos retratos que se pueden encontrar hoy en día en el Rosario de Ignacio de Moya y Portela están en dos espacios diferentes, el despacho de la rectoría y en la entrada de la sindicatura, ambos en el Claustro.

La familia Moya en el Rosario y los hermanos Vásquez Gallo

Pues bien, la familia Moya ha estado vinculada con el Colegio Mayor del Rosario por generaciones se han podido encontrar 10 miembros de esa familia repartidos en 5 generaciones que han estudiado en la Institución (ver árbol genealógico).

Lo anterior teniendo en cuenta a la familia Vásquez, que se vinculó con los Moya en el siglo XIX y que también había tenido un número importante de rosaristas en la familia, entre ellos los hermanos Vásquez Gallo, cuatro hermanos que ingresaron al Rosario entre 1783 y 1792 y que participaron activamente en el Colegio Mayor. De uno de esos hermanos, Manuel María Vásquez Gallo, sacerdote que entró al Rosario en 1792 y  que estudió Filosofía y Teología, se conserva un retrato ubicado actualmente en la sala de juntas de la Rectoría en el Claustro.

Otro de los hermanos Vásquez Gallo fue Juan Francisco Vásquez Gallo que entró al Rosario en 1787 y fue colegial, consiliario, catedrático de Filosofía y vicerrector. Este hermano fue parte del colegio elector que designó como vicerrector a Camilo de Torres y Tenorio. Además, tuvo una polémica con el rector Antonio Nicolás Martínez Caso y Murillo debido a que en sus clases enseñaba el sistema copernicano, contrario al texto del padre Goudin que debía enseñarse en el Colegio Mayor.

Los Retratos de Ignacio de Moya
Retrato de Moya en la Rectoría

El primer retrato de Ignacio que hay en el claustro lo podemos encontrar en el despacho rectoral del Claustro. Se trata de un retrato de cuerpo entero. “En su mano izquierda, sostiene guantes blancos; a la derecha, sobre un libro depositado en la mesa. Atrás, un birrete de doctor con borla blanquiazul, de Filosofía” (Museo de la Universidad del Rosario). En la esquina superior izquierda está su escudo de armas, de fondo de sable o negro con un castillo de oro o dorado acompañado por una escalera del mismo metal, símbolo atribuido al linaje de los Moya desde el año 830. En la parte inferior hay una cartela.

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Fotografía del reverso del retrato de medio cuerpo de Ignacio de Moya. Se detalla la inscripción en el reverso del soporte: “Delicado A.M.V” Fotografía: Cecilia Bagés/ Museo de la Universidad del Rosario.

El libro mencionado sobre la mesa es Commentaria in 2a 2e Sancti Thome circa materias morales et primo de homicidii tractatu, de Santo Tomás que reúne algunos comentarios sobre algunas “cuestiones” específicas de la Suma Teológica. Vale la pena resaltar cuando se pueden establecer relaciones entre los elementos representados en la pintura y los libros de la Biblioteca antigua de la Universidad que reposan en el Archivo Histórico, y actualmente existe una copia de este mismo libro en las colecciones de la Universidad.

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Escudo de armas del linaje Moya.

Además el personaje sostiene con su mano izquierda unos guantes blancos, simbolismo recurrente en los retratos de estos años para hacer referencia a que el retratado no había “servido oficios viles”, es decir, no había trabajado con sus manos. Finalmente en la esquina superior izquierda se ve el mismo escudo heráldico anteriormente descrito. En la esquina inferior izquierda aparece la cartela.

Por sus características podría decirse que este cuadro fue pintado en el siglo XIX, posiblemente un retrato hecho en vida del personaje ya que al final de la cartela se escribe una fecha presumiblemente de la manufactura de la pintura o de la cartela: “Año de 1802,” es decir, nueve años antes de su muerte. Podría llegar a pensarse que este cuadro fue el primero de los dos de Ignacio de Moya que tiene la Universidad del Rosario, ya que su cara tiene un aspecto más joven, el pelo de su sien no tiene canas y los dedos de sus manos son más rectos. Además, se trata de un cuadro de cuerpo completo, con el escudo heráldico y una posición muy solemne, cualidades que se pueden encontrar en la mayoría de retratos de antes del siglo XIX.

Esa fecha de 1802 que aparece en la cartela genera curiosidad, debido a que habían pasado 35 años desde que Ignacio de Moya fue Vicerrector.

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Árbol genealógico que muestra a todos los rosaristas de las familias Moya y Vasquez (en rojo) y la unión de ambas.

Retrato de Moya en la Secretaría General:

 

El segundo cuadro está en la entrada de los despachos de la Secretaría General y la Sindicatura, en el primer piso del claustro. Se trata de un retrato de formato vertical, figura frontal; medio cuerpo, levemente girado a su derecha. Viste solideo negro, alzacuello azul claro y sotana negra. A la derecha, sobre un libro depositado en la mesa una beca blanca de colegial, posa su mano sobre ella. Además, como aparece en varios de los retratos coloniales y del inicio del siglo XIX, aparece el escudo heráldico anteriormente descrito.

