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Cagatay

Facultad de Economía

¡Un turco con corazón colombiano y espíritu rosarista!

Cuéntenos, ¿quién es Cagatay Kayi?

Nací en Turquía y soy matemático, hice una maestría y luego un doctorado en Economía en la Universidad de Rochester en Estados Unidos; posteriormente, trabajé dos años en Holanda en Maastricht University. Desde 2010 estoy en la Universidad del Rosario, en la que hago parte de la Facultad de Economía y actualmente, soy profesor asociado y director de la Escuela de Doctorado.

Mi llegada a la Universidad de Rosario se dio porque tuve la oportunidad de hacer un seminario en 2009, y ahí empecé a establecer algunos contactos; mi esposa tenía una beca del Banco de la República y después de hacer su doctorado debía regresar al país, decidimos buscar universidades en Colombia y fue así que encontré la oportunidad de venir a la universidad.

Mi experiencia ha sido muy positiva con relación al país, la ciudad y particularmente, en la universidad.


Estoy muy feliz de pertenecer a la universidad, llegué en una etapa muy interesante, en la que hubo una transformación grande en términos de investigación.


Diana Amador

¿Qué significa para usted ser docente de la Universidad del Rosario?

 

Ser docente rosarista me hace muy feliz. Tuve la oportunidad de llegar en un momento en que la universidad estaba atravesando una etapa de cambios, muchos de ellos con relación a la docencia y la investigación. Estar en la universidad me ha dejado grandes satisfacciones y mi deseo es seguir aportando en estos procesos de transformación.
 

¿Cómo ha sido su experiencia como profesor en Colombia y en la Universidad del Rosario?

Después de vivir en Estados Unidos y Holanda, la primera impresión que tuve del país fue la de una sociedad muy burocrática, eso era un poco raro para mí; no obstante, lo que tiene que ver con la facultad y la universidad han sido experiencias positivas. En el Rosario he dictado cursos relacionados con las matemáticas, todos ellos en inglés.

Mi trayectoria como docente me ha dado gratas experiencias, he podido compartir con diversos grupos, y aunque nunca he dictado un curso en turco, siento que lo hago mejor que en español. En mi país, estudié en una universidad como la Nacional aquí en Colombia; sin embargo, toda mi formación la recibí en inglés, por lo que me resulta más fácil dictar los cursos en ese idioma.

En la facultad me dieron la oportunidad de empezar a dictar cursos en nivel maestría y doctorado relacionados con matemáticas, teoría de juegos y microeconomía avanzada; muchos de estos son considerados complicados porque son de profundización, aun así algunos tienen ejes temáticos similares a los de pregrado.


Uno de los logros que más recuerdo en estos siete años en la Universidad del Rosario, fue haber recibido el premio de excelencia en la docencia “Juan Agustín Uricoechea y Navarro”.


¿Cómo ha sido su experiencia y la de los estudiantes en los cursos de matemáticas dictados en inglés?

Sin duda, el acompañamiento de la profesora Beatriz Londoño en mi vida ha sido fundamental.

Considero que las matemáticas son un lenguaje, por lo que considero no hay mucha diferencia entre dictar un curso de matemáticas en español o inglés, ya que los estudiantes finalmente van a aprender un lenguaje universal, el de las matemáticas.

Cada año en la facultad tenemos un grupo diverso de estudiantes, algunos de ellos son tímidos y no quieren hablar en público, sin embargo, en algunas electivas tienen que presentar una propuesta de investigación, para eso deben hacer una presentación en inglés, por lo que haber visto algunos cursos en este idioma, les ayuda mucho; adicionalmente, en el mercado laboral hablar y escribir en inglés es un diferencial importante.

¿Cuáles son los logros que considera importantes en su vida académica y en su práctica como docente?

En el año 2013 la universidad me pidió dar clases en pregrado, entonces dicté un curso de Economía Matemática; debo confesar que estaba asustado porque pensé que no podía dictarlo, pues en ese momento mis clases estaban dirigidas a estudiantes de maestría y doctorado.
 
