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Profe Victoria

Victoria Villegas

Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas

"Un estudiante aprende con motivación, no con imposición".

Cuéntenos, ¿quién es Victoria Villegas?

Trabajo en la Universidad del Rosario desde el 2005, inicialmente como profesora de planta y luego pasé a ser profesora de carrera. De formación soy Bióloga de la Universidad del Valle con una licenciatura en Biología y Química de la Universidad Santiago de Cali. 

Mi primera experiencia laboral fue de 10 años en la empresa privada como investigadora, luego empecé una maestría en la Pontificia Universidad Javeriana donde me dieron la oportunidad de ser profesora y me gustó. Terminada mi maestría vine a trabajar a la Universidad del Rosario, el resto de mi carrera profesional he sido docente y a la par he hecho investigación.

Después de que a uno le guste lo que hace, no se piensa si es trabajo, academia o asunto personal, lo que importa es si lo que hago me hace feliz

Diana Amador

En el plano personal Victoria Villegas, mi deseo fue siempre estar dedicada a la academia y así lo he hecho hasta ahora, por ello agradezco a la universidad la oportunidad de investigar sobre lo que me gusta y consolidar un perfil como docente e investigadora.

Cuando he hecho investigación, la temática ha sido siempre la que me gusta con el apoyo de la universidad, por ello siento que en esta institución se trabaja con libertad y que se aprecia el trabajo que se hace.

No soy casada, tampoco tengo hijos y jamás me he sentido frustrada por eso, uno debe escoger aquello que lo hace feliz. No puedo tener plantas o mascotas porque no quiero responsabilidades que me aten en casa; decidí lo que sería de mi vida personal desde que empecé a trabajar. Soy feliz así y no hay lugar para seres vivos en casa que requieran de tanta atención y cuidados de mi parte, me gustan mucho las plantas, pero no puedo hacerme cargo de ellas, también me encantan los animales, especialmente los perros, pero no puedo tener uno porque no tendría quien me lo cuide cuando me ausento de casa; sin embargo, aquí en la entrada de la Quinta de Mutis tenemos uno, cada vez que puedo lo acaricio y juego con él por un rato.


Vivo feliz en la universidad, tengo mis mejores amigos aquí, además quiero mucho a mis estudiantes, recibo de ellos mucho cariño, incluso aunque los regaño (risas).


Diana Amador

¿Qué significa para usted ser docente en la Universidad del Rosario?

 

Ha sido una experiencia muy gratificante, me ha gustado muchísimo y por eso sigo aquí, me ha encantado la docencia, el ambiente de trabajo y la investigación; me siento muy cómoda y de hecho aquí paso la mayor parte del tiempo.

Estoy en la universidad desde las 6:30 o 7:00 de la mañana y no importa a qué hora salga, porque siempre me he sentido muy cómoda; básicamente porque las cosas que hago son agradables, sumado al ambiente de la facultad en la que estoy, el cuál es muy agradable y se trabaja a gusto.

Esa línea que hay entre lo personal, académico o laboral se diluye, para mí es muy agradable venir aquí, es trabajo pero  estoy haciendo lo que me gusta y adicionalmente puedo compartir con personas muy agradables, compañeros de trabajo y amigos, con los que tengo intereses comunes.


La universidad nos pide siempre innovación, y gracias a su apoyo a uno no le da miedo hacerlo.


¿Cómo ha sido su experiencia como profesora en la Universidad del Rosario?


Debo mencionar ante todo el gran apoyo que la universidad me brindó para hacer el doctorado. A través de esta institución se consiguió apoyo a varios profesores para desarrollar la tesis y tomar cursos en universidades europeas, en mi caso en el Instituto Karolinska. Fueron tres años que agradezco inmensamente, porque seguí haciendo parte del cuerpo profesoral, pero con un permiso especial para poder adelantar el trabajo de grado en Europa. 

Esa experiencia cambió muchísimo mi perfil como investigadora, porque logré establecer contactos internacionales, y además compartir con otros Investigadores de diversos países.

Todo lo que tiene que ver con el trabajo trasciende de cierta forma a lo personal, algunas veces la línea que les divide se hace muy delgada, en especial cuando se pasa la mayor parte del día en el trabajo. En la Universidad del Rosario he podido hacer grandes amigos, de hecho, los más cercanos que tengo en este momento son compañeros de trabajo; tengo la inmensa fortuna de verlos y compartir con ellos a diario. Con mis compañeros y amigos puedo desayunar, hacer un trabajo de investigación o adelantar proyectos; entonces, todos los logros académicos y laborales de alguna forma han trascendido a lo personal.

¿Qué aspectos han marcado su trayectoria como profesor en el Rosario?

El aspecto más importante es la docencia, porque los alumnos rosaristas tienen un perfil en el que se nota sus ganas de aprender, ellos buscan en esta universidad algo que los diferencia de otras, y a nosotros como profesores del Rosario nos piden esa cercanía con el estudiante como un factor diferenciador.  

También es muy gratificante el apoyo recibido por parte de las directivas, sentimiento que se transmite a los estudiantes a través de una labor a conciencia, uno recibe el cariño y el agradecimiento de los alumnos cuando estos se percatan de que el docente se preocupa porque aprendan, cuando se trabaja por mejorar las clases; los alumnos se sienten en libertad de buscar a sus profesores si no entienden algo, considero que eso es importante, precisamente esas son mis gratificaciones personales.  

El plus que uno le ofrece a la universidad es siempre trabajar y observar si los métodos de enseñanza funcionan; lo que resulta efectivo mantenerlo; lo que no está surtiendo efecto, cambiarlo.

¿Cuáles son los logros que considera relevantes en su vida académica, en particular en su práctica docente?

Hay temas en biología molecular que incluyen replicación, traducción y trascripción que los estudiantes piensan que son complicados, para esos casos llego al salón con lanas, hilos, y hasta palillos; todo lo que sea necesario.

Incluso actuando trato de explicar lo que considero, es complicado de entender, y al final del semestre, es muy grato saber que funcionó cuando compruebo que mis alumnos aprendieron, hecho que se constata en talleres, o evaluaciones bien sea teóricas o de destrezas en el laboratorio. Pienso que no se trata de crear un nuevo método, el intercambiar ideas con otros docentes a quienes les resultó exitosa una forma de explicar, resulta muy enriquecedor; bien podría ser como dar inicio a una sesión no muy amena de biología molecular, como diseñar un taller o un laboratorio que motivó a los estudiantes de otro colega.  

Participo además en un laboratorio de Biología del Comportamiento para estudiantes de Psicología donde las estrategias educativas cambian con respecto a un estudiante de la carrera de Biología. En este caso se recurre a videos u otras alternativas que logren captar y mantener su atención. Por supuesto no todas las estrategias funcionan, ni las experiencias exitosas en un curso lo son para otro, lo importante es seguirlo intentando, aprender de los errores y tratar de ser mejores profesores cada día. Durante mis clases trato de ajustar ejemplos con temas de moda, incluso de farándula, ejercicios prácticos que motiven al estudiante por aprender un tema. También procuro en las clases generar un espacio de debate, siempre propiciando la argumentación con bases científicas, es entonces cuando el método cambia y ya no se trata de sentarse a estudiar algo aburrido; la formación se convierte en algo útil, una herramienta que le ayuda al estudiante a entender un fenómeno de actualidad.

 

Victoria Eugenia Villegas Gálvez
Correo:  victoria.villegas@urosario.edu.co
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Diana Amador