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Escultura de águila romana hallada en el centro de Londres

portada

Por Daniel Raisbeck y Alberto José Campillo

En el año 55 a. C., Gayo Julio César, procónsul de Galia, se convirtió en el primer comandante romano en llegar a las costas de Britania con sus tropas. Pese al regreso de César a la isla durante el año siguiente, los romanos solo pudieron conquistar a Britannia de manera definitiva en el 43 d. C., cuando el emperador Claudio (41-54 d. C.), un hombre con poca experiencia militar que necesitaba legitimar su posición como princeps, ordenó a cuatro legiones y a miles de soldados auxiliares invadir la costa suroriental de la isla (la fuerza invasora partió desde la costa del Canal en la provincia de Galia, probablemente Gallia Belgica). Durante el segundo siglo de nuestra era, la frontera de la provincia romana de Britannia se estableció en el norte, desde los pantanos del fiordo de Solway en occidente hasta la desembocadura del río Tyne en el oriente (fue a lo largo de esta línea que el emperador Adriano (117-138) mandó construir su famoso muro). Más allá se encontraban los caledonios, un pueblo guerrero celta, y otras tribus que habitaban la actual Escocia, un territorio que los emperadores Domiciano, Trajano y sus sucesores decidieron no ocupar de manera permanente.

Invasión de Cesar a Britanni (http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Caesars_invasions_of_Britain.jpg)
Invasión de César a Britannia (http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Caesars_invasions_of_Britain.jpg).

Durante los primeros cuatro siglos de la era cristiana, los romanos construyeron carreteras, villas, teatros, templos y baños públicos en Britannia, mientras que Londinium (Londres), centro establecido en el 43 d. C. en las orillas del Támesis, se convirtió en un emporio con vínculos a la economía imperial. Sin embargo, la provincia de Britannia se ha considerado periférica por su ubicación y por su relativa pobreza frente a las regiones prósperas del Imperium Romanum (en la época del emperador Augusto, el geógrafo Estrabón escribió que los romanos “no sacarían ventaja alguna al conquistar y ocupar” a Britannia, pues “obtienen más ingresos de los impuestos al comercio de los británicos de lo que obtendrían con un tributo directo” tras una invasión). No obstante, la percepción del relativo aislamiento de la Britannia romana ha venido cambiando gracias a algunos inusuales descubrimientos arqueológicos, como la escultura de un águila del primer o segundo siglo d. C., hallada el mes pasado cerca de la Torre de Londres (Minories), donde se encontraba el antiguo cementerio de Londinium.

El águila, de mil novecientos años de antigüedad, fue encontrada por el arqueólogo David Sankey durante el último día de excavaciones sobre un terreno en el que se construirá un hotel de 16 pisos. Esculpida con singular maestría en piedra caliza, la pieza de 65 cm de alto por 55 cm de ancho se encuentra en un excelente estado de conservación.

Escultura el Aquila en varios ángulos (http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/E/encuentran_una_escultura_de_un_aguila_romana_en_londres/encuentran_una_escultura_de_un_aguila_romana_en_londres.asp)
Escultura el Aquila en varios ángulos (http://www.elcolombiano.com).

El águila de la escultura, la cual representa a Júpiter, padre de los dioses y encarnación del bien, está devorando a una serpiente, que representa al mal. La escultura hacía parte de un ajuar funerario y, ya que la talla en su espalda es tosca y poco pulida, puede inferirse que estaba ubicada al fondo de una tumba, contra una pared.

Como explica el periodista Harry Mount, la belleza de la escultura demuestra una excelente habilidad en su creación, pues manifiesta gran vitalidad y movimiento; la serpiente se enrolla alrededor del cuerpo del águila, mientras que sisea con su lengua en el cuello de esta. Por su parte, las alas, curvadas en varias direcciones, y el detalle de las plumas del cuello, las cuales se encuentran erizadas, evocan la agitación de una brutal batalla.

Según Michael Marshal, historiador del Museo de Londres, lugar donde será expuesta la estatua, “las esculturas funerarias son poco frecuentes en el Londres romano. Este ejemplo, que proviene quizás del interior de un mausoleo, es una pieza de una calidad extraordinaria que nos ayudará a comprender cómo estaban construidos los cementerios y tumbas que se alineaban al borde de los caminos que salían de la ciudad".

Aquila romana encontrada en el centro de Londres (http://blogs.telegraph.co.uk/)
Aquila romana encontrada en el centro de Londres (http://blogs.telegraph.co.uk/).

Cabe destacar que esta escultura, hecha en Britannia con piedra local, demuestra una técnica superior a las de otras esculturas encontradas en regiones menos marginales del Imperio, como los territorios de la costa asiática, lo cual resalta su importancia como hallazgo arqueológico. Como afirma Marshal, se trata de "la mejor escultura romana creada por un artista local que se ha hallado hasta ahora en Londres”. Para Mount, la escultura, a diferencia de otras piezas similares de Londinium que fueron importadas del continente, demuestra que la ciudad era un “importante núcleo metropolitano del Imperio romano” donde se producían “obras de belleza asombrosa que igualaban lo mejor que ofrecía Roma”.

La ocupación romana de Britannia terminó (en términos generales) el año 383, cuando el gobernador Magno Máximo condujo a la mayoría de las tropas bajo su mando a Galia, convirtiéndose en emperador romano de Occidente. Durante el siguiente siglo, los habitantes de Britannia tuvieron que asumir su propia defensa contra una serie de invasores del norte, razón por la cual muchos historiadores consideran que en el siglo V comienza la época posromana en lo que hoy es Gran Bretaña.