Acepté el reto y aunque alcancé a pensar que iba a ser un desastre, un tiempo después recibí el premio de excelencia a la docencia “Juan Agustín Uricoechea y Navarro”, ese es mi logro más grande en el Rosario en estos siete años.

Diana Amador

Para mí es muy gratificante ver a un estudiante aprendiendo algo que considera muy difícil.


Diana Amador

 

¿Qué aspectos han marcado su trayectoria como profesional?

Definitivamente la investigación, porque me ha ayudado a aprender mucho, y además, he fortalecido mi práctica como docente, ya que siempre estoy buscando nuevos materiales; por ejemplo, me gustaría empezar a usar clickers en un futuro cercano. Por otra parte me siento muy feliz por mi nombramiento como director de la Escuela de Doctorado.

Considero que desde esta posición estoy ayudando más a los estudiantes, poco a poco voy logrando que ellos hagan sus estudios doctorales fuera del país; sumado a eso, hicimos una reforma curricular en la maestría y el doctorado durante estos dos años, y creo que eso ha permitido que el nivel de los posgrados crezca.

¿Cuál es su aporte a los estudiantes?

Considero que la divulgación de información, porque ser profesor asociado y director de Escuela de Doctorado en una de las mejores universidades del país, les muestra la posibilidad de hacer realidad sus sueños. Ellos pueden ver en mí un modelo; soy orgullosamente turco y el hecho de que esté dictando en Colombia un curso en inglés, les muestra la cantidad de oportunidades a las que pueden acceder, les hace creer que pueden lograrlo.
 

De las investigaciones que ha logrado, ¿cuál ha marcado más a los estudiantes?

Tengo algunos cursos en los niveles de maestría donde todo va relacionado y enfocado a mi investigación, estoy mirando qué hacen las mejores universidades del mundo, buscando nuevos artículos y ejemplos de cómo dictarlos y al final, les hago un seminario a mis estudiantes con esos contenidos para enriquecer su formación.

¿Qué lo inspira a enseñar?

Al dictar en niveles de maestría y doctorado, los temas son más complejos porque estamos al mismo nivel de los posgrados a nivel mundial, entonces para mí es muy gratificante ver a un estudiante aprendiendo algo que considera muy difícil, ver que al comienzo ellos no entienden mucho y ver ese progreso, a mí me inspira a seguir enseñando.

¿Siempre estuvo relacionado con las matemáticas?

Sí, pero también dicté cursos relacionados con temas sociales, me iba muy bien con las tutorías cuando era niño, pero hasta que ingresé a la universidad empecé mi carrera como docente, inicialmente fui profesor asistente y luego, participé en escuelas de verano en Turquía; posteriormente, al terminar mi doctorado, me dediqué de lleno a la docencia universitaria.

¿Algo adicional que quiera contarnos?

Trabajé durante tres años en Maastricht University, donde tienen un programa de pedagogía llamado Problem Based Learning, en el que los estudiantes son los protagonistas de las sesiones; para ello, existe un asesor, quien dirige, y son los alumnos los que deben encontrar preguntas y resolverlas durante la clase.

Mi experiencia tiene aspectos positivos y negativos, ya que este sistema no funciona muy bien con las matemáticas, porque en algunas ocasiones se les dificultaba a los estudiantes la resolución de problemas entre ellos; no obstante, habían otros cursos como Teoría de Contratos que dicté por tres años, en el que yo era el moderador de la discusión y los estudiantes realizaban el debate.

En este modelo pedagógico, los estudiantes deben preparar muy bien la clase, es decir, buscar muchas referencias y lecturas en las que adquieran bases teóricas, para luego discutir cuál es la pregunta durante la sesión; esto es muy útil para las escuelas de medicina y de derecho, sin embargo, en las matemáticas se dificulta un poco, porque es importante la tutoría durante el aprendizaje.

Cagatay Kayi
Correo: cagatay.kayi@urosario.edu.co
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Diana Amador