Skip to main content

Lo que la migración se llevó: la crisis en Siria y su impacto ambiental transnacional

Carlos Andrés Padrón Barrios

Edificio en llamas en Homs - De Bo yaser

carlos.padron@urosario.edu.co
 
El presente artículo se propone evidenciar la relación existente entre la guerra civil que se lleva a cabo en Siria desde 2011 y la alteración de los indicadores ambientales en términos de óxidos de nitrógeno. Las variables de contaminación atmosférica y uso de energía eléctrica se correlacionan con el registro de desplazados internos y flujos migratorios en la región para comprobar que el conflicto posee un efecto ambiental que trasciende los niveles nacionales. Para dicho análisis, el nivel urbano es de especial importancia como unidad de estudio respecto a las dinámicas sociales y la concentración poblacional. Por su parte, el nivel regional se analizará para hacer seguimiento del alcance geográfico del fenómeno. Posteriormente, se proponen alternativas de casos de estudio frente al efecto de las crisis y conflictos en el ámbito medioambiental en otras regiones.
 
En 2012 se consolidó como guerra civil un descontento y agitación social que se incubaba en Siria desde 2011. El Levante vio cómo se complejizaba el frágil orden social que caracteriza varias regiones de Medio Oriente y el Norte de África, mientras que diversas milicias rebeldes de distintas inclinaciones políticas y religiosas alteraron el orden público e incluso la seguridad regional. El conflicto ha creado polémica alrededor de temáticas como el uso de armas químicas, la debatible administración por parte del conjunto interestatal y la legitimidad del gobierno de Bashar al-Asad. Incluso se le ha atribuido al conflicto sirio servir de catalizador del ascenso del autoproclamado Estado Islámico o Daesh.

Bandera oficial de Siria

Foto: Bandera oficial de Siria - Dominio público

Una de las aristas interesantes del conflicto es la ambiental. La influencia de las comunidades sobre los componentes de su entorno es un resultado de las dinámicas sociales que se dan a diario. Por ejemplo, el conflicto sirio ha tenido efectos contundentes sobre varias dinámicas regionales en términos de seguridad y en estructuras sociales, económicas y ambientales. Así pues, es válido cuestionar ¿por qué puede el conflicto sirio afectar la situación ambiental de la región? La respuesta yace en el análisis del impacto migratorio: el desplazamiento de personas causado por la guerra altera el impacto humano sobre el medio ambiente en los niveles local y regional.

En este caso en específico, la dinámica social a tener en cuenta será principalmente la migración. El fenómeno del desplazamiento humano y el flujo de refugiados generado por causas de empuje provenientes de los peligros del conflicto, es una variable central en el estudio de la contaminación, especialmente en el ámbito urbano. Más específicamente, la actividad humana a la que se atribuye la contaminación fluye en términos geográficos en conjunto con la migración, y se aprecia con mayor concentración respecto a las urbes debido a su densidad demográfica.

Para inicios de octubre de 2015, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados registraba poco más de 4 millones de desplazados por el conflicto en Siria (UNHCR & Government of Turkey, 2015). La población siria se ha reducido a unos 16,6 millones, cuando antes del inicio del conflicto había unos 22 millones de habitantes en el país árabe. Las figuras de desplazamiento urbano son de magnitud proporcional, siendo que en Damasco se registraban hasta mediados de 2014 unas 410.000 personas internamente desplazadas, y en Alepo (la ciudad más grande del país) se registraban 1.787.000 desplazados internos (Charron, 2014).

Las estadísticas de migración internacional muestran que los 4 millones de refugiados se localizan principalmente en Líbano y Turquía, países vecinos que albergan 1,1 y 1,9 millones de refugiados respectivamente (UNHCR & Government of Turkey, 2015). Otros países de la región han recibido igualmente grandes cantidades de refugiados. Una importante polémica internacional ha surgido por cuenta del flujo masivo de refugiados que se ha dirigido a Europa.

Ahora bien, este desplazamiento humano se puede relacionar con la alteración de ciertos indicadores ambientales de la región. Uno de los indicadores de contaminación atmosférica a tener en cuenta son los niveles de óxidos de nitrógeno (). Dichos compuestos, aunque naturales en la atmósfera en pequeñas cantidades, son resultado de la utilización de combustibles fósiles y representan un peligro para la calidad del aire y el clima (Lelieveld et al., 2015). Éstos reaccionan con el agua de la atmósfera y con otras moléculas para formar ácidos y partículas finas que permanecen en el entorno por períodos largos de tiempo (incluso años) para luego precipitarse a la superficie en forma de lluvia o gases. Sus efectos nocivos incluyen reducción de la calidad del aire, daño a la salud pública, degradación de la visibilidad, acidificación de cuerpos de agua, entre otros.

