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Carrasquilla y la restauración tomística en el Rosario

Grado-de-Rengifo

A propósito del conversatorio Santo Tomás de Aquino: arte y doctrina (24-10-2023), nos dimos a la tarea de revisar la restauración tomística en el Rosario, ejecutada por el rector Rafael María Carrasquilla. Para ello, nos basamos principalmente en un artículo de Francisco María Rengifo[1], publicado en la Revista del Rosario, en 1931.

Con un párrafo encomiástico, sinceramente elogioso, cierra Rengifo un capítulo sobre la historia de la Filosofía[2], en el apartado “La restauración tomista”:

¡Honor al filósofo griego que suministró la base a la filosofía cristiana, al grande Agustín que, como otro, David, allegó materiales para el suntuoso templo que había de levantar el doctor de Aquino; a fray Cristóbal de Torres, que estableció entre nosotros un semillero de la sabiduría tomista, y finalmente, a la sombra ilustre de Monseñor Carrasquilla, restaurador del Colegio del Rosario, sabio intérprete de Aristóteles, de San Agustín, de Santo Tomás y del fundador del viejo Claustro!

Rengifo traza una línea muy clara entre fray Cristóbal y monseñor Carrasquilla, fundador y restaurador del “semillero de la sabiduría tomista”, respectivamente. En la exposición sobre la restauración del tomismo, enumera los siguientes hitos:

Lecciones de filosofia

Según Carrasquilla, «al señor Gómez Otero corresponde la primacía entre los catedráticos tomistas colombianos». Joaquín Gómez Otero (San Gil, 15-12-1848 - Bogotá, 2-10-1919) introdujo, en su cátedra de Metafísica en el Seminario Conciliar (donde se había formado), la enseñanza de la Filosofía tomística, en 1878. Apenas un año después, había de recomendar esta doctrina el pontífice León XIII [3] . Luego, en agosto de 1880, Tomás de Aquino fue declarado patrón de las escuelas católicas. Entonces, Gabriel Rosas, estudiante y catedrático del Rosario [4] , publica una traducción de Vallet [5] , cuyo revisor fue el propio Carrasquilla.

En 1886, siendo rector el señor Carlos Martínez Silva, la filosofía tomista volvió a enseñarse en el Rosario, bajo la responsabilidad de Gómez Otero. Este catedrático era un filósofo a la manera antigua: dividía su tiempo entre santo Tomás y las observaciones científicas, en los campos de química y meteorología.

Santo tomas de aquino

La tesis de Rengifo apareció en libro, en 1913. El Nuevo lector colombiano, que editó con Roberto Cortázar y Antonio Otero, alcanzó treinta ediciones.

 

El resurgimiento tomístico propició una polémica, como era de esperarse. Carrasquilla, en septiembre de 1889, publicó en La Nación el artículo Oportunidad del tomismo, refiriéndose al asunto, que afectaba directamente al Rosario: “El punto merece estudiarse en cualquier época, y tiene ahora cierto interés actual, por las acaloradas polémicas que, con motivo de la organización del Colegio del Rosario, están siguiendo los periódicos de la capital”.

Al frente del Colegio del Rosario, Carrasquilla reorganiza la institución. En las Constituciones nuevas (1893), se dispone el tomismo como la corriente filosófica:

Habiendo de ser este Colegio, según la frase del Fundador, Seminario de la Doctrina de Santo Tomás; y teniendo en cuenta que la Santidad de León XIII, en su Encíclica Aeterni Patris, tiene recomendado que se enseñe la Filosofía conforme al espíritu y mente del Angélico Doctor, prevenimos que en las aulas de Filosofía se dicten las lecciones conforme a la voluntad del Romano Pontífice citado.

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Grado de Rengifo (Renjifo, en esa época). Al final del examen, el rector exigió el juramento “de enseñar llegado el caso la filosofía según la mente de Santo Tomás de Aquino”.

 

Con estos antecedentes y los alumnos que se formarán en Filosofía durante la era Carrasquilla (1890-1930), es justo que el profesor Joseph Louis Perrier (Revue Neo-Scholastique, Lovaina, mayo de 1910) estimara el Rosario como el más importante centro del renacimiento tomista en Colombia [6] .

rengifo

Rengifo, en el mosaico de Jurisprudencia de 1905.

 


 

[1] Había nacido en Buga, el 17 de mayo de 1872, hijo de José Vicente Rengifo Lenis y Mercedes Ospina. Graduado en el doctorado de Filosofía de Carrasquilla, en 1906, con la tesis Santo Tomás de Aquino ante la ciencia moderna. Fue catedrático de Álgebra, Analogía y Sintaxis griegas, Lógica, Didáctica, Historia de la Filosofía y Suprema de latín. “Durante más de ocho lustros sirvió al Colegio con lealtad, corrección y puntualidad suma”. Cf. Ortiz, Á. (2003). Historia de la Facultad de Filosofía y Letras, 1890-1930. Bogotá: Editorial Universidad del Rosario.

[2] Renjifo, F. (1931). La Filosofía en Colombia. Revista del Rosario, 26(257), 407-20. Gabriel Rosas, el traductor, como procurador General de la Nación, en 1903, dictó una conferencia sobre el dominio de la filosofía cristiana.

[3] Epístola encíclica Aeterni patris, del sumo pontífice León XIII, Sobre la restauración de la filosofía cristiana conforme a la doctrina de santo Tomás de Aquino. Dado en Roma, en San Pedro a 4 de agosto de 1879.

 

[4] En 1892, Gabriel Rosas figura como catedrático de Filosofía, primer curso. Cf. Ortiz, Á., citado.

[5] Vallet, P. (1886). Lecciones de filosofía según el espíritu del angélico doctor Santo Tomás de Aquino, (...) traducidas del latín al castellano y anotadas por Gabriel Rosas. Bogotá: Medardo Rivas.