Algunas de las mayores diferencias entre este cuadro y el de la rectoría es el tamaño y lo que rodea al personaje, características que nos pueden dar una idea de la época en que fue pintado, debido a que gran parte de los retratos que conserva el Rosario datados hacia el siglo XIX en su mayoría se pintaron de medio cuerpo y se dejó de retratar al personaje vistiendo la beca de colegial y la toga negra.

Este retrato fue restaurado en el Taller de Restauración del Museo dela Universidad del Rosario en el año 2020.

En el reverso de este cuadro aparece escrito en pintura negra: “Delicado A.M.V”. Puede suponerse que pueda tratarse de las iniciales A.M.V correspondientes a alguno de los descendientes. Entre los descendientes de Ignacio de Moya a través de su hermano Manuel Ramón de Moya hay dos personas con esas iniciales: Aurelio Moya Vásquez y Alejandro Moya Vásquez (bisnietos de Manuel) que vivieron entre 1838 y 1896 por lo que podría pensarse en la posibilidad de que este cuadro perteneciera a alguno de ellos. Es de notarse que en el estudio de Inventarios de la colección que ha venido realizado el Museo de la Universidad del Rosario aparece en el inventario de 1861 (AHUR, Caja 42 ff.93-105) solamente un retrato de Ignacio de Moya ubicado en el “salón de exámenes”, lo cual lleva a que en el Museo se presuma que el segundo retrato, más pequeño, haya ingresado de forma posterior por medio de una donación.

Ambas pinturas, además del retratado, comparten una característica en común, un mismo escudo heráldico. Como ya se dijo, el escudo de Ignacio de Moya hace referencia a un simbolismo muy antiguo que se remonta al año 830, en la Villa de Moya (Provincia de Cuenca, España) que estaba ocupada por los moros, fue reconquistada por las tropas del Rey Alfonso VIII de Castilla lideradas por don Alvaro de Mariño. La leyenda cuenta que Mariño ocupó la ciudad con una escalera por la que escalaron los cristianos, generando que el rey le premiara dándole la autorización de tomar el nombre de la villa como su apellido y acrecentar su escudo de armas dando como resultado el lema del apellido: “A don Álvaro Mariño, por blasón tomó la escalay Moya por apellido.

 

 

Bibliografía   

  • Guillén de Iriarte, M. C. (2008). Los estudiantes del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario: 1826-1842.    
  • Guillén de Iriarte, M. C. (2006). Los estudiantes del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario: 1773-1826.   
  • Guillén de Iriarte, M. C. (2003). Rectores y rectorías del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario 1653 - 2003.   
  • Hernández de Alba, Guillermo. (1938). Crónica del muy ilustre Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario en Santa Fé de Bogotá. Tomo II.    
  • Ignacio de Moya. Universidad del Rosario, Museo de la Universidad del Rosario. https://www.urosario.edu.co/Museo/Coleccion/323867/    
  • Reformismo en la educación colombiana Historia de las políticas educativas 1770-1840. http://www.idep.edu.co/wp_centrovirtual/wp-content/uploads/2015/12/ReformismoEducaCol.pdf

 


Fuentes primarias  

  • Informaciones de Nobleza y Limpieza de Sangre de Ignacio de Moya y Portela, AHUR Número de Registro 00302, Volumen 107, Folios 138 a 150.     
  • Informaciones de Nobleza y Limpieza de Sangre de Manuel de Moya y Portela, AHUR Número de Registro 00306, Volumen 108, Folios 265 a 269.   
  • Informaciones de Nobleza y Limpieza de Sangre de Manuel de Juan Antonio de Moya y Portela, AHUR Número de Registro: 00761, Tomo 107, Folios 152-156.     
  • Informaciones de Nobleza y Limpieza de Sangre de Manuel de Manuel Jose de Moya y Venegas, AHUR Número de Registro 00206, Volumen 108, Folios 161 a 167.  
  • Informaciones de Nobleza y Limpieza de Sangre de Manuel de Jose Cayetano Vasquez Gayo, AHUR Número de Registro 00710, Tomo 119, Folio 289 a 295.    
  • Informaciones de Nobleza y Limpieza de Sangre de Manuel Jose Vasquez Gallo, AHUR Número de Registro 00530. Volumen 119, Folio 246.  
  • Informaciones de Nobleza y Limpieza de Sangre de Juan Francisco Vasquez Gallo, AHUR Número de Registro 00394, Volumen 10, Folio 128 a 130 y Volumen 119, Folio 275 a 278.
  • Información de Matrículas de Jenaro Moya Velasco, AHUR Número de Registro: 15629, Volumen 182, Folio 5, 45, 88v.
  • Información de Matrícula de Luis Eduardo Moya Tobar, AHUR Número de Registro 00696, Volúmen 232 Folio 85, 233 Folio 18, 234 Folio 5.
  • Inventario de los bienes del Colejio de Nuestra Señora del Roario entrega dos por el Rector don Andres Maria Pardo al Jefe Municipal Señor Miguel Salgar. AHUR, Caja 42 y sigs. 93-105.