El Instrumento de Monitoreo de Ozono (OMI por sus siglas en inglés), a borde del satélite Aura de la NASA registra periódicamente la densidad de dichos contaminantes en la atmósfera. Lo curioso es que desde 2011 la densidad de  sobre el territorio sirio cambió drásticamente. A pesar de que las proyecciones frente a estos datos aseguraban un incremento relativamente constante del contaminante hasta 2030, desde el comienzo del conflicto sirio la densidad de  disminuyó abruptamente, resultando en que Damasco y Alepo mantengan sus emisiones considerablemente inferiores frente a otras urbes del Medio Oriente como El Cairo, Yeda y Kuwait (Lelieveld et al., 2015).

Es importante tener en cuenta que dicho contaminante está directamente relacionado con la actividad humana.

El uso de automóviles, la industria y la generación de energía eléctrica son las fuentes principales del NOx, haciendo de este abrupto cambio en las cifras del compuesto un reflejo del declive de la actividad humana en las ciudades mencionadas. El conflicto ha disuadido a la población de llevar a cabo actividades productivas que antes presentaban una tendencia creciente, al menos en el caso de la guerra civil debido a la inestabilidad en la urbe. La violencia y las amenazas a la seguridad urbana inhabilitan a los ciudadanos para el desarrollo de las actividades cotidianas que además de proveer facilidades de transporte y energía eléctrica, producen contaminantes de manera masiva.

Como es de esperarse, el uso de electricidad y tecnologías de iluminación urbana ha disminuido dramáticamente. Imágenes satelitales que registran la intensidad luminosa en horas nocturnas muestran que el consumo de energía eléctrica en el territorio sirio se ha reducido en un 80% desde 2001 hasta 2015 (Li & Li, 2015). El mismo estudio afirma que la proporción del cambio en dicha intensidad es paralelo al número de desplazados internos, en una relación de correlación linear (Li & Li, 2014). Por lo tanto, la guerra civil siria, debido a su desplazamiento interno, ha causado una reducción en el uso de energía eléctrica, lo cual genera un descenso en la emisión de contaminantes atmosféricos como el NOx.

El desplazamiento humano, sin embargo, no se restringe a límites nacionales. Como se mencionaba previamente, las figuras de migración a escala regional son abrumadoras (UNHCR & Government of Turkey, 2015). Este tipo de fenómenos convierten la guerra civil de Siria en un factor de desestabilización regional. De acuerdo con la lógica anterior, el flujo de un millón de refugiados hacia un país con una población de 4,3 millones de habitantes para 2011 como lo es el Líbano (The World Bank, 2014) debería desencadenar un crecimiento en la emisión de  proporcional a dicho flujo humano.

Manifestaciones en Duma

Foto: Manifestaciones en Duma - De shamsnn- Syrian Demonstration 30, CC BY 2.0

Efectivamente, dicho fenómeno tiene lugar. El registro de  sobre el Líbano en ciudades como Beirut experimentó un incremento análogamente drástico al descenso registrado en Siria. La cantidad de  sobre ciudades como Beirut aumentó en 30%, en comparación con un descenso de 50% sobre Damasco y Alepo (Lelieveld et al., 2015). Ambos cambios son especial y similarmente abruptos, teniendo en cuenta que las proyecciones que hacían los expertos mencionados implicaban cambios anuales de sólo 1%  a 5% y dichos porcentajes datan de 2012. El flujo de refugiados sirios en grandes cantidades guarda relación con los incrementos en la emisión de contaminantes atmosféricos en el Líbano. Dicha correlación permite concluir que el conflicto sirio tiene repercusiones ambientales que trascienden las dinámicas meramente nacionales.

En síntesis, es prudente relacionar los desplazamientos internos y el flujo de refugiados generados por la guerra civil en Siria con una alteración inusual en los indicadores de contaminantes en la región. La actividad humana (en términos de consumo energético) se ve reducida en algunas zonas (como Damasco y Alepo), lo cual disminuye el uso de energía (eléctrica por ejemplo)  en las zonas industriales o urbanas. A su vez, esta disminución en el uso de energía previene la combustión que genera contaminantes relacionados con el cambio climático y la reducción de la calidad del aire. El flujo de personas sin embargo, escapa las zonas en cuestión, llevando su actividad humana y por ende la emisión de óxidos de nitrógeno a otros ámbitos en un fenómeno que no se ve limitado por fronteras nacionales. Por ende, el conflicto tiene un alcance regional no sólo en términos de seguridad, sino en términos ambientales gracias a su inherente desplazamiento de población.

De hecho, los autores[1] del artículo Abrupt recent trend changes in atmospheric nitrogen dioxide over the Middle East sugieren la posible relación de crisis sociales con los cambios en la emisión de NOx en las urbes. Otro caso que presenta condiciones similares (y que sugieren los investigadores) es la situación griega, especialmente en Atenas: tanto la población de la ciudad como los niveles de óxidos de nitrógeno sobre la urbe se han reducido de manera constante aunque paulatina desde hace más o menos una década (Cox, 2013; Lelieveld et al., 2015) pero debido a la constancia de los indicadores y las políticas europeas de reducción de emisión de contaminantes (European Environment Agency, 2015) es difícil aislar la variable del NO.

La posibilidad de relacionar con cierta seguridad el contaminante con el flujo de refugiados en Siria y su guerra civil es lo que lo convierte en un caso especialmente interesante. Sin embargo, no es menos interesante (aunque ambicioso) tratar de extrapolar tal discusión al ámbito europeo, debido al reciente flujo de refugiados que ha recibido debido precisamente a conflictos y otros motivantes de empuje migratorio en Medio Oriente y el Norte de África en otro trabajo investigativo.

Este ámbito de investigación resulta innovador en relación con la coyuntura internacional. Siendo que la guerra representa un fenómeno frecuente en la historia humana, no es descabellado pensar en los efectos de ésta en el entorno de las sociedades que han experimentado conflicto y desplazamiento especialmente después de la Revolución Industrial. Las dinámicas transnacionales masivas como el conflicto sirio catalizan cambios que permiten evidenciar el efecto de la actividad humana en la tierra, regulado por lógicas geopolíticas inseparables del fenómeno bélico. La guerra, las crisis económicas y de todo tipo no solo pueden alterar el panorama social, sino el mismo entorno que alberga a la humanidad.
 

Referentes Bibliográficos: 
 
Charron, G. (5 de October de 2014). Syria: Forsaken IDPs adrift inside a fragmenting state. Internally Displaced Monitoring Center.

Cox, W. (4 de April de 2013). The evolving urban form:Athens. Recuperado el 5 de October de 2015, de New Geography: aquí.

Doocy, S., Lyles, E., Delbiso, T. D., Robinson, C. W., & The IOCC/GOPA Study Team. (2015). Internal displacement and the Syrian crisis: an analysis of thrends from 2011-2014. Conflict and Health, 9-33.

European Environment Agency. (4 de September de 2015). Nitrogen oxides (NOx) emissions. Recuperado el 5 de October de 2015, de European Environment Agency: aquí. 

Lelieveld, J., Beirle, S., Hörmann, C., Stenchikov, G., & Wagner, T. (2015). Abrupt recent trend changes in atmospheric nitrogen dioxide over the Middle East. Science Advances, 1-5.

Li, X., & Li, D. (2014). Can ni
ght-time light images play a role in evaluating the Syrian Crisis? International Journal of Remote Sensing, 6648-6661.

Li, X., & Li, D. (2015). Satellite image comparison. China: Wuhan University.

The Editors of Encyclopædia Britannica. (15 de Junio de 2015). Syrian Civil War. Recuperado el 4 de Octubre de 2015, de Encyclopædia Britannica: aquí. 

The World Bank. (2014). Lebanon population, total. Recuperado el 5 de October de 2015, de World Bank Data: aquí. 

UNHCR & Government of Turkey. (4 de october de 2015). Inter-agency Information Sharing Portal. Recuperado el 5 de october de 2015, de Syria Regional Refugee Response: http://data.unhcr.org/syrianrefugees/regional.php

United States Environmental Protection Agency . (2009). Human Health and Environmental Effects of Emissions from Power Generation. United States Environmental Protection Agency.

 


[1] Lelieveld, J., Beirle, S., Hörmann, C., Stenchikov, G., & Wagner, T.